El consejero de Obras Públicas, Jacobo Medina y el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, han supervisado este jueves por la mañana la instalación de la estructura de la molina de Teguise en la plaza de La Mareta, cuyos trabajos de rehabilitación y restauración siguen en proceso dentro de los plazos establecidos.

De este modo, se recupera “parte de la historia y del patrimonio cultural de Isla con la restauración de esta molina, que se encontraba prácticamente en ruina y cuyas piezas, tanto las de madera como las metálicas, presentaban un importante deterioro”.

El consejero insular, Jacobo Medina se mostró muy satisfecho por el resultado del "gran trabajo artesanal realizado por el maestro carpintero Juan Agustín Padrón y que ha permitido que esta preciosa molina vuelva a lucir en la plaza de La Mareta como antaño".

Los trabajos de recuperación de esta molina, declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, han sido financiados en un 85 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

El consejero explicó que "la restauración ha supuesto una inversión de 77.992 euros, recuperando así una pieza para la molienda de alto valor histórico y etonográfico que, sin duda atraerá las visitas de residentes y turistas".

Desde el Cabildo también han querido agradecer públicamente el trabajo realizado por el director de esta obra, Alfonso Basabe.Por su parte, el alcalde de de Teguise, Oswaldo Betancort, ha celebrado "este nuevo paso que se ha dado para recuperar la molina del barrio de Los Molinos de la Villa, un emblemático icono que en unos días recuperará sus aspas y se convertirá en punto de interés turístico por su riqueza patrimonial".

Ventajas de la molina

En el siglo XVII, Lanzarote era considera el granero de Canarias, ya que sus granos, de trigo y cebada fundamentalmente, se exportaban a otras islas debido a la importante producción. Por ello, en las tierras más fértiles de Lanzarote se construyeron multitud de molinos de viento.

Sin embargo, las molinas ofrecían más ventajas ya que reunían en una única planta las actividades de la molienda y la manipulación del grano, evitando así que el molinero subiera y bajara escaleras portando pesados sacos de cereal.

La molina de Teguise está constituida por una torre de madera que sostiene todo el mecanismo y se apoya en un pivote o puyón metálico que gira sobre una plancha de hierro. La maquinaria, situada en la base de la torre, está compuesta por dos muelas, la tolva y la canaleja, mientras que en la parte superior se sitúan la rueda dentada con su eje, el husillo y las aspas.