A principios de septiembre del año pasado, 52 personas que acababan de llegar en patera pasaron la noche en Puerto Naos, en unas carpas atendidas por Cruz Roja. La Delegación del Gobierno no había habilitado un espacio en el que llevar a cabo la identificación de esas personas, que pueden ser retenidas un máximo de 72 horas. Además, desde el comienzo de la pandemia, también se realiza una prueba PCR a todas esas personas antes de derivarlas a un centro de acogida.

El primer fin de semana de junio de este año llegaron siete pateras a Lanzarote, con más de 120 personas a bordo, y el Gobierno central, un año después, aún no había resuelto dónde instalar un centro de atención temporal de extranjeros (CATE) en el que pasaran esas 72 horas, así que su decisión fue la de que durmieran al raso.

Finalmente no lo hicieron y pasaron esos tres días en el pabellón de la Ciudad Deportiva por decisión del Cabildo de Lanzarote. Ese lugar se ha estado utilizando como albergue durante la pandemia, pero acababa de ser desalojado porque ya se ha abierto un nuevo albergue.

El Cabildo, de forma directa o a través del Consorcio de Emergencias, aunque no son sus competencias, acaba resolviendo las carencias del Estado, pero también las del Gobierno de Canarias, que se debe hacer cargo de los menores, que ahora están repartidos en varios recursos en diferentes puntos de la Isla aunque principalmente en el albergue juvenil de La Santa.

Para la atención a las personas que llegan en patera se han utilizado en la Isla varios recursos: el Aula de la Naturaleza de Máguez, una nave en la carretera de San Bartolomé gestionada por Cruz Roja, otra nave en Playa Honda que consiguió el Cabildo y un complejo de apartamentos en Puerto del Carmen.

Txema Santana, asesor en materia de inmigración de la Vicepresidencia del Gobierno de Canarias, considera que las islas más próximas al continente africano, que son las que gestionan un mayor número de llegadas, deberían tener un espacio adecuado como CATE, que depende del Ministerio del Interior, y que no fuera de uso público.

“En los puntos más cercanos al continente, parece razonable que, en esa situación y con las personas que han llegado, pudieran tener un espacio estable para esa primera atención y una acogida digna para las personas que llegan, pero que a la vez no afecte al bienestar de la población local”, señala Santana.

Hace dos meses se desalojó la nave de la carretera de San Bartolomé y el complejo de apartamentos, que se usaban como centros de acogida humanitaria, no para estar 72 horas, sino más tiempo y de forma voluntaria.

Lanzarote se quedó sin ninguno de esos recursos porque la decisión del Gobierno central fue la de trasladar, a partir de entonces, a todos los migrantes a El Matorral, en Fuerteventura, o a los centros de Gran Canaria o Tenerife, pero no se tomó ninguna decisión sobre el CATE, que es una especie de comisaría provisional donde se les hace la filiación y la prueba PCR.

Hace dos meses se desalojó la nave de la carretera de San Bartolomé y los apartamentos

El Gobierno central solicitó hace meses a la Autoridad Portuaria de Las Palmas el uso, para esta función, de una parcela frente a la Comisaría de la Policía Nacional, pero no ha contestado. Fuentes consultadas por Diario de Lanzarote señalan que el Ayuntamiento de Arrecife mostró su disconformidad con esa solución.

Finalmente, después del episodio del pabellón deportivo, el Gobierno central ha optado por alquilar de nuevo la nave en la carretera de San Bartolomé y es allí donde los migrantes pasan sus primeras 72 horas.

Y de forma paralela, se están haciendo gestiones para contar con un recurso de acogida humanitaria en unas instalaciones que están enfrente de esa nave, en la misma carretera, y que pertenecen a un particular, pero aún no hay nada cerrado.

Además, a aquellos migrantes que dan positivo se les traslada al complejo de apartamentos en Puerto del Carmen para que pasen una cuarentena de 14 días.

Más personas que en todo 2020

Por otra parte, en lo que va de año, hasta el 24 de junio, habían llegado ya a Lanzarote por vía marítima más personas que en todo el año 2021, 919 frente a 909 en todo el año pasado. Otros recuentos cifran en 873 las personas llegadas, con junio con el mes con más llegadas, por encima de los dos centenares de personas.

No obstante, cada año, a partir de septiembre es cuando llegan más pateras, por el buen estado de la mar, y el Estado aún no cuenta con espacios adecuados para este previsible aumento de las llegadas.