Es martes y Emilio Solla acaba de aterrizar en Barcelona desde Nueva York. Antes de que termine la semana actúa en Alemania y el sábado lo hará en el Arrecife Gran Hotel, junto al uruguayo Rodrigo Pahlen. En 2020 ganó el Latin Grammy 2020 al mejor álbum de jazz latino por su disco ‘Puertos’
“La música es la historia de los movimientos humanos”
Es martes y Emilio Solla acaba de aterrizar en Barcelona desde Nueva York. Antes de que termine la semana actúa en Alemania y el sábado lo hará en el Arrecife Gran Hotel, junto al uruguayo Rodrigo Pahlen. En 2020 ganó el Latin Grammy 2020 al mejor álbum de jazz latino por su disco ‘Puertos’
-¿Qué puede esperar el público este sábado?
-Un dúo potente de piano y armónica. Rodrigo Pahlen es un músico muy talentoso con el que grabé el disco ‘Urgentango’. Al tango siempre se le da crédito a Argentina pero Uruguay fue igualmente importante, se desarrolló en los dos márgenes del Río de la Plata, pero son menos y hacen menos ruido… Eso forma la base de lo que hacemos, pero nos acercamos a esa música de forma más contemporánea, con el jazz, la improvisación. Es fusión del Río de la Plata y otros ritmos latinoamericanos con una visión más ligada al jazz.
-¿Van a centrar la actuación en ese disco, en el repertorio de ambos o un poco de todo?
-Un poco de todo, pero básicamente basamos en el repertorio de ese disco, ‘Urgentango’. Ahí esta la clave, más alguna otra cosa. Es un desafío tocar a dúo, sin bajo ni batería. Te da libertad y responsabilidad.
-Después del confinamiento, el primer sitio donde volvió a actuar fue Canarias...
-Me invitó José Alberto Medina, con el proyecto de La Fábrica de La Isleta, para hacer el festival ‘El mundo en un piano’, en el auditorio Alfredo Kraus en diciembre de 2020. Fue el primer concierto. Ahora es la segunda vuelta, aunque la primera en Lanzarote.
-Canarias está más cercana a América, dese todos los puntos de vista. ¿Nota eso en el público?
-Sí. Tuve muy buena acogida. Canarias es más como el sur de España, más afectuosa, más cálida, se nota la reacción de la gente, sobre todo si vienes con eso, con ritmos latinoamericanas, cosas que a veces son difíciles de explicar con palabras porque van por dentro.
-¿Qué supuso para usted ganar el Grammy latino? ¿Abre muchas puertas?
-Uno piensa que el teléfono va a sonar a lo loco, y no suena a lo loco pero suena un poquito más, y son mejores llamadas o te invitan a proyectos musicalmente más potentes. Son marcas en la carrera que te sirven para situarte en la industria, y que gente que no te conocía te empiece a conocer. Estás en el radar de más gente. Se amplía tu música y tu perfil, es interesante, te empuja por el lado de la audiencia. Para el músico, lo más interesante es que te conozca gente de la profesión. Algunos dicen: ¿quién es este argentino que le ganó a Chick Corea? A ver quién es… También quedé nominado el año anterior por un tema como mejor arreglo instrumental, y los nominados eran eran John Williams, Vince Mendoza y Jacob Collier, el genio este inglés que hace unas cosas extraordinaria... Yo tenía una versión de este tema con mi orquesta de jazz, Jazz at Lincoln Center, de Nueva York, y de pronto empezó a tener una gran cantidad de visitas y vi un comentario que decía: ¿soy el único que ha venido a parar aquí por Jacob Collier?. Ahora es el niño bonito de la industria y la gente ve un tipo que está nominado junto a él y dice, ¿este tipo quién es? Para eso sirven estos premios, y a la hora de trabajar la gente prefiere trabajar con gente con reconocimientos, como una película con un actor nominado para un Óscar, aunque luego la película no sea buena.
-Su disco ‘Puertos’ está dedicado a distintas ciudades portuarias. ¿Por qué?
-Me interesaba mostrar la historia, el concepto de puertos como puntos de entrada y salida de la gente y de las músicas, de esas culturas. Lo que cuenta de manera poética es esos lugares con conexión con la música argentina, latina, el jazz... como La Habana, Nueva York, Nueva Orlenas, Buenos Aires, Montevideo. Lugares que cuentan lo mismo que mi música, que es una mezcla de todas esas culturas. Como la metáfora de que venimos todos del mismo lado y somos un poco lo mismo. La música es la historia de la transhumancia, de los movimientos humanos, y todos venimos de lo mismo. Hay un guiño a eso. Una narrativa para darle al disco una conexión, una identidad y mostrar las conexiones entre esos ritmos y esas manifestaciones culturales de cada puerto.
Para más información, islayritmo.com.
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