Benito Cabrera pregona los ‘Sangineles’ con una reflexión sobre la memoria y el encuentro
"Timplista de reconocido prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras, compositor, maestro, difusor de nuestro folclore, arriesgado responsable de la fusión contemporánea de nuestro instrumento más representativo...". Con estas palabras presentó el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Arrecife, David Duarte, a Benito Cabrera, pregonero de las fiestas de San Ginés 2016.
El acto de apertura oficial de las celebraciones patronales de la capital lanzaroteña fue presidido por la alcaldesa Eva de Anta y se celebró en un salón de actos abarrotado de público.
La alcaldesa defendió una ciudad "que se entrega generosa al asalto ciudadano, se deja ocupar con amorosa calidez, se ofrece de brazos abiertos a ser protagonista de los festejos junto a conciertos, torneos, festivales y juegos. Y nos muestra sus incontables potencialidades, su enorme belleza y su porte orgulloso de capital de Lanzarote.
Benito Cabrera reflexionó en su intervención sobre la memoria y el encuentro, los dos pilares básicos de las fiestas populares, que definió como "un vehículo para marcar hitos en la vida de los pueblos, que se aferran a los ciclos y a los ritos para recordar quiénes son".
"Cada pregón es el inicio solemne de una fiesta. Y no puede obviarse que sea también un activo de la memoria en un sentido dual: la del propio pregonero y la del pueblo y fiesta que pregona", aseguró el timplista.
Respecto al valor del encuentro, afirmó que "en los Sangineles me encuentro con mis amigos, me siento de nuevo de aquí. Y en un sentido más trascendente, me encuentro a mí mismo".
Benito Cabrera resaltó que Arrecife es una "ciudad amable: que se puede y se debe amar". "La luz que inunda estas calles es única. Los que nos hemos criado pero no vivimos aquí, necesitamos sentirla cada cierto tiempo, como un alimento del alma para seguir caminando en los momentos oscuros", confesó.
Y añadió: "Arrecife, en cada uno de sus rincones y barrios palpita el esfuerzo constante de los que lo habitaron ayer y lo pueblan hoy. Los que nacieron y no nacieron aquí pero se sienten de aquí".
También se refirió a la ciudad como "mi patria chica, mi sombra del almendro, que reflejara don Nicolás Estévanez en sus sentidos versos. Porque en el solar de la infancia es donde radica la verdadera esencia de la pertenencia a un lugar, ese espacio del que nunca te pueden exiliar".
Comentarios
1 Porteño Sáb, 13/08/2016 - 08:40
2 El timple Sáb, 13/08/2016 - 09:58
3 Loles Sáb, 13/08/2016 - 17:08
4 lololo Lun, 15/08/2016 - 13:55
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