Ana Carrasco

Willie, la artista que pintó la isla lejana

La mujer que protagoniza este artículo se llama Wilhelmina Barns-Graham. Nacida en 1912 en St Andrews, Reino Unido, llegó a ser pintora y dibujante, a pesar de las reticencias de su padre. El precioso documental "La pintora y el glaciar" dice de ella que era cautivadora, visionaria, una gran pensadora, amante de la naturaleza y con una capacidad extraordinaria de ver conexiones en el mundo.

Me pregunto por qué no sabía nada de ella y encuentro tres razones: la primera, porque curioseo más el mundo del arte ahora que años atrás. La segunda, porque el hacer y el pensar de las mujeres no importaban tanto. La tercera razón la dejo para el final.

Respecto a la segunda razón, debo agradecer a la lucha por la igualdad de género, la gran marea de trabajos que dan rostro y voz a mujeres que fueron olvidadas a propósito. El oleaje del feminismo ha ido trayendo a la orilla del siglo XXI valiosas profesionales que quedaron atrapadas en las grietas de la marginalidad. De la mano de sus rescatadoras, las ignoradas se incorporan al presente. Y para ser justa, también de la mano de rescatadores. Con pocos días de diferencia he sabido de dos artistas del siglo XX: La escultora colombiana Feliza Bursztyn, a través de la pluma del escritor Juan Gabriel Vásquez, y la pintora Wilhelmina Barns-Graham (Willie), a través de la cámara del director de cine Mark Cousins.

Viajera, comprometida con la naturaleza y alegre, con 36 años, Willie, escaló el glaciar Grindelwald en Suiza. Las formas y texturas del glaciar condicionaron para siempre su pintura. El documental habla de ello, de su pasión por el glaciar que le cautivó y pintó el resto de su vida. Pero también dibujó otros paisajes. ¡Oh Dios!, me digo. En el documental aparece ella en Lanzarote. Qué maravilla reconocer la isla a través de la obra de esta artista. Busco información y encuentro que Barns-Graham aterrizó en Lanzarote el 23 de febrero de 1989. La isla le causó tal fascinación que regresó a ella cada año. Se enamoró de los malpaises, las montañas, la ermita de Masdache...  En 1993 hizo su último viaje; ya era mayor.

Buceando en internet se puede hacer un recorrido virtual de los lugares que visitó y dibujó. Su trabajo fue expuesto en la galería Belgrave de St Ives, en junio de 2019, bajo el título "Una isla lejana".

Sobre la serie de Lanzarote se puede leer en páginas web consultadas: "Constituye un conjunto de obras notables y significativas de la última etapa de su carrera, cuyo alcance aún no se ha evaluado por completo [...] Esta es la primera exposición que se centra exclusivamente en la respuesta de la artista a la singular topografía y geología de esta isla volcánica. Las pinturas y dibujos resultantes demuestran el interés de la artista por las estructuras naturales y su profunda capacidad de observación analítica".

Wilhelmina Barns-Graham "sufría" sinestesia, una anomalía que altera la percepción de los sentidos, por ejemplo, ver un color cuando se escucha un sonido. Eso no fue un hándicap para su carrera artística, sino una ventaja. A pesar de ser una notable artista abstracta del siglo XX, fue olvidada. Muchos críticos del arte la alabaron, pero los que contaron la historia del arte del siglo XX no la mencionaron. Como otras tantas artistas, se sintió ignorada.

Murió en 2004. Todos sus bienes pasaron a la Fundación Benéfica Barns-Graham, fundada poco antes de viajar a Lanzarote para fomentar y proteger su legado, promover el conocimiento de su obra y apoyar mediante becas y subvenciones a estudiantes de arte.

No recuerdo la tercera razón pensada del porqué no supe antes de esta artista que se enamoró de Lanzarote. Se me ha ido de la cabeza; no tendría importancia. Lo bueno y agradable ha sido encontrarla, disfrutar virtualmente de su arte y poder compartirlo con ustedes.

Ficha técnica del documental.

 

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Precioso texto

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