LA MEMORIA DE LOS CENTROS

Un homenaje vanguardista al campesino

César Manrique logró combinar arte contemporáneo con etnografía y arquitectura popular en el conjunto de la Casa Museo del Campesino

Mario Ferrer 0 COMENTARIOS 20/06/2021 - 08:30

Hoy ya pertenece al imaginario de la Isla, pero en su etapa inicial el monumento Fecundidad, la gran escultura abstracta que corona el conjunto de la Casa Museo del Campesino, llamó mucho la atención y no faltaron comentarios en su contra. Es un capítulo poco conocido, pero jugoso. Diversas figuras destacadas criticaron esta enorme escultura, aunque también recibió grandes elogios. Eran los años sesenta y el arte abstracto todavía no estaba muy aceptado, menos aún para una pieza dedicada al mundo agrícola, que se asociaba con un lenguaje más costumbrista. Lejos de cualquier concesión realista, Manrique siempre apostó por los lenguajes estéticos contemporáneos, sin renunciar a hacer su propio homenaje a la cultura tradicional de la Isla.

Tras la creación pionera de La Cueva de los Verdes (1964) y los Jameos del Agua (1966), el Cabildo de Lanzarote inició nuevas intervenciones artísticas en espacios singulares de la Isla, con la intención de dotarla de un nuevo sentido turístico en una época de precariedad económica para Lanzarote. Al mismo tiempo que se hacía la Casa Museo del Campesino se trabajaba en Timanfaya y en el Mirador del Río.

El mentor y líder estético de la intervención de la Casa Museo del Campesino en 1968 fue César Manrique, acompañado de sus habituales colaboradores, entre los que destacaron Jesús Soto, en la parte estética, Luis Morales y el equipo de operarios que construyeron los CACT, en la parte técnica. La Casa-Museo del Campesino ha vivido diversas modificaciones, especialmente en su oferta museística, y en los años noventa la obra fue ampliada bajo la dirección del artista lanzaroteño Ildefonso Aguilar.

El monumento Fecundidad parte de las piedras naturales de la Peña de Tajaste y va ganando altura a través de la modulación de cuerpos geométricos cambiantes. Cilindros, rectángulos y otras figuras provenientes de tanques de antiguos barcos pesqueros que fueron reciclados, pintados de blanco y combinados con hormigón para crear una escultura abstracta de 15 metros que fue concebida como una alegoría a la figura de la campesina y el campesino de Lanzarote.

Manrique siempre fue aficionado a reciclar materiales viejos o desechados para darle un nuevo sentido estético, una idea que también sobrevoló gran parte del arte del siglo XX. Por estas mismas fechas, en 1970, Manrique colocó en el antiguo Parque Islas Canarias de Arrecife su escultura Barlovento, conocida popularmente como Chatarra. Se trata de un homenaje al marino de la Isla hecho con restos de antiguos barcos que hoy en día está en la rotonda situada en frente del Arrecife Gran Hotel.


Construcción de la Casa del Campesino. Foto: Ildefonso Aguilar.

Ligeramente separada del resto de los elementos de la Casa Museo para ganar autonomía, la escultura Fecundidad enlaza, por su volumetría y geometría, con muchas de las propuestas del cubismo, una corriente de las vanguardias históricas de principios del siglo XX que tuvo una amplia influencia en el resto de la centuria. Las múltiples perspectivas que ofrece y la poética lineal de su estructura aluden efectivamente al estilo rupturista que crearon Pablo Picasso y Georges Braque, pero que fue mucho más allá de estos dos autores. Manrique bebió mucho del cubismo y otras vanguardias históricas, combinándolas con soltura y sin complejos.

El artista lanzaroteño siempre se reconoció a sí mismo como pintor, aunque amplió su actividad a otras muchas disciplinas, siendo la escultura una de sus favoritas y de la que más ejemplos dejó en Lanzarote. De especial relevancia fueron las esculturas móviles, como los llamados Juguetes de viento, por ejemplo, que son piezas que se pueden ver en diversas localizaciones de las carreteras de Lanzarote y que también juegan con formas abstractas, aunque esta vez las referencias de Manrique estuvieron más en el arte cinético que en el cubismo.


Foto: Adriel Perdomo.

Arquitectura popular

La estatua monumental Fecundidad se ideó para que fuera acompañada de una serie de edificaciones que ejemplificaran las principales características de la arquitectura popular de Lanzarote, una faceta que atraía mucho a César Manrique, quien en 1974 coordinó Lanzarote. Arquitectura inédita, un libro ya clásico que se convirtió en un manifiesto a favor de la conservación de las viviendas y construcciones vernáculas de la isla.

Como también sucedió con muchos artistas del siglo XX, a Manrique le interesaba indagar en las singularidades locales frente a la estandarización y repetición industrial de la arquitectura moderna. Así, el conjunto del Monumento recoge diferentes elementos de la arquitectura rural y la cultura popular lanzaroteña: volúmenes muy básicos, predominio del blanco y el verde, chimeneas, ventanas, balcones, cubiertas, eras, lagares, puertas, mobiliario, aperos, jardinería, etcétera. Una arquitectura humilde y sencilla, como no podía ser de otra manera en las viviendas de los campesinos. Pero que también reúne grandes valores en la pureza de las líneas y en su armónica conexión con el entorno natural de la Isla, algo especialmente apreciado por Manrique.

