A la rehabilitación del barrio de Titerroy, donde en julio de 2009 murió un vecino al desplomarse de noche el techo de su vivienda, le ha costado arrancar. El proyecto de reposición de las viviendas recae sobre las espaldas del Ayuntamiento pero ha tropezado con dificultades. De las 66 viviendas incluidas en el Área de renovación urbana en 2011 al final se mantuvieron 20 casas en el último convenio, suscrito con el Gobierno central y con el Ejecutivo regional en febrero del año pasado.

De forma “independiente” a ese proceso, ahora el Ayuntamiento ha decidido declarar en situación de ruina más de 25 viviendas de siete calles distintas de manera individualizada, que se sumarían a la media docena de casas apuntaladas cuyos dueños tuvieron que abandonarlas e irse a vivir de alquiler.

Hace unas semanas, el Consistorio capitalino iniciaba de oficio los expedientes para declarar en ruina por “razones de seguridad” unas 11 casas en la calle Timbayba, donde se produjo el derrumbe hace casi siete años que acabó con la vida del vecino Tito García, otras seis viviendas en la calle Tisalaya, cinco en la calle Tinache, una en la calle Tilama, otra en Pereyra Galviaty, otra más en Manuel Álvarez y otra en el entorno de la plaza Pío XII.

El Ayuntamiento acordó notificar a los propietarios y a los ocupantes de los inmuebles para que presenten alegaciones si lo consideran y dar traslado a la Policía Local para que investigue si las casas están habitadas.

En los decretos municipales se establece un plazo de seis meses para culminar los expedientes y también se acuerda que los técnicos visiten las viviendas con el objetivo de determinar “medidas inmediatas de seguridad” para que ni los ocupantes de los inmuebles, ni los vecinos ni los transeúntes sufran daños y, “en caso de ser necesario”, que efectúen las correspondientes propuestas de “desalojo” de las casas.

El concejal de Urbanismo, Samuel Martín, señala que la información de la que disponía el Ayuntamiento aconsejaba iniciar los trámites para la declaración de ruina. No obstante, dueños de las viviendas afectadas se quejan de que no se les avisara con carácter previo o de que no se haya seguido, en su opinión, un “criterio lógico” al “apuntar” a viviendas en aparente buen estado.

Los propietarios de las casas tienen posibilidad de recurrir ante el propio Ayuntamiento y en los tribunales la decisión del Consistorio. Una de las piedras con las que se ha topado el proyecto de reposición de las viviendas de Titerroy ha sido las diferencias entre el Ayuntamiento y la empresa que contrató para ofrecer información a los vecinos y gestionar los realojos.

El proyecto de reposición de casas, que se firmó el año pasado, se enfrenta al reto de convencer a los vecinos

En septiembre del año pasado, los técnicos del Consistorio pidieron dejar sin efecto el contrato con el estudio Ecomac, al considerar que no había cumplido con sus obligaciones. El Consejo Consultivo de Canarias dio la razón en parte al Ayuntamiento, avalando la resolución del contrato por su “ejecución defectuosa”, pero rechazando como argumento que habían sido incapaces de conseguir que los vecinos de Titerroy firmasen el “realojo” para comenzar el derribo de las casas y la construcción de las nuevas viviendas.

La empresa defiende que no pudo elaborar los estudios socioeconómicos de las familias por la “falta de colaboración de los vecinos” y la ausencia de “instrucciones” por parte del Ayuntamiento, que replica que estaba obligada a “resolver los posibles inconvenientes” que pudieran surgir al tratar con los residentes.

El Consistorio rechazó a mediados de marzo el recurso de la empresa y el concejal de Urbanismo señala que hay una decena de familias en la calle Timbayba, donde se produjo el derrumbe mortal de un techo, y en la calle Pereyra Galviaty, que ven con buenos ojos las obras de reposición de las casas.

Las obras están valoradas en unos dos millones de euros y por convenio tendrían que estar finalizadas el próximo 31 de diciembre, un plazo imposible de cumplir, aunque el Ayuntamiento da por segura una prórroga hasta finales del próximo año. El objetivo en Titerroy es ejecutar el proyecto, aunque no sea con la totalidad de las 20 viviendas, para seguir paulatinamente accediendo a financiación estatal y autonómica para la renovación de las casas del barrio.

Fechas y datos clave

2009. El 28 de julio se vino abajo el techo de una vivienda de la calle Timbayba, acabando con la vida de un hombre de 38 años. A raíz del suceso el Ayuntamiento se preocupó por las condiciones de las casas, construidas a mediados del siglo pasado.

2010. Se elaboró un dictamen sobre el conjunto residencial de 120 viviendas de Titerroy tras visitar 20 casas y realizar ensayos de laboratorio de une de ellas. Se detectaron deficiencias como “daños estructurales” y “alteración de las viguetas de forjado por corrosión”.

2011. Se delimitó el Área de renovación urbana, con una primera fase de 66 viviendas. Un estudio previo concluyó que de las 120 viviendas de la zona, 73 requerían intervenciones “importantes” o “muy importantes”. Se descartó rehabilitarlas por el elevado coste.

2014. Se apostó por reponer las casas y se declaró en noviembre el Área de regeneración y renovación de Titerroy. El primer convenio entre el Ministerio, el Gobierno canario y el Ayuntamiento data de 2011 pero no llegó a materializarse.

2015. En febrero se aprueba entre las tres administraciones una nueva delimitación con 20 viviendas en Titerroy, correspondientes a la manzana delimitada por las calles Timbayba, José Pereyra Galviaty, Carlos III, Gregorio Chill Naranjo y Manuel José Álvarez.