Para Antonio Lizana, primero fue el saxo y después la voz pero, sin embargo, primero fue el flamenco y después el jazz. Este jueves por la noche, en las noches de jazz de Isla & Ritmo en el Arrecife Gran Hotel actúa Antonio Lizana con su trío. Es el cantaor más original o el saxofonista más peculiar.

El músico de San Fernando (Cádiz) llega a Canarias con su espectáculo De Cádiz a Nueva York antes de emprender la aventura americana y después de girar "y dar más vueltas que un reloj", como él mismo dice, por Europa, Asia y África.

"Hemos tocado en sitios como Azerbaiyán, China o Mali, sitios muy distintos culturalmente y donde no saben nada de flamenco", explica por teléfono antes de embarcarse para la Isla. Y añade: "Pero esta música llega porque es una música energética, visceral y tiene un lenguaje muy humano".

De Cádiz a Nueva York es un espectáculo en el que recopila canciones de sus tres discos y que comenzó a idear cuando vivía en la Gran Manzana. Dice que hace referencia no sólo a su viaje personal sino a los cantes de ida y vuelta. El trío esta formado por él con la compañía de José Manuel León a la guitarra flamenca y Adri Trujillo a la percusión.

Esa mezcla de saxofonista y cantaor, tan poco vista, para él es natural, señala. Empezó tocando el saxo pero su entorno era flamenco. "Igual que en una jam session de jazz acabas tocando cualquiera cosa, en una juerga flamenca acabas cantando, de forma natural", dice.

No obstante, empezó a darse cuenta de que podía cantar e imitar a cantaores que le gustaban cuando estudiaba en el Centro superior de música del País vasco. "Me atreví a cantar y dije: no voy a dejarlo nunca".

Lizana pasó del flamenco al jazz por su necesidad de improvisar. "Vi que los que improvisaban bien tocaban jazz", dice. Cree que hoy hay más interacción del flamenco con músicos de jazz, "pero si le ponemos nombre o etiquetas nos quedamos justos".

"La gente dice que hago flamenco jazz y aunque me guste no lo veo así del todo porque también me gustan muchas otras músicas, y así se refleja en mis canciones", señala. "Prefiero verme más como una rareza que como algo catalogable", concluye.