Los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) del Cabildo de Lanzarote carecían de mecanismos de control para autorizar créditos a las agencias de viaje que llevaban clientes ni para reclamar la deuda a las empresas que se demoraban en el pago.

Así lo indica un informe departamento de Experiencia de Cliente, Control y Auditoría hecho público este martes por el Cabildo de Lanzarote. En el último pleno, la presidenta de la Corporación insular, Dolores Corujo, incidió en la ausencia de gestión en los Centros para cobrar deudas pendientes y para asumir el riesgo de trabajar a crédito con los clientes.

De hecho, hasta el año 2012 las entradas para acceder a los Centros estaban reguladas y publicadas por el ente público en el boletín oficial "como precios públicos". "Esto suponía que toda agencia de viaje radicada en Lanzarote tenía derecho a trabajar con los CACT y derecho de crédito de forma automática", subraya el informe interno de los Centros, solicitado por la presidenta.

Según los datos revelados por Corujo, los Centros Turísticos acumulan más de dos millones de euros pendientes de percibir, que han sido catalogadas como de difícil cobro. Más de la mitad, en torno a 1,2 millones, pertenece a empresas privadas "cuya deuda -salvo una- se dejó crecer y ni siquiera se intentó reclamar".

"Hasta 2012 todos los créditos se concedían de manera automática, sólo hacía falta solicitarlo, por lo que no es cierto que el crédito de [la empresa] Customer Travel -ni ningún otro- se otorgase por parte el responsable político de la época", señaló el grupo de gobierno del Cabildo este martes.

Corujo ha defendido la designación del economista Juan Félix Eugenio como consejero delegado de los Centros de Arte, Cultura. Coalición Canaria ha pedido su dimisión por su relación con una socia de la citada empresa, que acumuló deuda impagada con el ente público.

En la etapa interior a 2012, "no había límites para la concesión de ese crédito" con las empresas que trabajaban con los Centros. En una etapa posterior, se encomendó a una entidad externa, Crédito y Caución, que evaluase de forma "individual" a cada agencia de viajes, "en función de los riesgos de cada una de ellas", analizando aspectos como sus ventas anuales, solvencia o episodios de impagos anteriores.

En ese año, 2012, se cambia la consideración de los precios de las entradas: de precios públicos a precios privados. En ese momento es cuando se inicia el proceso "en el que no todas las agencias tiene por qué tener crédito de forma automática y se analiza caso por caso", explica el informe, que punta que, en el área de restauración, "el responsable de esa concesión es el departamento comercial".

Crédito sin límites

Hasta este cambio de sistema no existían "límites" y la deuda se clasificaba "en función del tiempo del impago", no del importe de lo que el ente público tenía pendiente de cobro de cada cliente. El departamento que realizaba las gestiones era el económico financiero y se podía llegar a acuerdos para "pagos aplazados", que realizaba "directamente" el director gerente o el consejero delegado, explica el informe.