“Igual que nos suscribimos a Netflix, nos vamos a suscribir a los coches”. El pronóstico lo lanza el lanzaroteño Emilio Mellado, con el aplomo de dirigir una compañía cuya tecnología ha impulsado Mondocar, una plataforma de suscripción de vehículos, en la que puedes elegir contratar un BMW o un Mini y darte de baja de un mes para otro, como si fuese un canal de películas y series. De momento está en cuatro ciudades y acaba de ser noticia porque, entre los vehículos de la plataforma, hay una remesa de coches utilizados por jugadores del Real Madrid.

Otra fórmula en la que también participa World Wide Mobility, la compañía que preside Emilio, acaba de ser lanzada a finales de noviembre por Mutua Madrileña: se llama Voltio y consiste en una flota inicial de 500 vehículos cien por cien eléctricos. El usuario se registra en la aplicación de Voltio, sin cuota de alta, y puede utilizar cualquier vehículo libre con una tarifa única de 30 céntimos por minuto (15 céntimos si está en pausa).

Detrás de un sistema aparentemente sencillo “hay una parte de gestión, que no se ve y es en realidad la complicada, para tener localizados todos los vehículos, garantizar que estén limpios o que tengan el nivel de batería adecuado para un nuevo cliente”, explica el emprendedor lanzaroteño.

De la vertiente tecnológica del proyecto de carsharing se encarga la empresa de Emilio. Hace tres años, Mutua Madrileña adquirió un 10 por ciento de la compañía fundada por Emilio Mellado (Arrecife, 1984), y dos socios, Jorge Jurado y Javier Galve. En la prensa económica se tituló por la entrada en el accionariado del grupo propietario del agregador de movilidad Chipi.

La idea de Chipi surgió por casualidad: un día de 2016 habían quedado para una reunión y no encontraban transporte. Buscaron en diferentes plataformas, pero cayeron en la cuenta de que no existía la opción de comparar, en tiempo real, todas las opciones de transporte que tiene un usuario según su ubicación.

De ahí nacería Chipi, que ahora está operativa en 15 ciudades e integra plataformas de transporte, alquiler de vehículos o transporte público. No fue sencillo. “Los usuarios no solo querían ver las opciones sino contratarlas desde la aplicación, pero los proveedores tenían que dar acceso y, hace cinco años, los privados no querían y los públicos no estaban preparados”, reflexiona Emilio. Pasado el tiempo, reconoce que “era muy pronto”.

“Igual que nos suscribimos a Netflix, nos vamos a suscribir a los coches”

La situación ha cambiado, pero de aquella primera crisis en el modelo de negocio de la empresa nació otra oportunidad: prestar servicios tecnológicos a marcas de coches. Diseñaron un dispositivo y la tecnología que permite “controlar” un vehículo desde una aplicación, que se utilizó con Hispano Suiza, una marca de vehículos de lujo.

Aquel aprendizaje les ha servido en sus nuevos proyectos, con marcas que incluyen Toyota o Hyundai, en Portugal. Con la primera han desarrollado el sistema para controlar los vehículos de una empresa, coordinando el uso para “optimizar” la dimensión de la flota. “Hay muchas compañías en las que habitualmente la mayoría de los coches están parados el 90 por ciento del tiempo, y con este sistema se ajusta la flota a las necesidades”, explica.

Con Hyundai desarrollan un sistema para alquilar vehículos en concesionarios “por días, semanas o meses, con flexibilidad”. Entre las empresas con las que han trabajado recientemente se encuentra Avis, de vehículos de alquiler, o Arval, dedicada al renting.

Futuro eléctrico

Para Emilio, que fue piloto de avión e instructor de Boing 737, el presente ya es el modelo de suscripción, “que va a afectar a todo”. Y el “detonante” del cambio va a llegar de la mano de los coches eléctricos. “Va a suceder como con los móviles, que cada año saldrá uno que se carga en mitad de tiempo y con el doble de autonomía”, explica.

Antes, una evolución tan acelerada no existía en el mundo del motor. En ese escenario, dar el paso de comprar “seguirá teniendo sentido para quien planifique tener el mismo coche los próximos 10 años”, pero habrá quien prefiera abonar una suscripción, probar unos meses e ir cambiando “cada poco tiempo”, a medida que se produzca el avance en la tecnología de los vehículos.

“Lanzarote es un mercado peculiar, no es fácil”, reflexiona Emilio cuando se le pregunta cómo se pueden trasplantar las últimas tendencias sobre movilidad a la Isla. “Por un lado, todavía existe un sentido arraigado de la propiedad y hablamos de ‘nuestro coche’, pero el cambio en la mentalidad va a ser progresivo, y aunque será más lento que en grandes ciudades, llegará”, asegura.

Sobre soluciones para pagar por el uso de vehículos según el tiempo de utilización, como ya sucede en Madrid, Emilio explica que hay iniciativas públicas para colocar vehículos, principalmente eléctricos, en diferentes zonas. “Siendo honesto, creo que en Lanzarote todavía es pronto, me encantaría decir lo contrario, pero estos modelos llegarán”, sentencia.