Electricista de profesión, el instrumentista Jesús Bernal forma parte de la historia de los grupos de la Isla. A sus 71 años es el alumno de mayor edad del Conservatorio de Lanzarote
Suso ‘Trompeta’, la chispa musical
Electricista de profesión, el instrumentista Jesús Bernal forma parte de la historia de los grupos de la Isla. A sus 71 años es el alumno de mayor edad del Conservatorio de Lanzarote
Jesús Bernal, más conocido como Suso Trompeta, forma parte de la historia musical de Lanzarote. Ha sido integrante de varias bandas de música, de la primera murga del Carnaval de Arrecife Los Relamidos, y de orquestas. De profesión electricista y sin apenas saber solfeo, su pasión por la música le llevó a convertirse en uno de los intregrantes del Círculo de Amigos de la Música que más tarde daría paso al Conservatorio, donde hoy, a sus 71 años, continúa su formación musical.
Todo comenzó por casualidad. Un día paseando por delante de la iglesia de San Ginés se detuvo a escuchar el ensayo de la Banda de Música de Arrecife. Don Castellano, un militar retirado que instruía a los músicos, le preguntó si quería aprender a tocar. Así fue como dio su primera clase de solfeo. “Me enseñó el do, re, mi, fa, sol y automáticamente me dieron una trompeta”.
“Con la Banda de Música de Arrecife salíamos en San Ginés acompañando a los cabezudos por los barrios y tocaba lo que hiciera falta en ese momento sin apenas conocer solfeo”. Los que formábamos parte de esta agrupación fundamos luego Los Relamidos, “la primera murga de Lanzarote”, que existió durante 20 años (1971-1991). A partir de 1991 la agrupación dio paso a la actual banda Salsa Verde.
También se interesó por Los Volcánicos que ensayaban en La Puntilla, más conocidos como Los Pelotillos. Lo componían un bajo, un guitarra y un batería, puesto que cubrió al sumarse a la formación. Allí pudo poner en práctica lo aprendido en la Banda Municipal donde se adaptaba al instrumento que se precisaba en el momento y ya había hecho sus pinitos también con la percusión. Tocaban en la sala Loro Verde, un antiguo local de Playa Honda que frecuentaban los turistas que protagonizaron el despegue del sector en la Isla. “La gente iba caminando desde Arrecife hasta allí para bailar”. Tenía entonces 16 años y para poder tocar debía conseguir la autorización de sus padres. Recuerda también de esa formación que tocó una Novechevieja en Puerto del Rosario y en el Carnaval en Las Breñas. “Nuestro equipo de sonido estaba conectado a una batería de coche. En cuanto se terminaba la batería se acababa el baile”, rememora.
La carrera de Suso continuó bajo la batuta de Santiago Sabina, un músico de Tenerife quien junto a Alfonso Duro Cabezón pusieron los pilares del Círculo de Amigos de la Música, que califica de “pequeño conservatorio”. Ocupaba un local de la calle José Betancort, al lado de El Almacén, donde aún continúa teniendo su sede. De Duro Cabezón asegura fue un “maestro” y quien logró que se tomara la formación músical más en serio.
En el año 1971 pasó a formar parte de la Orquesta Voces Nuevas, que vio la luz en Haría. Se sumó al grupo al enterarse de que necesitaban un trompeta y un saxofón. Allí se encontró con José Cruz, Benito Luzardo y Martín, entre otros. “Estuve con el grupo hasta que se fueron yendo todos. El cantante, Paco Rosales, y yo fuimos los últimos en abandonarlo”. Le resultaba difícil compaginar los ensayos y actuaciones con su trabajo y la familia. “Los fines de semana salíamos a las seis de la tarde de casa y no regresaba hasta bien entrada la madrugada”. Aunque cuando más actuaban era en verano. Tocaban en todas las verbenas de los pueblos. Formó parte de la Orquesta Voces Nuevas durante 21 años. “Nos despedimos coincidiendo con un Verbenazo en Fariones en el año 1992”, recuerda.
“Tengo toda la familia de bombardinos. Me chifla este instrumento”
Después, le llamaron de otras orquestas, pero no quiso saber nada de las actuaciones musicales durante un tiempo. Tras la etapa de Voces Nuevas se dedicó a su profesión y a la familia. Sin embargo, la vida aún debía concederle algunos de los mayores logros de su carrera musical. Tras abandonar la orquesta, un familiar le pidió que entrara a formar parte de la Banda de Música de Tías, donde necesitaban un bombardino -explica que es similar a una tuba pequeña- instrumento que no había tocado en su vida. Tanto le gustó la experiencia que no dudó en acudir en auxilio de su primo y formar parte de la agrupación del municipio, del que dice “era el de mayor cultura musical de la Isla”. La banda de Tías fue en esa época una de las mejores de Canarias, según asegura un melancólico Suso quien reprocha la ausencia hoy en día de una agrupación similar en este municipio. “De la noche a la mañana fue decayendo, ya sabemos cómo es la política. Es vergonzoso que el municipio de Tías no tenga su propia banda municipal”.