Este CACT también fue concebido como museo dedicado a la vida agraria de Lanzarote, albergando salas expositivas y talleres de artesanía, aunque sus contenidos han ido variando con los años. En este centro participó activamente el maestro artesano Juan Brito, una figura ligada a los CACT en muchos aspectos. Sí ha sido más estable su apuesta por la gastronomía tradicional de Lanzarote, que es la protagonista de la oferta del restaurante del centro.

Simbolismo del lugar

Inicialmente se pensó en ubicar la Casa-Museo del Campesino en La Geria, pero finalmente se escogió las Peñas de Tajaste, en un punto que se corresponde con el centro geográfico de la Isla, con muy buenas comunicaciones hacia todas las direcciones.

Peña Tajaste es un resto elevado de material basáltico antiguo, que pudo ser un antiguo hornito generado en las coladas que circularon por esta zona hace muchos miles de años. En esa misma zona y en la del Jable hay muchas peñas parecidas: Peña Picúa, Peña del Gato, Peña Redonda, etcétera.

La importancia del lugar se debe a su simbolismo agrícola para una isla con una fuerte cultura agraria tradicional, ya que el Monumento se inserta junto a dos de las modalidades de cultivo más relevantes en la evolución de Lanzarote: a un lado, La Geria, el espacio de cultivos sobre ceniza volcánica, y al otro lado la amplia zona de jable (arena), que discurre desde Famara hasta las playas del sur, pasando por San Bartolomé.

Muchos especialistas internacionales hablan del vino de Lanzarote, el típico de La Geria, como un “vino en el extremo”. Canarias es la zona de cultivo más al sur hasta Sudáfrica, y produce la primera vendimia del año en Europa. Las condiciones climatológicas y las lluvias, con una media de 100 litros anuales por metro cuadrado, son menos favorables que en otras zonas de cultivo.

Bajo este panorama tan complejo, las técnicas de cultivo de vino de Lanzarote son también únicas y extraordinarias. Esta forma de cultivar tan peculiar, a la que ha tenido que recurrir el campesino local para intentar rentabilizar al máximo las posibilidades agrícolas de la Isla, obliga a un trabajo de mantenimiento manual continuo y muy delicado. Tan delicado que muchos se refieren a los agricultores de la Isla como jardineros y cuidadores del paisaje.

Por otro lado, la zona del Jable también es otro ejemplo del enorme derroche de esfuerzo e ingenio que hicieron campesinas y campesinos para plantear una agricultura de supervivencia en un paisaje extremadamente árido.

ILDEFONSO AGUILAR: IMAGEN, MÚSICA Y ARTE


Foto: Adriel Perdomo.

Proveniente de una familia de raigambre cultural y artística, Ildefonso Aguilar era un joven estudiante de Bellas Artes cuando recibió una carta del presidente del Cabildo, José Ramírez Cerdá, ofreciéndole colaboración de la institución para sus primeros trabajos audiovisuales sobre Lanzarote.

Aguilar volvió a la Isla tras sus estudios en 1968 y empezó a trabajar como profesor en la Escuela de Artes y Oficios y en el Cabildo como asesor artístico en una época en la que se estaban fraguando muchos nuevos Centros de Arte, Cultura y Turismo. De hecho, una de sus primeras intervenciones fue crear la ambientación musical de la Cueva de los Verdes con Jesús Soto, a quien él mismo reconoce como una suerte de padrino en su llegada a los CACT. También colaboró con Soto en la creación de la ruta de los volcanes, aportando, entre otras cosas, la música y el texto original que guían la visita a Timanfaya.

En las primeras etapas de su trayectoria en el Cabildo se ocupó de coordinar aspectos de protocolo directamente con su presidente, José Ramírez, de quien destaca su enorme tacto para las relaciones con grandes personalidades que venían en esa etapa y que eran claves para impulsar el desarrollo de Lanzarote. Ildefonso intervino en esas visitas ilustres no solo haciendo de cicerone sino también testimoniándolas con fotografías, al tiempo que se iba formando el primer departamento de cultura del Cabildo de Lanzarote.

Aguilar participó desde el inicio en la creación de la Casa Museo del Campesino

De esta manera, otra vinculación de este autor con los CACT estuvo en la dirección de la potente programación cultural que tuvo lugar en los Jameos, la Cueva o el MIAC en las décadas de los setenta y los ochenta, programándose una completa y amplia lista de actividades musicales, escénicas o teatrales de grandes compañías internacionales.

Aguilar también participó desde el inicio en la creación de la Casa Museo del Campesino, aunque fue a finales de siglo cuando hizo su mayor aportación. La segunda fase del centro estaba ya muy avanzada, pero César Manrique falleció en un accidente de tráfico sin que se culminara la conexión entre la primera parte del conjunto y la segunda. El presidente de esa época, Enrique Pérez Parrilla, le encargó a Ildefonso que acometiera esa obra, haciéndose cargo de la dirección artística de la finalización y los accesos al gran restaurante subterráneo y al centro de artesanía que posee el conjunto.

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