Carta al alcalde por Navidad
No creo que fuera de Arrecife se les ocurra a los vecinos de otros municipios enviar misiva alguna a nuestro alcalde, más allá de agradecerles que la capital sea la discoteca de la isla a la que acudir a cada convocatoria y tener la opción de dormir a pierna suelta cuando regresan a sus municipios. Por lo que sé, esta suerte la tiene el propio alcalde que dicen que reside en una zona turístico residencial de otro municipio. Los que quedamos aquí, como también dicen que afirman el alcalde y sus compadres, no nos queda otra que apuntarnos a la fiesta y apuntar a los menores, a los ancianos, a los enfermos y a los impedidos hasta la madrugada, al despiporre, y dejarse de quejas porque hay “unas pocas fiestas” en la ciudad. Creo que lo de “La noche en blanco” de Teguise va trasladarse a la capital con un nuevo nombre que retrate la realidad de esta ficción de gobierno que viven el PP y CC, “Todas las noches en blanco”, se denominaría.
Terminado el día de los difuntos, eso que ahora denominan como Jáloguin, y más antes finaos, transitamos hacia la Navidad, esas fiestas que los grandes celebramos para los pequeños porque los adultos vamos acumulando ausencias que no dejan el cuerpo para la alegría que se nos participa. Las calabazas casi se enredan con los espumillones en este atropello de festejos.
Por lo que se aventura, el alcalde ya no tiene dinero para Navidad, y para testimoniar el duelo por tal catástrofe, desempolva las tristes coronas mortuorias de las pasadas fiestas y nos recuerda que cada farola en la que lucen es como aquella vieja banda negra que se cocía en el brazo de la americana para anunciar el dolor de una pérdida. O el botón negro en la solapa.
Tristes fiestas sin recursos la que nos espera, que cada cutre corona fúnebre nos lo ha de recordar, y tan mal va el Ayuntamiento que no habrá días de música, ni dispendios de doscientas cincuenta mil cada fin de semana. Me muero de la pena.
Mientras cuento las coronas de la calle mirando a lo alto de las luminarias, pierdo pie incontables veces por los socavones en el adoquinado de la Plazuela, y no me perdono tropezar en unas depresiones del pavimento que conozco como la palma de mi mano, como se reconocen las cosas de la ciudad que ya son como de una, casi son memoria histórica. Sólo deseo que no los reparen porque la identidad de la calle se vería comprometida. Esa misma calle a la que el Ayuntamiento acude para la celebración de toda suerte de actividades sin importarle mucho que la integridad de los vecinos se vea comprometida. Y aún nadie se ha matado. Además, no hay dinero para arreglos que a nadie le importan. O miramos con tristeza las coronas o lo hacemos al suelo porque mirar arriba supone poner en riesgo la cabeza.
Efectivamente, ya me han pillado el tono y no hay mucho más que decir. Los calificativos los pueden poner ustedes a su gusto ya que el alcalde no se va a ruborizar, que ya sabemos dos cosas, que el Ayuntamiento sólo tiene dinero para lo que le conviene, que él no tiene vergüenza, y Echedey Eugenio mucho menos.
Comentarios
1 Educación Mar, 12/11/2024 - 08:45
2 Conciudadano Mar, 12/11/2024 - 13:22
3 Anónimo Mar, 12/11/2024 - 14:04
4 Calimero Mar, 12/11/2024 - 15:29
5 Al 4 Mié, 13/11/2024 - 10:46
6 Ni que 20 fuer... Dom, 17/11/2024 - 19:12
7 Sufridor del ruido Mar, 19/11/2024 - 07:50
8 J felix Mar, 19/11/2024 - 08:29
9 Al 6 Mar, 19/11/2024 - 09:05
10 Basura ayuntamiento Mar, 19/11/2024 - 09:51
11 Vecina del centro Mar, 19/11/2024 - 16:47
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