
Jacobo, el consejero distraído
Alguien del PP ha insinuado, si no es que lo ha dicho clarito, que el ex-vicepresidente del Cabildo se distrae de lo esencial, que es hacer su trabajo como consejero de Obras Públicas. Lo cierto es que está en todas las fotos, lo mismo que hacía Ástrid Pérez, aunque la diferencia para que lo de uno sea malo y lo de la otra bueno, es que ella es la que sujeta el mango de la sartén. Antes de irse al destierro dorado del Parlamento, estuvo a punto de fichar por MasterChef para enseñar cómo se come la carne cruda -poco hecha, que dicen los finolis-, carne de militante y de cargo público, que había que aclararlo.
Foto sí, foto también, Jacobo no anduvo con prudencia. Ya solo, o acompañado del alcalde de Arrecife, a ojos de algunos parecían los dueños del cortijo, y vale que en el fondo se promociona el PP y eso es más que bueno, pero en la forma, ellos, el alcalde y el consejero, chupan cámara y difunden su imagen. Eso es lo malo para algunos de aquí y para la otra de allá, lo que se interpreta como un exceso de proyección pública.
Quien creyó que todo el bacalao lo corta Ástrid y que con la presidencia del Parlamento se llevó el cuchillo, no ha calculado que sí, pero que no, porque dejó algún delegado de su confianza para que haga como que toma decisiones, como es la de parecer que son otros los que deciden atar corto al que se desmande. Es lo que parece haber hecho el consejero Ángel Vázquez, que, lejos de quitar importancia al despido de Jacobo Medina como vicepresidente del Cabildo, ha adquirido mayor notoriedad intentando aparentar ser el brazo ejecutor de la presidenta. Ha sido capaz de atribuirse la responsabilidad para librar a la presidenta del partido de que sea señalada, lo cual no se lo cree nadie. El consejero resta importancia al cese del cargo al que ahora accede otra consejera, María J. Tovar, manifestando que las funciones de la vicepresidencia son protocolarias, y que los consejeros del PP en el Cabildo lo habían acordado. A Tovar le ha faltado tiempo para informar que su nombramiento le fue comunicado telefónicamente desde Madrid (Fusión) -por sorpresa- por Vázquez y que no es tan protocolario el cargo cuando ya tiene una lista de tareas como vicepresidenta. Para mayor contradicción, Vázquez dejó dicho que "estamos bajo una dirección y tenemos que acatar las decisiones que se toman". Más delator, imposible.
Está claro que hubo precipitación; que no estaba previsto y que fue un dedazo de manual perpetrado desde arriba y ahora se escudan en torpes justificaciones.
Lo que no parece considerar Vázquez, que asemejaría al tonto útil, es que, cuando deje de ser útil irá a la lista de defenestrados en el momento en que la del bacalao sienta que es un peligro, no sin antes echarlos a pelear, que es lo que ha hecho y no ha dejado de hacer nunca. Por ello, si a Ángel Vázquez le asiste la legítima aspiración de volar más alto, deberá considerar hacerlo en AENA, pues en el PP, con estos mimbres, no parece posible.
Nadie está a salvo, ni los que salen en la foto sin permiso, según el criterio de la presidenta, ni los que muestran lealtad o apariencia de ello. Todos corren idéntico peligro.
"Yo soy el partido", le falta por decir a Ástrid Pérez. Y algo de razón tendría, visto el historial. Y el cuchillo de la lideresa.
Comentarios
1 Chorizos a la c... Mar, 04/02/2025 - 21:18
2 Anónimo Mié, 05/02/2025 - 10:08
3 Raul Mié, 05/02/2025 - 16:17
4 dios omnipresente Vie, 07/02/2025 - 18:50
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