Todos los colores de Israel Curbelo
El compositor y cantante presenta ‘Llenos de color’, su nuevo ‘single’: “Somos niños aprendiendo la palabra amor”
El teclista, cantante, percusionista y compositor lanzaroteño Israel Curbelo se encuentra en un dulce momento creativo. Su último trabajo, Llenos de color, disponible en las principales plataformas musicales y en redes sociales, constituye un hito en su ya extensa carrera. “Este single me ha traído muchas alegrías. Ha despertado emociones en muchas personas y ese es uno de mis principales objetivos: hacer feliz a la gente, ser capaz de conectar a través de mi música o mis letras con los demás y generar algo mágico en su interior”, dice.
Llenos de color es una canción “profunda, que habla sobre lo frágiles y hermosos que somos, de nuestros miedos e inseguridades, del paso del tiempo, de cómo muchas veces no somos capaces de conectar con el presente y ser plenamente felices”, explica.
El tema alude a asuntos tan dispares como el amor en su estado más puro, “cuando dos padres esperan el nacimiento de un hijo”, las cicatrices de la vida y el dolor o la huella que deja una enfermedad como el cáncer. Uno de sus ejes principales es “la libertad de amar sin represiones”.
El videoclip Llenos de color ha sido grabado íntegramente en la Isla, conformando con el tema musical una unidad artística. En el vídeo, su hija Noah porta la bandera LGTBIQ+ justo en el momento en el que Curbelo canta “somos niños aprendiendo la palabra amor”.
“Esta frase, que evidentemente se refiere tanto a niños como a adultos, significa que en el proceso de la vida seguimos aprendiendo a amar cada día, no importa la edad que tengamos, y en ese aprendizaje, nadie debe reprimir ni dictar de qué forma o a quién podemos o debemos amar”, puntualiza.
La propia trayectoria vital de Israel Curbelo es un ejemplo de coherencia con la filosofía que propugnan sus temas. Asegura que, aunque, “por supuesto”, quiere que su propuesta llegue al mayor número de personas, en ningún caso busca los aspectos más superficiales de la carrera musical, como la fama o la rentabilidad comercial, prueba de ello es su renuncia a tener fuera de la Isla una mayor proyección para poder así criar a su hija. Si no vive en Madrid, lugar que considera “su segunda casa”, no ha sido por falta de ofertas.
En 2004, la mismísima Rosana lo fichó para su discográfica Lunas rotas, después de escuchar una maqueta suya. Esta circunstancia supuso para el compositor un punto de inflexión: “A pesar de ser prácticamente autodidacta, decidí apostar por la música profesionalmente y me instalé en Madrid unos años. En mi cabeza barajaba hasta entonces otras ideas, como cursar la carrera de magisterio musical, pero aquella oportunidad me hizo decidirme”.
Con una inexplicable humildad, Israel asegura que cantar es “de lo que menos mal” se le da. Con todo, su trayectoria impresiona, si se piensa que el artista solo tiene 37 años: “Empecé a cantar a los siete y con 10 ya compuse mi primer tema, que no quiero ni saber cómo sería”, bromea. Con 17 años ya autoprodujo su primer disco titulado Vida Morse, “entroncado en la música progresiva instrumental”.
Trayectoria imparable
Tras su paso por Lunas Rotas, en 2009 ficha por la banda Gnoma, como teclista, cantante y compositor, donde permanece hasta 2015, dando forma a los discos Origen (2011) y Cauces (2014). Israel también ha participado en proyectos escénicos, poniendo música a espectáculos como Soñando circo de Comedia Desastre y La ramita de hierbabuena, dirigida por Carmen Sancristóbal, o componiendo la banda sonora de la producción Semillas, de Siscu Ruz.
Entre las colaboraciones que ha realizado para otros artistas se encuentra la edición de los discolibros La Semilla y Versos con lengua del músico y poeta extremeño José Manuel Díez, la dirección musical para la banda de Duende Josele en Canarias o la grabación del disco Lanzarote Music de Toñín Corujo, en el que se incluye su tema Agua.
Con los músicos Toñín Corujo, Carlos Pérez y Yarel Hernández crea Toñín Corujo Quartet, formación con la que actuó durante casi siete temporadas en Jameos del Agua, realizó giras internacionales durante cinco años consecutivos por países como Alemania y Polonia y con la que grabó los discos Una noche en Jameos (en directo) o El Genio, inspirado en César Manrique y en el que Israel Curbelo participa con tres canciones originales.
“Mi objetivo es hacer feliz a la gente y ser respetado como músico”
El lanzaroteño ha trabajado también como músico de sesión con el dj y productor estadounidense Terry Hunter o con el talentoso cantautor cubano Sergio de Jesús para su disco Ganas. Además, ha compartido escenario con algunos de los músicos canarios más influyentes de las últimas generaciones, como Luis Morera (Taburiente), Domingo Rodríguez Oramas El Colorao y Benito Cabrera, “con el que tuve el honor de participar cantando en su conocido villancico Una sobre el mismo mar, que ha sido regrabado en la actualidad. Asimismo, cuenta con numerosas colaboraciones con artistas de la Isla como Estefanía Curbelo, Beni Ferrer, Maru Cabrera o la polifacética Laura Cox.
Ahora, con Llenos de color, Curbelo consolida una línea de trabajos discográficos que tiene su antecedente en No es el final (2020), que supuso su primer vídeo como cantante solista. El tema está inspirado en “la superación personal y la lucha contra el cáncer”, explica este artista de enorme sensibilidad y dedicación a su trabajo: “No tengo la capacidad de sacar una canción en 20 minutos, mi proceso es habitualmente de meses”.
En concreto, estos últimos single y vídeo, que hablan del proceso de aprendizaje del amor durante toda la vida, ha supuesto un trabajo de seis meses de autoproducción, en el que han participado muchas personas de su círculo de amigos, como Alejandro Vallejo, Fernando Armas, José Benasco, José Molina o David Frías, encargado de la producción musical.
“Pasó algo curioso con la creación de este tema porque, a medida que iba componiendo la letra y la música, venían a mi cabeza imágenes concretas. Quizá por eso me tomé tiempo y lo hice con tanto mimo. Quería que ese mensaje llegara con claridad a quien viera el videoclip”. Y así ha sido. Finalmente, imagen y música conforman un pack único que hacen que la obra esté completa. Israel asegura que ha recibido mensajes de personas embargadas por la emoción tras escuchar el tema, y eso, bajo su punto de vista, es todo lo que necesita “para seguir trabajando y creando canciones”.
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