EL PASEO
Por Saúl García
Es entendible que la gente quiera disfrutar de la naturaleza de esta forma, aunque dé la impresión de que si lo haces en autocaravana eres respetable y si pones una caseta eres un vándalo
Lo de regular y ordenar, aparentemente, siempre parece una buena idea si se trata del territorio. Al fin y al cabo, consiste en que los comportamientos individuales no se impongan sobre los beneficios generales, que es lo que suele ocurrir, y que haya igualad de oportunidades. Pero todo depende el objetivo con el que se haga la regulación.
El Gobierno de Canarias acaba de iniciar la tramitación del reglamento que ordenará por primera vez las acampadas. Reconoce el Gobierno que es “una normativa necesaria debido al importante crecimiento de este tipo de turismo sin que exista una norma específica que lo regule” y que, como es un “segmento (le faltó añadir “de mercado”) consolidado es necesario adecuarlo a las nuevas tendencias de la actividad, con nuevas demandas y modalidades”.
“El objetivo de la futura normativa -dice la noticia- es incrementar la calidad de la oferta alojativa existente y facilitar la puesta en marcha de nuevas infraestructuras, protegiendo y salvaguardando los recursos naturales y medioambientales de las islas”. Por si no queda claro el objetivo, la consejera Jessica de León dice que, como no hay regulación “provoca inseguridad jurídica en aquellas personas que desean emprender actuaciones en este sentido”.
Entre 2015 y 2021, en la provincia de Las Palmas, se dobló el número de autocaravanas que había, con unas 4.000 más. Como tienen que aparecer en algún sitio, ha habido quejas por masificación y de malos usos en zonas de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, donde hace dos años comenzaron a tramitar una ordenanza que fija hasta 32 zonas posibles de acampada.
Es entendible que la gente quiera disfrutar de la naturaleza de esta forma, de manera más o menos espontánea, aunque dé la impresión de que si lo haces en autocaravana eres respetable porque te has gastado un dinero, y si pones una caseta eres un vándalo.
Lo lógico parece regularlo, peor si lo espontáneo se profesionaliza, ya sabemos lo que pasa. A la toma de agua y electricidad le sigue el bar, luego una carpa, la discoteca, el glamping, la ampliación ante el aumento de la demanda, los negocios de alquiler, las excursiones, las fiestas sostenibles… En fin, lo que pida el sector.
Esto se sabe cómo empieza pero no cómo termina. En cuanto al territorio, siempre es lo mismo: hechos consumados. Es un mantra. Se regula porque la cosa ya se ha desbordado. Lo que es ilegal, se legaliza, lo que es irregular, se regulariza. Y todos contentos.
Comentarios
1 Uno Lun, 15/07/2024 - 09:23
2 Mamertocracia Lun, 15/07/2024 - 16:12
3 Famara Lun, 15/07/2024 - 17:47
4 Antonio Lun, 15/07/2024 - 21:35
5 anómimo Mar, 16/07/2024 - 11:55
6 Mira Mar, 16/07/2024 - 14:10
7 Carmen Mar, 16/07/2024 - 17:03
8 Anónimo Mié, 17/07/2024 - 10:31
Añadir nuevo comentario