Marcial Riverol

Benjamín-Identidad-Cabildo y deCaires

"...la obra artística que define el destino turístico Lanzarote" (PSOE)

 

Si dejaran de mirarse el ombligo, igual las cosas nos irían mejor. Lo que digo es que el ex-consejero del Cabildo por el PSOE, Benjamín Perdomo, ve un problema en las esculturas de Jason deCaires que instaló CC en el mar frente al Castillo de San José, que desinstaló el PSOE cuando gobernó y parece que volverá a instalar nuevamente CC, dinero público mediante, en una suerte de pulso que tiene como una de sus derivadas el asunto de la identidad.

En lo público y con lo público establecen sus grescas, y con nuestros recursos entablan sus batallas políticas pretendiendo sumar adhesiones de la sociedad insular.

Benjamín Perdomo ha establecido -yo creo que ha patinado con los argumentos para sostener semejante pulso- que los caballos de deCaires no van con muestra identidad, como si la cultura no fuera universal y los objetos escultóricos tuvieran que representarnos; como si cada comunidad tuviera que hacer obras artísticas que representen “lo nuestro”; como si la creación artística tuviera que estar al servicio de los discursos políticos. Le recordaría que el franquismo y demás totalitarismos ya hicieron esculturas del régimen en todo el orbe aunque ahora se estile cacharrería de segunda y toda suerte de extravagancias con pretensiones escultóricas. No sé si España debe liderar los rankings de horrores en los espacios públicos -de los privados no hablaremos que eso es asunto muy particular-. En Lanzarote fuimos poco dados a reconocimientos en forma de esculturas y objetos, y no es hasta que Manrique se hace presenté con sus juguetes del viento cuando todos los alcaldes deciden colmar las aspiraciones artísticas de algunos de sus convecinos para perpetuarse en las  calles y plazas de sus municipios. Claro, ahí  se mezcla todo, tanto el talento (poco) como la falta de él; las piezas escultóricas con las mamarrachadas, y sobre todo el culto al localismo, por aquello de lo que es objeto de homenaje .

El discurso del ex-consejero resulta bastante torpe, no sólo dentro del PSOE de los que ningún otro representante parece discrepar, sino que es un poco el discurso de todos los colores políticos. También de CC, aunque haya hecho una excepción con deCaires.

De manera general hemos optado por llenar el espacio público de vulgaridades en forma de objetos pretendidamente artísticos celebrando personajes, hechos, oficios, plantas, frutas, actividades, animales y hasta tubérculos, pretendiendo que creamos que eso es lo procedente porque es parte de nuestra identidad. El resultado es sumamente horripilante, localista, falto de talento  y que refleja en igual medida el oportunismo, la falta de criterio y el mal gusto, tanto de los supuestos artistas que ejecutan cosas semejantes y de los supuestos representantes públicos que contratan  tales cosas, mostrando sus limitaciones de una forma tan burda. Por supuesto, me niego a reconocer que todo es repertorio forma parte de una idea de lo que es el destino Lanzarote y mucho menos que como ciudadanía tengamos que reconocernos en es obra.

A Perdomo terminaría diciéndole que ya quisiera una replica de cualquier pieza escultórica decente antes que todo este horror identitario e insultante para las bellas artes y para el destino turístico al que se refiere el propio ex-consejero. Tiro de algunos lugares como Cuenca cuya imagen, además de al propio emplazamiento, va ligada a un museo de arte abstracto de artistas de todo el país o de Santa Cruz de Tenerife que cuenta con un parque escultórico de autores universales. Le pediría que observe qué cosas no están en consonancia con el destino Lanzarote y qué han hecho cuando han gobernado para erradicarlas.

Que se deje de mirar esos caballos que considera tan poco identitarios y que tanto le ofenden, y que observe todo ese parque escultórico insular que nos está sobrepasando de puro hortera pero que aprecian como tan nuestro. O que se vacune observando los productos que han sido objeto del intercambio cultural de la población aborigen con el continente europeo, y que pase sus prejuicios identitarios por la turmix. Del parque escultórico existente no les he oído decir ni una palabra.

De los artistas y aficionados que se prestan a esta cultura del pastiche, mejor no hablar. Es que no tenemos un pase.

Comentarios

Estoy bastante de acuerdo con su artículo y es cierto que Lanzarote sufre de la imposición de los políticos y de los artistas que orbitan a su alrededor y de sus asesores. No solo está la base en la que se fundamenta artísticamente, ya que creo que los caballos me parecen bonitos, pero lo que no me parece atractivo es el pago de favores a este artista y la cuestión tan absurda del pago de los honorarios o alquiler que nunca quedaron del todo claro y por supuesto, con un coste para el Cabildo de Lanzarote.
Cabe recordar que los caballos de deCaires son una obra que denuncia la inacción política en la lucha contra el cambio climático. Centrándose en la escultura están dándole la razón al artista. Pero qué se puede esperar de políticos que censuran arte y libros (Paula Corujo vs Fernando Castro, 2019) y ponen sus nombres a campanas que donan a la iglesia con dinero público (Oswaldo Betancort, 2018).
La politica es milagrosa: convierte a ignorantes en expertos en arte.

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