El Cabildo de Lanzarote, que preside Oswaldo Betancort, ha puesto en marcha, a través de la Consejería de Agricultura que dirige, un curso de "Especialización en el trabajo con palmeras" y otro sobre "Alimentación de ganado ovino-caprino", ambos homologados por la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias.

La inscripción para ambos cursos, que está abierta hasta el próximo 22 de noviembre, se puede realizar en la Granja Agrícola Experimental del Cabildo, en la carretera Tahiche-San Bartolomé, km 1, en horario de 07.00 a 12.00 horas. Las plazas son limitadas.

El coste del curso, que tendrá una duración de 20 horas, es de 27 euros (pago por TPV) y se desarrollará en la sede del Grupo Esacan, en la calle Paraguay, 29 de Arrecife, en horario de 16.00 a 20.00 horas.

El curso de "Especialización en el trabajo con palmeras" proporciona pautas relacionadas con el cultivo, plagas y/o enfermedades, equipos de protección individual, así como con la prevención de riesgos y el rescate en el trabajo con palmeras.

Con este curso se pretende adquirir los conocimientos, destrezas y habilidades necesarias para superar las pruebas que les acrediten como especialistas en trabajos con palmeras, tal como exige la Orden de 29 de octubre de 2007, por la que se declara la existencia de las plagas producidas por los agentes nocivos Rhynchophorus ferrugineus (Olivier) y Diocalandra frumenti (Fabricius) y se establecen las medidas fitosanitarias para su erradicación y control. (BOC 2007/222, de 6 de noviembre).

El curso de alimentación en ovino-caprino pretende formar a los alumnos sobre las pautas para la alimentación, que son claves para el bienestar animal, su salubridad, la obtención de productos de calidad y mejorar la rentabilidad de las explotaciones de estas especies ganaderas.

Las cabras y ovinos son rumiantes menores con capacidad de transformar forrajes de diferentes tipos, aún los de mala calidad como, por ejemplo, paja de cereales, residuos y subproductos de la huerta que, de otro modo, serían desperdiciados.

Las cabras, además, consumen muchos alimentos que las ovejas y los vacunos desdeñan; sin embargo, sus requerimientos para la lactancia son mayores para sostener los altos niveles de producción de leche.