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Por M. J. Tabar
La Cannapharmacia abrió sus puertas en 2012 convirtiéndose en el primer club social cannábico de Lanzarote. Atiende a 2.500 socios que pueden comprar un máximo de dos gramos de hierba al día. El economista de 41 años Enrique Dorta es el presidente de esta asociación que se inspira en el modelo cooperativo californiano.
La Cannapharmacia abrió sus puertas en 2012 convirtiéndose en el primer club social cannábico de Lanzarote. Atiende a 2.500 socios que pueden comprar un máximo de dos gramos de hierba al día. El economista de 41 años Enrique Dorta es el presidente de esta asociación que se inspira en el modelo cooperativo californiano.
En la concurrida calle Princesa Ico funciona desde hace dos años una asociación cultural para el consumo lúdico y terapéutico de cannabis. Se registró en 2009 y comenzó a funcionar en 2012. Hoy tiene dos sedes -una en Playa Honda y otra en La Santa- y tienen previsto abrir una tercera en Playa Blanca. En el club, la sustancia se dispensa a los socios en diversos formatos (hierba, infusión, tintura, dulce elaborado...).
Al principio, los usuarios eran fundamentalmente jóvenes mayores de edad, pero muy pronto empezaron a interesarse personas con dolores crónicos, insomnio, migrañas o falta de apetito. “Los médicos no han tenido acceso a la planta para investigarla, pero sus efectos han sido comprobados empíricamente”, explica Dorta. Enumera varios: reducción del número de ataques de epilepsia, autistas que por primera vez “miran directamente a los ojos”, dolores mitigados, etcétera. “Existe una necesidad social. El uso lúdico de la marihuana es un hecho, pero la lucha es medicinal”, afirma.
El primer club cannábico de Lanzarote, que tiene sedes en Playa Honda y La Santa, tiene ya unos 2.500 socios
El asesoramiento es una de las prioridades del club. Advierten que el consumo de cáñamo no está recomendado para personas con depresión, ansiedad, esquizofrenia, problemas cardíacos o pulmonares. También piden a mujeres embarazadas, estudiantes o conductores que eviten su consumo.
En la Cannapharmacia lanzaroteña trabajan quince personas: administrativos, personal de comunicación, camareros en el bar, personal en el dispensario, jardineros y equipo jurídico. El club paga la luz y los fertilizantes a los productores que cultivan las plantas y suministran la hierba. Con el remanente que obtienen, la asociación organiza rifas o produce camisetas.
En España existe una situación de alegalidad: la jurisprudencia permite el consumo y la venta de hierba siempre y cuando se realice entre miembros de una asociación sin ánimo de lucro, como es Cannapharmacia. Pero los productores pueden ser perseguidos en virtud de la vigente y polémica Ley sobre la protección de la seguridad ciudadana, impulsada en 1992 por el entonces ministro de Interior José Luis Corcuera. Cualquiera que sea descubierto con plantas en su propiedad puede ser acusado de un delito contra la salud pública.
Si esto sucede, Cannapharmacia ofrece asistencia letrada al productor. “Pero si descubrimos que vende al mercado negro o trafica con otras sustancias, nosotros mismos le demandamos”, explica Dorta, que lleva media vida trabajando por el consumo responsable y libre de marihuana, y por la regulación de una industria que genere empleo local.
“La marihuana no está recomendada para personas con depresión, ansiedad, esquizofrenia, problemas cardíacos o pulmonares”
Cuando la Cannapharmacia cerró durante tres días por una “auditoría”, el teléfono de Dorta sonó varias veces: al otro lado estaban los técnicos de un área de Servicios Sociales y compañeros de Cívitas, el pleno de asociaciones lanzaroteñas. Querían saber por qué el club estaba cerrado y derivar a gente conocida. “El boca a boca funciona”, afirman en el club.
Políticos de muy diferentes formaciones están en contacto con el presidente del club. En Dorta ven a un experto que les ofrece asesoramiento técnico para estudiar la posibilidad de regularizar la producción y distribución de marihuana en Canarias. “Caminamos hacia la normalización y debemos regular la producción y el consumo para evitar las mafias”, insiste este tinerfeño-venezolano, que defiende la creación de una industria sólida y responsable en Canarias, desarrollada por empresas locales (“no por multinacionales”) y que termine con el peligroso mercado negro.
“Cuestión de tiempo”
En 2012, los estados de Colorado y Washington fueron los primeros en despenalizar el consumo recreativo de marihuana, mediante una consulta pública. El 25% de la venta de cannabis que se realiza en los dispensarios de Estados Unidos se destina a impuestos. A día de hoy, el consumo recreativo está despenalizado en veinte estados norteamericanos. País Vasco y Cataluña fueron las primeras comunidades autónomas españolas en contar con clubes sociales de cannabis.
En diciembre de 2013, Uruguay aprobó una ley inédita que regula la producción, distribución y venta de marihuana, y cuyo principal objetivo es acabar con el narcotráfico. Dorta insiste: Philip Morris y las grandes trasnacionales tabaqueras llevan 50 años investigando la hierba. El cambio legislativo es “cuestión de tiempo”.
Comentarios
1 trasss Sáb, 05/07/2014 - 13:54
2 Porreta Sáb, 05/07/2014 - 16:25
3 si y no Sáb, 05/07/2014 - 22:18
4 Toca pelotas Dom, 06/07/2014 - 10:57
5 bad boy Vie, 05/12/2014 - 17:43
6 Daniel Mar, 20/01/2015 - 11:37
7 Barbarella Buchner Mar, 24/02/2015 - 11:41
8 Anónimo Lun, 02/03/2015 - 00:12
9 Miguel Angel Alfonzo Jue, 30/06/2016 - 19:20
10 Nacho Ruiz Mar, 08/11/2016 - 04:23
11 Jonny Mié, 05/07/2017 - 21:17
12 Mily Mar, 18/07/2017 - 15:20
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