Cuando Antonio Pérez, controlador aéreo de profesión, abrió la escuela que lleva su nombre en Playa Honda en 1998, solo había otra en Lanzarote. “Ahora hay contabilizadas más de cincuenta, muchas de ellas promovidas por antiguos alumnos, como MTDance, de Tatiana Niz Hernández; Escuela Celia Medina; o El Norte Dance, de Ayose Perdomo, por citar solo algunas”, explica este bailarín, formado en ballet clásico en su Andalucía natal y que aún ostenta el récord absoluto de cinco títulos consecutivos en la disciplina de rock and roll en el gran campeonato de Europa de baile retro de Torremolinos, el que fuera el más importante de bailes de salón de Europa.

La fama de la escuela de baile Antonio se gestó ya en sus primeros años de andadura, cuando se acumularon auténticas “salvajadas” de premios en los más importantes concursos, incluyendo los europeos de Torremolinos. La primera hornada de alumnos, algunos de ellos hoy auténticas estrellas internacionales, lograron hitos como el campeonato europeo de formaciones de baile de 2003, con una coreografía Broadway de Antonio Pérez.

Algunos de aquellos alumnos, que estaban becados “por sus excepcionales aptitudes” llegaron a formar parte de legendarias compañías como el Ballet de la ópera de París o del elenco de musicales madrileños como ‘Mamma Mía’. Uno incluso dio el salto a Estados Unidos. Sin embargo, tras una década volcado en la competición, el equipo de profesores de la escuela se tomó un descanso, pero, ahora, ha retomado la preparación de bailarines de alto nivel. “Actualmente estamos preparando a 15 parejas de todas las categorías (infantil, juvenil y adulto, desde 12 años a mayores de 50) y hemos vuelto con buen pie, porque en el reciente campeonato de baile escenario combinado de Canarias (campeonato autonómico y combinado nacional) hemos conseguido nada menos que veinte trofeos y seis primeros puestos, convirtiéndonos en la escuela campeona del encuentro”, explica orgulloso Antonio.

El bailarín y coreógrafo explica que la idea de crear una escuela es casi una tradición entre los profesionales de este arte. “No conozco a ninguno que no haya querido transmitir sus coreografías, conocimientos y estilo forjados a lo largo de toda una carrera. Ahí están Cristina Hoyos, Nacho Duato o Víctor Ullate, que están ahora volcados en la enseñanza”, dice. En el caso de Antonio, se primó la calidad del centro que, veinte años después, no tiene parangón en Canarias. El estudio especializado Bringas Zabaleta proyectó un “edificio único”, con materiales nobles, alturas de hasta 7,5 metros en la zona del auditorio, que permite establecer un sistema de ventilación natural. Además, se usaron tres tipos de suelos, dirigidos a amortiguar la presión en las articulaciones, siguiendo las recomendaciones de la OMS. Así, las aulas cuentan con suelo de rodillos de goma, cámara de aire o linóleo, en función de la disciplina que se realice. Las instalaciones fueron aplaudidas por los responsables de la escuela Food Steps de Londres, que la visitaron hace unos años.

Formación de baile de la escuela, que resultó ganadora del campeonato de Europa en 2004.

La plantilla la conforman tres profesores y cuatro monitores, entre ellos la propia esposa de Antonio, Iguanira Collado, directora de la escuela y ganadora de varios premios, junto a su pareja de baile, Vladislav Anarchov, campeón de Bulgaria de baile deportivo. Iguanira, que compite en la categoría de 18 a 30 años, también cuenta con un subcampeonato de Europa de salsa formando pareja con Antonio y fue elegida en el programa de la Televisión Canaria ‘El Patio’ la mejor bailarina de su edición, bailando con José Mouriño. También estuvo compitiendo durante dos años con el ‘top’ Rubén Rodríguez, campeón de España de baile deportivo en la modalidad de latinos y finalista del programa de TVE ‘Bailando con las estrellas’.

Por su parte, Antonio Pérez se encarga junto a Iguanira de las clases de preparación del equipo de competición. El centro también ofrece clases de canto, a cargo de Antonio Pirisi, profesor titulado superior, que imparte las disciplinas vinculadas a la música.

En la actualidad, más de 130 alumnos de todas las edades están matriculados en alguna de las clases que propone la escuela de Playa Honda, que este curso también se ha abierto a los bailes urbanos. “Son divertidos y atraen a la gente joven que no ha bailado nunca y que se sienten cómodos en estos estilos”, cuenta Antonio. Su hijo Evander, de 12 años y su pareja de baile Mikaela ya han cosechado éxitos en esta disciplina, “siendo los únicos participantes en el campeonato de baile urbano de Canarias a los que aplaudieron los cámaras de televisión”.

Antonio montando una coreografía en La Habana, para los bailarines de la televisión cubana.

También se ha creado un grupo de urbano con las madres de los alumnos denominado ‘Top mamis’. “En lugar de esperar en la recepción a sus hijos, se metieron ellas en una clase aparte”, dice Antonio, que habla de las bondades de la actividad física, asociada al esparcimiento. “El lema de este grupo es diversión y salud” , asegura el director de la escuela, que agradece el compromiso personal de Lorena Feo García, nueva trabajadora de la escuela, “ella misma madre de otros grandes bailarines, que ha impulsado este grupo de mujeres entre sus contactos y a la que queremos reconocer su impresionante trabajo”.

Antonio, ya en la categoría senior, sigue en plena forma, aunque se le resiste la competición: “necesito una pareja de más de 50 años que me aguante por la intensidad de los entrenamientos”, dice. Bailarín formado en clásico, tuvo que lidiar en tiempos menos tolerantes con los comentarios de quienes no entendían que un chico amara este arte. “Pero lo cierto es que según una macroencuesta de una conocida revista de tirada nacional, las mujeres ven muy atractivos a los hombres con visa oro y que saben bailar”, bromea esta leyenda del baile de salón, que sigue siendo requerido de los más diversos ámbitos, desde los certámenes para exhibición al mítico programa de Cristi Domínguez en la televisión cubana, para preparar las coreografías de sus bailarines.