Virginia Carretero

La extravagancia del PP local. La insolencia de la presidenta u ¡olé tus huevos!

Es seguro que el título raya la descortesía, se mire por donde se mire, por lo cual se merece una explicación. Ástrid Pérez, es un personaje con dimensión pública, y, teniendo vida privada, es posible que como persona particular, sus opiniones no se airearían en prensa. Dicho lo cual, me da la impresión de que a Ástrid Pérez, no se le escapa que en ningún momento del día deja de ser presidenta insular del PP, pero también presidenta del Parlamento de Canarias. Dudo de que en ningún momento de su vida haya manifestado que cuando vierte una opinión lo haga en calidad de particular -no tendrían recorrido alguno-, en calidad de alcaldesa -cuando lo ha sido-, de consejera -cuando ha ejercido como tal-, o de señora de su casa. Sabe, por tanto, que usa el altavoz de los medios de comunicación siendo representante pública aunque algunas opiniones se viertan en tono de barra de bar.

Ástrid Pérez no quiere que el presidente del Gobierno haga uso de la residencia de la Mareta, que es la forma finolis de señalar lo que ella  ha dicho. No quiere que venga a Lanzarote.  

Por tanto, la presidenta del Partido Popular, la presidenta del Parlamento, y la vecina de San Francisco Javier, ha utilizado al partido y ha hablado para echarle un poco institucional chorreo al presidente del Gobierno, que será lo que sea, pero que lo que merece su gestión son valoraciones políticas, probablemente muy severas, pero no salidas de tono poco institucionales de quien no muestra sapiencia sobre protocolo, algo menos de fórmulas sociales y nada de buena educación.

El  canario es un pueblo amable hospitalario y acogedor,  y, aunque Ástrid lo haga en su nombre, utiliza el partido para sus burdas ocurrencias, pues ella y el PP insular son casi lo mismo, pero, en ningún caso, puede erigirse en la voz del PP y mucho menos de la isla, que es lo que hace para largar como lo hace. Puede que Ástrid avergüence por momentos a sus militantes y votantes y sé con certeza de que muchos de los segundos que votan al PP en las generales no lo hacen en el mismo sentido en las locales.

Reitero que Ástrid Pérez es presidenta del Parlamento durante 24 horas al día y que el cargo, que tan mal representa con este tipo de intervenciones, viene a ser el máximo órgano de relación institucional con el resto de los órganos políticos, autonómicos y estatales, ocupando el segundo lugar en el protocolo autonómico después del  presidente, que no es poco.

Insisto, en que pretende olvidar que en ningún momento deja de presidir el Parlamento de Canarias como para, en su tiempo libre,  convertirse  en una hooligan descontrolada. Sé que estoy diciendo lo que ninguno de los que le rodean parecen querer decirle, lo de que vale ya de tanta mamarrachada, que eleve un poquito el nivel y que, así, nos representa indignamente.

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