Antonio Cañas, ingeniero industrial, fundó hace un año Greenize, una consultoría para iniciativas sobre energías renovables, ecodiseño o eficiencia energética.  Habló en la Cámara de Comercio de Lanzarote sobre las ventajas de “emprender en verde”.

- En el fomento de energías renovables, ¿va por delante el ciudadano o la Administración?

- En energías renovables hay mucho que hacer. Se ha parado el sector por cuestiones legislativas y se ha quitado esa seguridad necesaria para invertir. Se ha hecho un parón a todo el sector, pero en España tenemos un potencial tremendo aunque algunas carencias como los idiomas y que no creemos que nuestro trabajo puede ser válido. Se han puesto todas las inversiones en grandes complejos y no en pequeños y falta un apoyo al sector y un marco que ayude.

- ¿Entonces la Administración sirve maś como freno?

- Es más freno que impulso. No acaba de ayudar aunque hay un ‘Objetivo 20/20/20’ que es todavía una declaración de intenciones. El avance ambiental va de la mano del social y el económico. Si somos maś autosuficientes deberemos menos al exterior, y tenemos sol y viento que aportan ventajas ambientales y pueden crear mucho empleo.

- Dicen que Canarias es la Arabia Saudí de las energías renovables, ¿pero la mano de obra está preparada para este sector?

- Habría todo tipo de puestos de trabajo, algunos con un fuerte contenido tecnológico, pero otros no. Se pueden desarrollar mejores productos y maś baratos y que sirvan para crear empleo y crecimiento económico. Harían falta todo tipo de trabajos, por ejemplo de mantenimiento, que redundarían en beneficio de toda la sociedad.

- ¿En qué proyectos trabaja su empresa?

- Estamos aún empezando, pero ya estamos trabajando en implantación de energías renovables en lugares urbanos y en equipos de eficiencia energética, para ahorrar energía.

- ¿El futuro de la producción energética pasa por crear muchos pequeños productores?

- Es la piedra angular, que las personas seamos capaces de ver lo que está pasando y ser más autosuficientes y autónomos. También tenemos que ser más coherentes y responsables y más conscientes de lo que pasa para exigir nuestros derechos a todos los niveles. Es el camino que va a haber que seguir y hay dos formas de seguirlo: en la locomotora o en el vagón, y es mejor estar en la locomotora y trabajar en serio poco a poco porque hace falta una auténtica reconversión.

- ¿El turismo puede ser un sector que se adapte bien a ese camino?

- Sí. El Gobierno prepara un programa de eficiencia energética en hoteles, pero por otra parte el turismo está para los turistas y a Canarias vienen ingleses, alemanes o escandinavos que son personas más sensibilizadas con este asunto que nosotros y ya tienen interiorizada una demanda de establecimientos con menor huella de carbono, así que pueden elegir productos o establecimientos que apuestan por un menor impacto ambiental.

- ¿Los productos o servicios ecológicos ya son competitivos?

- La ecología se asocia con un aumento del coste, pero lo ecológico no tiene por qué ser más caro. El mayor impacto se genera por la energía utilizada, así que si conseguimos minimizar el uso de energía en los productos, haremos productos más baratos.

- El sector lo siguen controlando grandes multinacionales...

- Pero hay muchas empresas que ponemos nuestro grano de arena con buenos proyectos de ecodiseño, de innovación, con mejores productos... Los productos los marca el mercado y la pelota está en nosotros, no en la Administración ni en la gran empresa. Las renovables son un nicho que genera muchos puestos de trabajo, y no todo son grandes aerogeneradores. También hay minieólica o fotovoltaica... Canarias es un sitio excelente para trabajar en este campo. Se habla de El Hierro como isla cien por cien renovable pero ¿por qué no extender esa experiencia? Hay dos opciones, seguir luchando o bajar las orejas.