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“La Constitución reconoce que no hay igualdad real y tiene poder transformador”

Jordi Agustí Juliá, magistrado emérito del Tribunal Supremo

Saúl García 0 COMENTARIOS 21/11/2024 - 07:06

Participó en las XI Jornadas Laborales de Lanzarote, organizadas por la asociación Iuslaboralistas, en el Arrecife Gran Hotel, bajo el lema Iuslaboralismo crítico desde Lanzarote. Hace años que se jubiló pero su trayectoria laboral, antes del Derecho, la inició como trabajador del sector metalúrgico. En 2006 llegó a la Sala de lo Social del Tribunal Supremo.

-¿Hay riesgo real de que haya una regresión en derechos en el ámbito social y laboral? ¿O algunas de las sentencias que han expuesto en estas jornadas forman parte de esa batalla en la que se dan pasos hacia adelante y pasos hacia atrás?

-Se ha avanzado, pero a veces se avanza y después se retrocede. Por ejemplo, hay algunos pronunciamientos del Tribunal Supremo que, respecto a pronunciamientos anteriores, han tenido una actitud más regresiva en planteamientos que ya parecían superados, como una sentencia de 1956 que es más avanzada que una reciente, en el sentido de que tenía más en cuenta a la persona, que aplicaba un derecho más tuitivo. Siempre hay una desigualdad del trabajador y esto no será la época de los esclavos, obviamente, pero todavía hay desigualdades. Un juez de lo Social no tiene que ser neutral, tiene que ser imparcial, que es otra cosa, porque se aplican los valores constitucionales. Tenemos una Constitución que es social, aunque a veces parezca que no. Por lo tanto, yo como juez tengo que pasar cualquier norma por el cedazo de la Constitución, estoy obligado.

-Cuando dice que la Constitución es social, ¿se refiere a que protege el bien común por delante de la libertad individual?

-El artículo 9 de la Constitución tiene un poder incluso transformador. Reconoce que la sociedad es desigual, que los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución. El artículo 9.2 dice así (lee): “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Es decir, está reconociendo que todavía no hay igualdad real y efectiva, que es un mandato a que los poderes remuevan los obstáculos. Siempre he dicho que tiene un poder transformador y que no se aprovecha suficientemente. A veces se olvida. En la época de la crisis del 2012, lo que hizo el gobierno del PP fue aplicar principios liberales.

“Un juez puede tener principios liberales, pero está sometido al carácter social”

-La Reforma laboral no iba en consonancia con ese carácter social, ponía en cuestión los convenios colectivos...

-Evidentemente era contraria a la Constitución, aunque el Tribunal Constitucional, debido a su composición, pues la avaló. Es que la composición de los tribunales es definitiva. No solo pasa aquí. En Estados Unidos, el señor Trump metió unos cuantos jueces y ahora salen unas sentencias que ponen en duda el aborto. Un juez puede tener principios liberales en España, pero está sometido al carácter social, se tiene que ajustar. Ahora también ha habido este problema de médicos que no se dedicaban a  practicar abortos... Hace muchos años, yo estuve un tiempo ejerciendo en Sabadell y había un juez que era del Opus Dei, y él no separaba ni divorciaba porque decía que su conciencia se lo impedía, le decía a la gente que se tenían que arreglar. Decía que divorciar iba contra su conciencia. Pues entonces se dedica usted a otra cosa. Al final cambió de jurisdicción.

-¿Cuáles serían los retos que tiene que afrontar la jurisdicción de lo social? ¿Un cambio legislativo o más medios para aplicarla? La queja más generalizada es la demora en la Justicia, y en lo Social si no es rápida ya no tiene eficacia.

-Efectivamente. Por ejemplo, tenemos una Ley de procedimiento laboral que era muy avanzada en principios de mediación para intentar que fuera un juicio ágil y rápido porque el trabajador no puede estar mucho tiempo esperando por su despido, pero ahora resulta que hay sitios donde se están señalando para dos años. ¿Cómo va a esperar dos años alguien a que le resuelvan el despido? ¿De qué vive entonces? El trabajador tiene unas necesidades para su familia... Además también hay menos jueces. La ratio está muy por debajo de la de otros países. Es lo de siempre: en justicia no se invierte, a mi entender porque no da votos y en los presupuestos generales del Estado no llega ni al 0,6 por ciento.

