“Los Centros estaban destrozados y hemos llevado a cabo un cambio radical”
Benjamín Perdomo, consejero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo
En los últimos cuatro años, Benjamín Perdomo ha estado al frente de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT), el buque insignia del Cabildo. Tras una etapa difícil, marcada por la pandemia, el ente público batió récord de beneficios en el último año. La receta, resume, son menos turistas, pero más calidad y a unos precios cada vez más acordes a unos espacios emblemáticos. El próximo 28 de mayo, ocupará el tercer puesto en la lista electoral del PSOE, encabezada por María Dolores Corujo.
-¿Cómo definiría estos cuatro últimos años para los Centros, a los que a como toda empresa turística le golpeó de lleno la crisis del Covid?
-Siempre digo que me han tocado vivir dos etapas desde que, en 2019, la presidenta del Cabildo me otorgó la confianza de dirigir los Centros. Los efectos más duros de la pandemia, a nivel empresarial, se extendieron hasta finales de 2021 y debo reconocer que fue un proceso extremadamente complejo. Me tocó rescindir contratos y reducir la carga de costes que tenía la entidad, que estaban totalmente sobredimensionados desde la etapa anterior. Nos encontramos con una forma de hacer las cosas peligrosa desde el punto de vista empresarial, que se notaba menos cuando venían muchísimos turistas, pero que con la reducción de visitantes estaba claro que el ente público no iba a aguantar. En realidad, es algo que ya habíamos denunciado en el anterior mandato: que los Centros, con un revés, se irían a pérdidas de cabeza. Por eso, lo primero que hicimos fue organizar la empresa y cortar con esos sobrecostes. La ciudadanía recordará que presentamos la licitación de 45 contratos a principios de 2020. Esa medida supuso un ahorro de unos 2,5 millones de euros. Los frutos de esa gestión han permitido que compremos mucho más barato que antes.
-En un contexto económico de inflación e incertidumbre, esa conclusión que apunta resulta llamativa...
-Lo que vivimos ahora en los Centros es la consecuencia de un cambio radical que aplicamos, de forma forzosa, a la entidad. No solo sacamos a licitación servicios como el de vigilancia y seguridad o mejoramos la compra de productos para la hostelería, con una apuesta por el kilómetro cero, sino que nos ha dado tiempo de arreglar los Centros, que estaban destrozados. Poca gente es consciente del deterioro y abandono que sufrieron los Centros de Arte, Cultura y Turismo en los 10 años anteriores. Mire, hay un dato clave de esta gestión: a pesar de que la inflación en los precios se ha disparado, hoy en día en compras los Centros gastan menos que en 2018 y facturan más.
“Creemos que los precios por visitar los Centros tienen que subir, poco a poco”
-¿Cómo se consigue esa cuadratura del círculo?
-Eso se logra adoptando decisiones centralizadas y coordinadas. Cuando tienes los costes controlados y empiezas a funcionar como un reloj, consigues cerrar el año 2022, por ejemplo, con más de cinco millones de beneficio, un dato histórico. De las tres líneas de negocio que tienen los Centros -entradas, restauración y tiendas- todas están equilibradas y están dando buenos resultados. La primera de ellas es lógico que funcione porque la Isla ha recuperado visitantes y los que vienen están disfrutando, pero también estamos ofreciendo nuevas experiencias. Hemos subido los precios de las entradas, porque creíamos que se estaba pagando poco y, de hecho, seguimos creyendo que los precios tienen que seguir subiendo, de forma escalonada y poco a poco. No se puede pagar 10 euros por entrar a Jameos, ni 12 euros por descubrir Timanfaya. En cualquier lugar de atracción turística en el mundo, la entrada mínima está entre 18 y 20 euros, y tenemos que acercarnos a ese rango.
-La restauración siempre se había trasladado que era el talón de Aquiles de los Centros. ¿Lo sigue siendo?
