Clavijo apela al diálogo y al consenso para renovar Canarias “sin que nadie se quede atrás”
Unidad, diálogo y consenso. El discurso de investidura del que será el octavo presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha estado plagado de esas ideas fuerza, las únicas que pueden conseguir "superar esta crisis" para afrontar “el reto de la construcción de una Canarias renovada”. Un Archipiélago catapultado por una "nueva economía" y cuyo objetivo es "que nadie se quede atrás".
"No habrá salida si a la generación de empleo no asociamos un sistema de protección adecuado que preserve la dignidad y configure nuevas oportunidades para quienes han quedado excluidos del mercado de trabajo”, afirmó el candidato en la tribuna de oradores.
Casi de forma obsesiva, "la práctica del diálogo y la búsqueda del máximo consenso" entre fuerzas políticas, las instituciones y la sociedad civil canaria organizada, incluso con el Gobierno central, fueron el eje en el que Clavijo ancló la totalidad de un discurso que apenas sobrepasó la hora de duración.
Debate para hablar de la posibilidad de reformar el sistema electoral o para “cambiar el modelo económico”, para lo que es necesario “la implicación de todos”.
“Si no es juntos, no lo lograremos”, repetía como un mantra. “Me comprometo a establecer todos los puentes de diálogo posibles”, para lo que pidió a los líderes de las distintas fuerzas políticas que “huyamos del ruido que impide que existe un entendimiento”.
De Saavedra a Rivero
Y en esa apelación constante a la unidad ha hecho cómplices involuntarios a sus siete predecesores. Desde el primer presidente del Gobierno de Canarias, Jerónimo Saavedra, hasta su inmediato antecesor, Paulino Rivero, sin olvidar a Fernando Fernández, Lorenzo Olarte, Manuel Hermoso, Román Rodríguez y Adán Martín.
De todos ellos usó una cita de sus respectivas investiduras para reforzar las ideas que quería expresar el candidato.
Que “es posible superar una crisis” (Saavedra) sin dejar a nadie atrás y pensando en el interés de las personas (Martín) aprovechando “el talento, la capacidad y la ilusión” de los canarios (Rodríguez), mediante el “ejercicio digno de la política” (Hermoso), reforzando el sistema educativo (Fernández), sin olvidar la necesidad de incrementar las cuotas de autogobierno (Rivero) y reforzando el Estatuto de Autonomía (Olarte).
Y también se dirigió a sus cinco adversarios en las urnas que han conseguido acta de diputado: Patricia Hernández (que será su vicepresidenta), Australia Navarro (PP), Noemí Santana (Podemos), Román Rodríguez (NC) y Casimiro Curbelo (ASG) para que “juntos devolvamos a la ciudadanía la confianza en nuestras instituciones”.
“Todos hemos sido elegidos en las urnas y todos somos los legítimos representantes del pueblo. Y lo que está en juego es ofrecer una vida mejor a nuestro pueblo”, remachó.
Un intento de complicidad que, a tenor de lo escuchado con posterioridad al discurso del candidato, no ha sido fructífero, ya que salvo socialistas y nacionalistas, ninguno de los aludidos pronunció palabras de mano tendida, sino todo lo contrario.
Ni soluciones mágicas ni medidas estrellas
Así que, como es previsible, Clavijo únicamente contará con el apoyo de los 33 diputados del Pacto CC-PSOE para "hacer frente a los retos del crecimiento económico" y "mejorar las políticas públicas en los Servicios Sociales, la Sanidad y la Educación", sin olvidar el "fortalecimiento de nuestro autogobierno y las relaciones con el Estado y la Unión Europea".
Políticas que no son “soluciones mágicas”, pues “no creo en ellas”, y que ni siquiera fueron compendiadas por el candidato en “una batería de medidas estrella que encajen en titulares de prensa”.
Actuaciones que, sin embargo, tiene previsto que sean respaldadas por los ciudadanos, pues quiere que “la calle no hable de lo que se dice en el Parlamento sino que en el Parlamento se hable de lo que dice la calle”.
Siga leyendo en Canarias Ahora.
Añadir nuevo comentario