“En este país no se invierte en justicia lo suficiente porque no da votos”

-La justicia está continuamente en discusión en los medios de comunicación. ¿No es esto jugar con fuego? Porque es uno de los pilares de una sociedad y si se pierde la confianza en la justicia es difícil de recuperar. Parece una irresponsabilidad por parte de los poderes públicos...

-Sí, es uno de los pilares, y además también se ha politizado mucho. La justicia, a un determinado nivel, yo creo que funciona aunque sea con problemas y con mucho esfuerzo de la gente, pero está funcionando. Pero ya después a niveles más altos, pues la cosa se complica. Ahora, por ejemplo, en la sala cuarta del Supremo, que es la que yo más conozco, que son 13 miembros, en este momento solamente son siete. Claro, eso ralentiza y tienen unos 5.000 recursos pendientes.

-¿Y cómo se despolitiza la justicia? ¿Hay manera de despolitizar? ¿O el problema no es tanto despolitizarla sino despartidizarla?

-Exactamente. La política es necesaria, claro que si no hubiera política..., pero una política bien llevada, no como se lleva ahora que solamente se están dando tortazos todo el día.

“España es un país en el que la derecha no ha evolucionado suficientemente”

-¿Cuál es la influencia de Europa en la rama de lo Social? En estas jornadas se ha hablado del complemento de maternidad, que Europa obliga ahora a concederlo a los hombres porque era discriminatorio…

-Fue una mala ley. Aquí no se hizo bien y allí se ha interpretado la ley que se ha hecho. Pero realmente cada vez nos van a marcar más, eso está claro. Antes al Tribunal de Justicia de la Unión Europea no se acudía ni se sabía que existía. Ahora, cada vez más los jueces promueven cuestiones que pueden estar en contradicción con la legislación europea.

-Aunque no sea una cuestión solo del Derecho laboral, sino de toda la sociedad, parece que avanzamos hacia una sociedad de dos velocidades: unas personas con todos los derechos y una parte que sí trabaja, pero no tiene ni siquiera permiso de trabajo. ¿Qué puede hacer el Derecho laboral ante esta situación?

-El problema sería que ahora esto se ha convertido en una cuestión ideológica, ¿no? Están en contra de la inmigración cuando es absurdo porque se está demostrando que es necesaria. Si mañana dicen: todos los inmigrantes fuera, ¿qué hacemos? Tienen los peores trabajos, cotizan y aportan para las pensiones. Entonces, ese es el nivel, ahí está. Estos partidos que niegan esto son negacionistas sin darse cuenta. A Alemania, aunque ahora empieza a haber problemas también, iban trabajadores en su momento y allí se han integrado. Después hay problemas, es verdad que los hay, pero lo que pasa es que hay que integrarlos y hay que integrarlos bien. Eso a mí me parece fundamental.

“La reducción de la jornada laboral va a salir, la sociedad está en ello”

-¿Cree que en España se entiende bien el papel de los sindicatos? En ocasiones se oyen declaraciones que dan la impresión de que hay quien quiere que desaparezcan...

-En el fondo habrá quien quiera que desaparecieran, pero es que yo creo que España es un país en el que la derecha, y también existe derecha empresarial, no ha evolucionado suficientemente, es todavía una derecha muy atrasada porque llegamos tarde a la democracia... En Alemania, por ejemplo, no hay ni la mitad de conflictos que hay aquí, y naturalmente allí hay que negociar primero. Aquí el despido solo se negocia si hay obligación y a veces de ninguna manera. Además los sindicatos allí tienen mucha más fuerza, tienen más afiliados, pero prácticamente no hacen huelgas.

-¿Qué le parece la reducción de la jornada laboral?

-Es algo que, independientemente de la ideología, va a salir. Yo creo que la sociedad está en ello. Se tardará un poco más o tardará un poco menos, pero eso está.

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