Playa Francesa, en La Graciosa, supera “con creces” su capacidad de carga turística
Un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria sobre la capacidad de carga de esta playa concluye que está acogiendo más turistas de los que debería por sus condiciones naturales
La capacidad de carga de Playa Francesa es de 108 personas. Esa sería la cifra que marca el máximo admisible de usuarios de forma simultánea en esta playa de La Graciosa. El cálculo (y su explicación) está incluido en un estudio llamado Iniciación al estudio de la capacidad de carga en islas turísticas: aplicación a la isla de La Graciosa, que está firmado por Eloy José Del Rosario Rodríguez, bajo la dirección de la profesora Emma Pérez-Chacón, de la Facultad de Geografía y Ordenación del territorio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y miembro del Consejo de Sabios de la Reserva de la Biosfera.
Los resultados de esta investigación demuestran que en Playa Francesa “se está superando con creces su capacidad de carga turística”, ya que se estima que diariamente desembarcan en ese punto unas 250 personas que viajan en embarcaciones de recreo. Los barcos fondean y los turistas bajan en lanchas hasta la arena.
Esa una cifra que duplica la capacidad calculada y que, en realidad, es mayor aún porque solo abarca el cálculo de las excursiones pero no las personas que acceden a la playa a pie, en taxi o en bicicleta. “En definitiva, no se estaría duplicando la capacidad de carga de esta playa, sino que, lamentablemente, la presión ejercida podría ser mucho mayor”, dice el estudio, que advierte de que en solo un mes, el de agosto, toda la isla de La Graciosa ya superaría con creces su capacidad de carga.
Una de las primeras conclusiones del estudio es clara: “De seguir así, en la misma dinámica ascendente en cuanto al número de visitantes, los impactos generados pueden poner en riesgo el valor natural de un ecosistema muy escaso en Canarias”.
El autor del estudio, a pesar de reflejar el desbordamiento de la capacidad de carga de la playa, destaca que “el Organismo Autónomo de Parques Nacionales realiza un trabajo excelente en La Graciosa”.
En el trabajo se afirma que “La Graciosa es un espacio natural protegido por sus valores paisajísticos, naturales y culturales singulares” y que el crecimiento desmesurado de visitantes “supone un riesgo elevado para la protección, conservación y disfrute del parque natural, no solo por lo que respecta a su patrimonio natural, sino también al etnográfico y a la identidad propia de la Isla”.
Según datos de Puertos Canarios, en 2016 llegaron al muelle de Caleta del Sebo 204.929 pasajeros. Ante esta situación, según el estudio, “los órganos gestores del espacio protegido, así como quien ostenta la propiedad de la Isla, el Organismo Autónomo Parques Nacionales (Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente), muestran una preocupación creciente por las consecuencias que puede tener”, en un pequeño territorio, “el incremento exponencial de visitantes”.
La capacidad de carga es una herramienta que puede aportar cifras específicas para determinar si es o no necesario limitar el número de visitantes y turistas a un espacio. En el caso de La Graciosa, el Plan Rector de Uso y Gestión del Archipiélago Chinijo establecía la necesidad de hallar esa capacidad de carga con cierta urgencia, pero el cálculo no se hizo y el PRUG está actualmente anulado.
Por otra parte, hay varias capacidades de carga: turística, real y efectiva. Esta última es la que arroja la cifra de 108 personas, que serían las que pueden utilizar el espacio “sin menoscabo del medio y del disfrute del visitante”.
Para obtener la capacidad de carga física, primero se delimita el número de metros cuadrados de lo que se llama área de reposo y se divide el área total, que es de casi 15.000 metros cuadrados, entre el número de metros que necesita una persona para estar cómoda. En este caso la cifra resultante es de 994 personas.
Después se aplican unos factores limitantes que pueden condicionar la visita, como el clima, la accesibilidad o la existencia de aseo, que en este caso no hay, “por lo que la vegetación de la zona supramareal se ve seriamente afectada”. El resultado final son esas 108 personas, muy por debajo del número real de visitas.
“En definitiva -dice el estudio- existen indicios de que el uso de esta playa está siendo intensivo y que se puede estar alterando significativamente un espacio protegido por la legislación”. El autor del trabajo señala que espera que el estudio “resulte de utilidad para los gestores del espacio protegido, y que pueda ser un punto de partida para reflexionar sobre la necesidad de regular la actividad de turistas y visitantes en un entorno tan vulnerable”.
“Un crecimiento ilimitado -asegura- también puede suponer una merma sustancial en la calidad de la visita de quien se acerca a La Graciosa, pues esperando encontrar un destino idílico se lleve la sorpresa de descubrir una masificación propia de destinos turísticos de sol y playa”.
Por último, recomienda que se continúe con más estudios, como el cálculo de la capacidad de carga de las pistas y senderos de la Isla; las actividades turísticas que se están realizando en espacios concretos como por ejemplo la citada playa o si la implementación del 75 por ciento de descuento en los transportes a residentes canarios ha supuesto un aumento en el número de visitas a La Graciosa.
Comentarios
1 Ciudadana Vie, 19/07/2019 - 10:16
2 Gustavo Tejera Vie, 19/07/2019 - 10:17
3 pepe Vie, 19/07/2019 - 12:11
4 Yo Vie, 19/07/2019 - 16:21
5 Felo Sáb, 20/07/2019 - 12:11
6 J.C. Sáb, 20/07/2019 - 14:46
7 Lola Dom, 21/07/2019 - 09:03
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