-Ya no. A día de hoy, la restauración está en una posición casi neutra, que va a seguir mejorando porque estamos efectuando todavía ajustes. Pero, cuando entramos, perdía cuatro millones de euros al año. Solo en compras se gastaban cuatro millones, el doble que en la actualidad. La diferencia es muy grande. Ahora apostamos por el producto local y cartas ajustadas. Cuando entramos, cada carta tenía 60 platos. Eso era un grifo abierto perdiendo dinero sin parar. ¿Qué hicimos? Especializamos cada centro, de acuerdo con sus características. Por ejemplo, Montañas del Fuego es carne al calor del volcán, el Monumento es cocina tradicional, el Castillo de San José es vanguardia... además, cuando ajustas la carta, el equipo llega a la perfección en los platos y se eleva la calidad. Con los eventos seguimos una estrategia parecida: si eres experto en solomillo con salsa de vino de La Geria, lo clavas. En la actualidad, la restauración factura lo mismo que la turoperación y se está reconociendo nuestro trabajo. Hemos recuperado al cliente lanzaroteño. ¿Qué se hacía antes? Apartar al cliente local y vender menús a 10 euros, que el turoperador pagaba a siete euros. Esa política equivocada llevaba a los Centros a que cuanto más vendían, más perdían. Ahora se reconoce la gastronomía de los Centros: por tercera vez consecutiva, el Castillo está recomendado en la Guía Repsol, Timanfaya tiene un Solete y el Campesino ganó un premio Qué bueno Canarias. Ya no avergüenza llevar a tu gente a los Centros porque sabes que vas a comer bien. La restauración tiene presente y mucho futuro: tenemos en marcha un proceso de selección de 18 plazas de camarero y va a salir otra de 16 plazas en cocina.
“Con gestión se ha demostrado que la hostelería de los Centros va como un tiro”
-En el pasado era recurrente el debate acerca de la externalización de la hostelería. Entiendo que esa opción está descartada.
-La finalidad última de ese discurso de Coalición Canaria era la de privatizar. Que nadie se confunda, hablo de CC en su conjunto, no había una parte que lo quería y otra que no. En cambio, con gestión se ha demostrado que la hostelería de los Centros va como un tiro. Hay que plantearse el modelo de forma muy sencilla: ¿Un café en Jameos del Agua vale un euro? No puede ser, tiene que pagarse como mínimo doble, tenemos que ser conscientes del valor del espacio y dar, eso sí, el mejor servicio. Y quien no quiera pagar un poquito más por disfrutar de una experiencia única, tiene otras opciones más baratas.
-¿Qué estrategia están llevando a cabo con las tiendas de los Centros?
-Mire, cuando llegamos la mayoría de los productos eran chinos, cosas baratas de plástico, con lo cual, además, el margen de beneficio era pequeño. ¿Qué hicimos? Cada tienda tiene su personalidad, es distinta, e intentamos ofrecer productos diferentes, para que quien visite varios centros tenga opciones de comprar en todos. También hemos hecho una apuesta decidida por la artesanía. Hace cuatro años, de más de 60 proveedores apenas había 17 artesanos, y ahora hay casi 60. Contamos con productores de la Isla y de Canarias y nos inclinamos siempre por la calidad, que es nuestro termómetro. No nos negamos a las propuestas de los artesanos, al contrario, de tal manera que están motivados y vayan descubriendo qué líneas de productos son las que mejor salida tienen.
-¿Cómo es la interlocución con la Fundación César Manrique (FCM), porque en el pasado la relación sufrió, digamos, altibajos?
-Total. Existe respeto y cariño entre los CACT y la FCM. Existe un ejemplo reciente y claro de la colaboración entre ambas entidades: la sala dedicada a César Manrique en el nuevo museo de la Casa de los Volcanes. Hemos conseguido que, por primera vez, la Fundación participe en un proyecto como este, con audios, vídeos e imágenes de César. Con la FCM la relación es exquisita, fluida, y hay que destacar que siempre que los Centros necesitan algo están ahí. La relación con la Fundación César Manrique debe ser familiar, de proximidad, y hay que consultarle y pedirle consejo, porque hay que recordar que es la encargada de velar por el legado de César, porque el propio Manrique así lo decidió, por mucho que algunos hayan intentado destrozar su imagen.
