“Está pasando lo que se preveía que iba a ocurrir”, señala Juan Luis Jiménez, de Sindicalistas de Canarias. La reincorporación gradual de las plantillas incluidas en los expedientes de regulación temporal de empleo en Lanzarote está dejando problemas laborales e incumplimientos por parte de las empresas.

Este sindicalista explica que el problema de fondo es el tipo de expediente escogido, que tenía sentido que fuera de fuerza mayor en marzo de 2020 porque había un confinamiento obligatorio, pero que ha ido perdiendo ese sentido y, sin embargo, no hay una regulación muy concreta respecto a este tipo de expediente. “El problema viene del concepto de suspensión de contrato por fuerza mayor”, señala.

Los ERTE que se solían hacer antes en el sector hotelero eran, por ejemplo, por rehabilitación del establecimiento. En ese caso, se negociaba con la representación sindical y se incorporaban las características de la reincorporación.

En el caso de los de fuerza mayor, no se negocia y, por tanto, “la empresa hace lo que quiere”, dice Jiménez Camilleri, que cree que hay un defecto en la ley y que se están generalizando las arbitrariedades “porque no hay control”.

De hecho, para empezar, es difícil saber cuántas personas siguen en ERTE en este momento en la Isla. Con las últimas cifras disponibles, hace tres meses en Lanzarote había 22.388 personas en esa situación, repartidas en 3.471 solicitudes distintas. Representan un poco más del 10 por ciento de todos los empleados en ERTE de Canarias, que superó las 200.000 personas.

Según los últimos datos publicados a principios de agosto, en julio habían salido del ERTE en Canarias más de 21.600 personas, lo que representaba casi un tercio de los que quedaban aún en esta situación, que serían, en total, unas 43.000 personas. Pero la cifra nunca es fija y las empresas incorporan o retiran a trabajadores del ERTE con mucha asiduidad.

Si extrapolamos las cifras de toda la pandemia, aún quedaban más de 4.000 personas en ERTE en la Isla a principios de agosto, pero esa cifra se ha tenido que reducir significativamente con la llegada de turistas y la apertura de casi toda la planta alojativa y gran parte de los negocios asociados al turismo.

La ocupación turística en el mes de julio, según los datos del Instituto Canario de Estadística, fue del 39,3 por ciento, más alta que el 27,9 del año 2002 y mucho más baja que la media de los años anteriores, que superaba el 75 por ciento durante todo el año.

En agosto, a falta de datos actualizados, la ocupación es seguro que subió y se han incorporado de nuevo a la actividad muchos hoteles y establecimientos relacionados con el turismo, aunque la incertidumbre se mantiene para lo que queda de septiembre y lo que resta de año.

“Lo que nos transmiten es que esta carga de trabajo no se ha visto en la vida”

Lo que están haciendo las empresas, según las fuentes sindicales, es no incorporar a toda la plantilla. Así, los que están trabajando, están soportando una mayor carga de trabajo porque el turismo se ha reiniciado y, aunque la ocupación sea menor, la carga de trabajo es muy similar. Los sindicatos denuncian que se están generalizando acuerdos verbales que no son legales, para modificar las condiciones de trabajo, para alargar la jornada o para recortar los descansos, que después pueden ser compensados o no.

Entre los que no se incorporan a la actividad, de manera generalizada, están los delegados y delegadas sindicales. Jiménez destaca que, aunque estén suspendidos de empleo, no están interrumpidas las funciones sindicales, que se pueden seguir llevando a cabo. “Se puede estar activo para ver los incumplimientos del convenio o de seguridad y salud”, apunta.

Para Jiménez, una cosa está clara: “La crisis la van a pagar los mismos de siempre, los trabajadores”. Destaca que muchos ya la han pagado, por el desempleo o porque, al estar en ERTE, se pierden 300 o 400 euros todos los meses, y ya se han alargado esos expedientes un año y medio. “La gente tiene necesidad de volver al trabajo”, dice.

Incertidumbre

Otro motivo por el que las empresas no han incorporado a toda plantilla es la incertidumbre: el turismo que ha vuelto ha sido, principalmente, desde la Península o Canarias y las empresas saben que el motor verdadero sigue siendo el Reino Unido. El turismo peninsular va a descender en cuanto comience el curso escolar y no se ha resuelto la incógnita de si los británicos comenzarán a llegar de forma masiva.

“Los empresarios, ante esta situación, ante una previsible bajada de nuevo del turismo en septiembre, están dejando a parte de la plantilla en ERTE”, señala Blanca Beortegui, de UGT. Y hay un motivo más: Los ERTE finalizan el 30 de septiembre, y aunque se da por hecho que se prorrogarán, se desconocen todavía las condiciones, así que las empresas apuran hasta el final.

Los sindicatos ya están denunciando ante Inspección de Trabajo: “Hay muchas quejas”

Beortegui asegura que lo que están informado sus delegados es que la mayoría de establecimientos están funcionando a pleno rendimiento, pero que mantienen a gran parte de la plantilla en el expediente con el resultado de que los que trabajan soportan una mayor carga de trabajo. Ese exceso ya está provocando bajas laborales.

“Lo que nos transmiten es que es una carga de trabajo que no han visto en toda su vida”, señala, y que eso afecta todos los puestos y ámbitos, tanto en grandes como en pequeñas empresas.

Algunas empresas, y sectores, están obligando a firmar el consentimiento de la jornada ampliada y otras están contratando para reforzar la plantilla mientas mantienen a trabajadores en ERTE. Los sindicatos ya están denunciando ante Inspección de Trabajo estas situaciones.

“Hay muchas quejas y muchos delegados siguen en ERTE, ‘casualmente’ son los últimos que se incorporan”, dicen desde UGT, que reconocen que hay mucho miedo a quedarse sin empleo y que en empresas pequeñas, la explotación es más sencilla.

“Es aceptable la preocupación de empresas pequeñas, pero es que el trabajador siempre hace un esfuerzo cuando las cosas van mal y, cuando van bien, el beneficio nunca se reparte”, dice Beortegui.