La periodista Myriam Ybot publica ‘Pasos de jable y volcán’, un libro que recoge la trayectoria de treinta años de la asociación feminista
Mararía: otra historia, otro libro
La periodista Myriam Ybot publica ‘Pasos de jable y volcán’, un libro que recoge la trayectoria de treinta años de la asociación feminista
En mayo de 1994 aparecía una pequeña noticia en La Voz de Lanzarote, cuyo titular decía así: “Lanzarote contará con una asociación social y cultural para la mujer”. Y continuaba: “La citada asociación tiene como fines la mejora de las condiciones de la mujer en Lanzarote en todos sus aspectos: familiar, personal, público, profesional, etc”. No era ni siquiera la noticia más destacada de esa página, que abría con la inminente entrada en prisión del entonces alcalde de Yaiza, Honorio García Bravo, y tampoco estaba firmada, aunque la escribió una periodista recién llegada a la isla, Myriam Ybot.
Treinta años después, Mararía ya no necesita presentación, celebra aniversario y para la ocasión el Servicio de publicaciones del Cabildo ha editado un libro que recopila su trayectoria, cuya autora es la misma periodista que escribió aquella primera reseña.
El libro, que se presentó la última semana de noviembre en la Casa de la Cultura Agustín de la Hoz, se titula Pasos de jable y volcán. Treinta años de periplo feminista en Lanzarote y en él, Ybot va construyendo la historia de la asociación en ocho apartados o capítulos dedicados a sus inicios, a la consolidación, a las actividades que ha impulsado en este tiempo, la participación en la lucha contra la violencia de género, el compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente, las jornadas de encuentros de la mujer, los encuentros culturales e incluso un apartado especial para la crisis del Covid.
Los apéndices del libro reflejan tanto las distintas Jornadas para la mujer que ha celebrado la asociación como los numerosos reconocimientos y premios, así como la composición de las diferentes juntas directivas y su participación en órganos oficiales y entidades públicas como el Consejo de la Reserva de la Biosfera. El libro está trufado de recortes de prensa y se intercalan entrevistas a algunas de las protagonistas de la asociación: fundadoras, asociadas, voluntarias o trabajadoras, como Ana Bruñas (socia fundadora), Macarena Barreto Morín, trabajadora social y voluntaria, como Guacimara Sánchez Guerra, María Dolores Farray y María José García Acosta (trabajadoras), Carmen Delia Reyes (vicepresidenta), Nieves Rosa Hernández (presidenta), Estefanía Rodríguez Castañeda (psicóloga) y Rosa Vera (asesora cultural).
La autora describe así su intención con el libro y la evolución de la asociación en la sociedad insular: “La ambición de este trabajo ha sido recorrer paso a paso el periplo de Mararía a través de tres décadas en las que, sin duda, Lanzarote ha vivido una enorme transformación en lo que respecta al universo referencial femenino y feminista, al espacio social de las mujeres, a su presencia en las esferas del poder y a su protagonismo comunitario. Un progreso de género en el que, sin duda, la asociación ha sido origen, artífice y motor incombustible. Un proceso que se mantiene en macha por cuanto, pese a los avances, el horizonte de la igualdad real parece aún un sueño lejano”.
Ybot desvela que se manejaron otros nombres de mujer para la asociación, como los de la maestra Eulogia González o el de Dorotea, la alfarera. Finalmente apostaron por el de la protagonista de la novela de Rafael Arozarena. En la sesión histórica de la fundación de la asociación participaron Nieves Rosa Hernández como presidenta y Rosa María Mesa como vicepresidenta, así como Isabel González, Rosa Delia Machado, Ana Bruñas, Begoña Pérez Delgado, Gabriela Jiménez, María del Mar Fenoy, Lourdes Luzardo, Esmeralda Franco, Adelina Topham, Concepción Hernández, Juana de la Cruz y María del Carmen Fernández Parrilla.
Ana Bruñas, una de las fundadoras, hace un boceto de la sociedad de 1994, que ha cambiado mucho y más aún respecto al papel de las mujeres. Asegura que no se puede negar la desconfianza inicial de la sociedad hacia ellas, ya que los roles de género estaban sólidamente establecidos en aquella fecha. “No ha sido un camino de rosas”, se recuerda en el libro. “Las veteranas recuerdan entre el dolor y la estupefacción cómo se llegó a decir de ellas que eran las mujeres maltratadas de Lanzarote, trabajando por sus intereses”.
Mararía cuenta hoy con 1.362 socias y socios y un voluntariado estable
En el libro se relata cómo el primer objetivo inmediato que tuvo Mararía fue la puesta en marcha de un centro de información para la mujer, que prestara información y asesoramiento en todos los ámbitos. Además del punto de información, siempre fue prioritaria la organización de actividades culturales, elaborar una guía de recursos sociales y redactar proyectos que pudieran ser financiados por las administraciones. Para el centro de información les cedieron el Molino de la Vega, un espacio muy reducido, que tuvieron que cambiar por un piso cerca de la Plazuela, por un apartamento con vistas a la Marina, después, otra sede en la calle Fajardo y la actual sede en Argana.
Sus fines eran nítidos: el trabajo social apoyado en el voluntariado profesional, la formación cultural de las mujeres para su participación en el progreso colectivo y la vertiente reivindicativa destinada a denunciar la violencia de género y a lograr que desde la esfera pública se atendiera la problemática femenina como un área específica de gestión, a través de departamentos con presupuesto y personal especializado.
Así explica en el libro Nieves Rosa Hernández, que ha permanecido como presidenta a lo largo de estos treinta años, el motivo para crear las Jornadas de la Mujer, como unos encuentros que son la herramienta que les permite impregnarse de conocimientos: “Como representantes del cincuenta por ciento de la población no podíamos permanecer ajenas a los grandes debates sobre la sostenibilidad y el futuro de Lanzarote, a los que aportamos nuestra experiencia, nuestra opinión y, sin duda, una óptica diferente y complementaria”.
A partir del año 2000, la asociación se abre más de forma proactiva a la sociedad, amplía su foco de atención y así se va consolidando su presencia en centros educativos e instituciones públicas. Cuando cumple 20 años se declara de utilidad pública y alcanza las 500 socias. “El salto pleno y decidido al tablero del feminismo nacional culmina las aspiraciones del trabajo en red de la entidad y su voluntad de obtener victorias de alcance para las mujeres en la lucha por la igualdad”, señala el texto. Mararía cuenta hoy con 1.362 socias y socios y un voluntariado estable de unas 450 personas. Además, un número indeterminado pero muy alto de mujeres se ha beneficiado de algunas de las actividades y servicios que ha ofrecido la asociación en todos estos años. “La puerta al futuro se abre llena de estímulos y motivación para seguir adelante y no defraudar a aquellas primeras fundadoras que hicieron camino al andar, llenas de ilusión y valentía”.
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