“No hemos llegado a los visitantes de 2018, pero en ingresos lo superamos”
-Apuntaba antes que el estado de los Centros era malo. ¿Qué medidas concretas han adoptado para revertir esa situación?
-Hubo quien puso en marcha una campaña de acoso y derribo contra los CACT por no aplicar un expediente de regulación temporal de empleo durante la pandemia, pese a que ninguna institución o empresa pública lo llevó a cabo. A veces hay quien olvida que los trabajadores de los Centros son tan públicos como los del Cabildo o los de los ayuntamientos y han intentado vapulearlos. Le digo esto porque esos trabajadores, en la pandemia, se dedicaron a recuperar los Centros, la obra pública de César, y se pusieron manos a la obra para limpiar, pintar y adecentarlos, para que volvieran a lucir. Ahora estamos preparando intervenciones importantes, como la restauración del Monumento a la Fecundidad, vamos a reasfaltar el aparcamiento del Castillo de San José, acabamos de inaugurar la nueva Casa de los Volcanes, estamos con la reforma de las oficinas, hemos adquirido nuevas guaguas para Timanfaya, hemos renovado la flota de vehículos, sacaremos la renovación de la cocina del Castillo y estamos trabajando para dotar de placas solares a las Montañas del Fuego y que sea un centro autosuficiente energéticamente, de la misma forma que se ha proyectado recuperar el uso del molino del Jardín de Cactus y que genere energía limpia. Lo que nos viene por delante es materializar toda esa planificación en la que hemos puesto mucho esfuerzo.
-¿Cuáles son las previsiones realistas para este 2023, después de haber experimentado una recuperación importante en 2022 pero estar la economía global bajo la incertidumbre en los últimos meses?
-No hemos llegado a los niveles de visitantes de 2018, pero en ingresos estamos muy por encima. Con menos turistas hemos facturado el año pasado unos 32,5 millones de euros. Tenemos claro que 2023 apunta a ser incluso un ejercicio más positivo en cuanto a rentabilidad. En los 28 días del pasado mes de febrero facturamos más que en el mismo número de jornadas de julio de 2018, antes de la pandemia y en un año en el que Lanzarote vivió récord de turistas. La restauración, de la que hemos hablado, facturó en 2022, con tres meses malos, seis millones de euros, algo que nunca había hecho, y las tiendas cuatro millones. Insisto en que hay que apostar por la calidad, es el modelo de ente público y de Isla que queremos.
-¿Están los Centros al corriente del canon con los ayuntamientos, después de las polémicas que se generaron al respecto con el anterior gobierno?
-Los Centros han colaborado y colaboran con los ayuntamientos como nunca. En la época anterior solo había guerras y no pagaban el canon para fastidiar al alcalde de turno. Que se lo pregunten a Pepe Torres [exalcalde de Haría] o a Tinajo [cuyo alcalde sigue siendo Jesús Machín]. En estos momentos, estamos pagando el canon a los ayuntamientos todos los meses, se ingresa religiosamente, algo que no sucedía antes. Gracias a eso, los propios ayuntamientos pueden tener liquidez para afrontar gastos cruciales, como las nóminas. Tenemos claro que hay que ayudar a las instituciones de la Isla, sean del color político que sean. Ahora no solo se cumple, sino que se ayuda, no como en la época anterior. El gran gestor que según él mismo era Pedro San Ginés le empaquetó un regalo envenenado al Cabildo de Lanzarote de 12 millones de euros porque le quería robar la Cueva de los Verdes al Ayuntamiento de Haría, y a los Centros le dejó 10 millones de euros pendientes, que estamos reduciendo. De gestor no tiene nada. Vendió la moto de que CC gestionaba bien los Centros y que el PSOE no, pero se ha demostrado todo lo contrario: el Partido Socialista ha sido el gran gestor del ente público.