Tampoco cuenta con agrupación municipal la capital, Arrecife. Hoy día, San Bartolomé y Teguise son las únicas bandas de referencia de Lanzarote. Y es gracias a la banda La Unión, del Conversatorio de Música, que se amenizan las salidas profesionales de los municipios que carecen de formación musical propia. El grupo fue creado por el maestro Alfonso Duro Cabezón y hasta él han llegado los descendientes de los primeros integrantes del Círculo de Amigos la Música, explica Suso, en un acompañamiento intergeneracional.
Imágenes para el recuerdo de Salsa Verde.
Conservatorio
Alfonso Duro Cabezón, también fundador de la Banda Municipal de Música de Arrecife, pasó de conformar el Círculo de Amigos de la Música a ser parte relevante de la historia del Conservatorio de Música de Lanzarote, actual Centro Insular de Enseñanzas Musicales de Lanzarote (CIEM), auspiciado por el Cabildo de Lanzarote con Carlos Espino, entonces, como consejero. Tal es la devoción de Suso por el maestro Duro Cabezón que llega a proponer que la calle de El Almacén pase a tener su nombre. “Me gustaba tanto cómo tocaba la trompeta que iba a verlo al llano de los Cuarteles, donde dirigía la banda de cornetas”, relata.
Al principio, el músico no estaba muy convencido de estudiar en el incipiente Conservatorio, pero tras superar la prueba de acceso fue capaz incluso de terminar los estudios de bombardino e iniciar los cursos de trombón de varas, “sin apenas tiempo, y enlazando las guardias en el equipo de mantenimiento del Hospital Doctor José Molina Orosa”. Ya anteriormente, en el Círculo de Amigos de la Música, cursó dos años de trompeta gracias a que venían docentes del Conservatorio de Las Palmas de Gran Canaria a examinarlos.
En la actualidad, Suso colabora con la Banda de Música de San Bartolomé, donde también toca su hijo Hugo, bajo la dirección del maestro Giovanni Noda, que hace doblete en la Banda Municipal de Yaiza. También colabora con la Banda de La Villa bajo la dirección del profesor Ayoze Rodríguez, con la que ha tenido la oportunidad de viajar hasta Barlovento para acompañar en su actuación en la Isla Bonita al cantante Manu Tenorio.
A la espera de que se retomen las clases en el CIEM, un incansable Suso de 71 años, continúa con su formación musical centrando el aprendizaje en la parte más técnica, al tiempo que colabora con la banda La Unión y la big band del Conservatorio. “Tengo todo el tiempo del mundo”, dice el alumno de mayor edad del centro.
El Círculo de Amigos de la Música fue el germen del Conservatorio
En su hogar atesora la que fuera su segunda trompeta, “que funciona de maravilla”, un trombón de varas, y en lo que se refiere a bombardinos, cuenta con uno clásico, un bombardino barítono y una trompa tenor Horn. “Tengo toda la familia: el padre, la madre y el hijo. Me chifla este instrumento”, dice este músico que siempre se ha decantado por los instrumentos de viento.
Tras haber pasado buena parte de su vida actuando y viviendo el inicio de las orquestas de verbena en la Isla considera que, en la actualidad, hay mucha más competencia musical y que las bandas tienen más facilidades para interpretar sus melodías. “Meten todo tipo de frecuencia”, dice. En la época de Voces Nuevas apenas dos orquestas más conformaban la oferta (Los Haches de los hermanos Cancio y la Estrella del Sur de Pepe Artiles). “Era un yo me lo guiso yo me lo como. La orquesta era responsable de aportar todo el equipo de sonido necesario. Íbamos un día antes a regular y el día de la actuación salíamos de casa a las cinco de la tarde y volvíamos a las cinco de la madrugada”, rememora.
Pero también hubo momentos gratificantes, como cuando conoció en el año 1973 a la que más tarde fuera elegida Miss Universo, la española Amparo Muñoz, en el primer certamen de Miss España celebrado en Lanzarote con Rogelio Tenorio como alcalde de Arrecife. Evento en el que la Orquesta Voces Nuevas vestía un uniforme de gala para la ocasión, obra del sastre don Cristóbal con taller en la antigua calle José Antonio, actual Manolo Millares, y abuelo del pianista del grupo. En ese evento también pasaron por el escenario del Parque Ramírez Cerdá una joven Rocío Jurado en sus inicios y Los Sabandeños, recuerda Suso.
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