-CC ha cuestionado cómo se está abonando el pago del canon al Cabildo por parte de los Centros Turísticos, que a su vez ha interpuesto un contencioso contra la Red Tributaria. ¿Cómo se puede resolver el conflicto?
-El canon al Cabildo de 2020, 2021 y 2022 está pagado. El de 2018 y 2019 está fraccionado y aplazado, algo que se puede hacer perfectamente y que se hizo por la pandemia. En este asunto, CC juega con los conceptos y trata de engañar. Es algo complicado pero hay que tratar de explicarlo: de 2004 a 2014, los Centros devengan 21 millones de euros de canon al Cabildo, pero en la mayor parte de esos ejercicios estaban en pérdidas. Lo que aprueba en su momento el propio San Ginés es que si el pago de un canon fijo a los Centros los lleva a pérdidas se tiene que aplicar uno variable. De esos 21 millones de euros, los Centros habían pagado unos ocho millones. En 2014 se cambia el criterio y se elimina parte de esa deuda. A San Ginés se le perdonaron ocho millones, a mí ni un céntimo. ¿Cuál es la crítica de CC? Que hemos aplazado el canon de 2018 y 2019 al Cabildo... algo que se puede hacer, insisto, y que la institución insular no ha necesitado. El de los ayuntamientos de Haría, Tinajo y Yaiza está al día. De fondo hay varias cuestiones y por eso hemos interpuesto un contencioso, porque entendemos que la Red Tributaria no es competente para liquidar el canon a los Centros y que el modelo debe ser como el de otras empresas públicas que hay en el Estado, como Aena. De cara al futuro se abonará un canon si hay beneficios, y será el que decida el pleno del Cabildo al cerrar el ejercicio. Hay que recordar que los Centros se adscribieron al ente público para que los gestionase, pero el canon no puede equipararse a un alquiler, no tiene sentido porque todo es del Cabildo, los Centros y la empresa.
-¿Cuál es el objetivo de los Centros en la vertiente artística y cultural, que forma parte de su nombre, pero que suele quedar relegada en el análisis, en el que predomina el resultado económico?
-Vamos a afianzar una partida de un millón de euros en proyectos culturales, que ha supuesto un revulsivo. No solo hablamos de música, sino de proyectos literarios, como el primer Festival de Literatura de Lanzarote, o el apoyo a artistas plásticos. La isla de César no puede dejar que ningún artista con pocos recursos no pueda sacar adelante proyectos valiosos.
-Con la apertura del Islote de Fermina y la reformulación de la Casa de los Volcanes en Jameos, ¿se cierra la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo? ¿Cómo afronta ciertas críticas de la oposición que persisten sobre la retirada de esculturas del museo submarino?
-Creo que todo el mundo es consciente de que el museo submarino fue una oda a la corrupción, junto al puerto deportivo Marina Rubicón, con una sentencia que lo declara ilegal en la que se detalla el cohecho cometido con el entonces alcalde de Yaiza. Es obvio que se colocó en esa ubicación para que las embarcaciones salieran de allí. Lo que poca gente sabe es que se barajó su emplazamiento en Arrecife, pero alguien prefirió llevárselo para allá, al margen de lo que se ha ido descubriendo de cómo se gestó y qué amigos quedaron inmortalizados. Mire, los Centros no están para eso. Esta es la red de Centros de César Manrique. Sí que creo que el Cabildo debiera constituir otra empresa pública, para gestionar espacios naturales y coordinar visitas, por ejemplo en Los Hervideros, Los Clicos o el Volcán del Cuervo, y llevar a cabo tareas de mantenimiento e información al visitante.
Comentarios
1 Saber de todo Mar, 18/04/2023 - 14:59
2 personaje Mié, 19/04/2023 - 06:37
3 visitante Mié, 19/04/2023 - 06:40
4 Riveririño Mié, 19/04/2023 - 06:44
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