Las salinas, “elemento central de la identidad de Arrecife”
Juan Antonio Bacallado presentó hace un mes su Trabajo de Fin de Grado (TFG) en la Escuela de Turismo y lo propusieron para matrícula de honor. Decidió abordar en ese trabajo la recuperación de las Salinas de Naos proponiendo en una pequeña parte de ellas hacer un Centro de interpretación y un itinerario guiado para que el visitante recorra el camino que recorría el agua hasta que la sal cristalizaba.
“Desde niño veía cómo mis abuelos, que eran de Guatiza, aprovechaban la sal de los charcos”, señala, y asegura que su objetivo es el de “concienciar sobre la necesidad de recuperar y valorar el patrimonio cultural”. Más en concreto, el de Arrecife: “Para recuperar la identidad de Arrecife, las salinas son el elemento central”, dice.
Las primeras salinas en Naos se crearon en sólo 50 metros cuadrados en 1860, pero las actuales corresponden a la iniciativa de Rafael Perdomo en 1920, con más de 26.000 metros cuadrados. En 1960 las adquieren Lloret y Llinares y hoy pertenecen a varios propietarios.
Bacallado destaca otro elemento importante para su recuperación: la huella de Manrique en el litoral de la capital, ya que el artista lanzaroteño realiza varias intervenciones en la marina de Arrecife a partir de los años cincuenta y sesenta, y considera que “no se puede entender la obra de Manrique sin su vinculación al litoral de Arrecife”. “No es una ciudad –dice- de nueva creación, tiene su identidad y se puede explotar su historia pesquera”.
En esa recuperación, cree que no debe prevalecer la viabilidad económica, sino la cultura, su valor arquitectónico, etnográfico o sociológico. El autor del trabajo considera que las terrazas de las salinas de Naos son únicas en Canarias y unas de las más singulares del mundo como paisaje salinero. En ese mismo espacio, la Universidad de Karlsrühe también plantea dos intervenciones para su recuperación y con carácter turístico.
Pedro Hernández es el tutor del trabajo y considera que el patrimonio es un recurso turístico excepcional y que este, en concreto, “es un ejemplo de lo que debe ser la Universidad, que debe dar a conocer los elementos patrimoniales para su recuperación”.
Para Bacallado, el Centro de interpretación es una excusa para preservar el patrimonio. Destaca que la belleza de las salinas en producción es explotable para el turismo y las compara con el caso de La Geria “En ese caso se ha valorado el paisaje y se ha potenciado, mientras que las salinas, para la imaginación colectiva, están olvidadas”.
En Canarias la sal está considerada como producto minero, no agroalimentario, y eso le impide acceder a subvenciones o beneficios para su producción y su comercialización. En las superficies comerciales de las islas se pueden encontrar sales de todo el mundo pero no es tan fácil encontrar sal de Canarias “cuando la de aquí tiene más calidad que las del exterior”, señala Bacallado, que afirma que hay quien sostiene que también es viable su explotación y no sólo hay que limitarse al aspecto patrimonial o turístico.
Otra de las personas en las que se ha apoyado para terminar su trabajo es la arquitecta Maica Román, autora del proyecto de Museo de la Sal, en la Salinas del Carmen, en Fuerteventura. Román destaca que había una propuesta general de recuperación de las salinas canarias para extraer la sal y comercializarla, y que dentro de ese proyecto se incluía la rehabilitación de unas salinas en cada isla, aunque en Gran Canaria se incluían dos, las de El Bufadero y las de Arinaga.
Juan Antonio Bacallado, alumno de la Escuela de Turismo, elabora en su trabajo de fin de grado una propuesta para crear un Centro de interpretación y un itinerario turístico en las Salinas de Naos
Señala que en el caso de Teneguía (la Palma) se rehabilitaron y se pusieron en funcionamiento con una iniciativa privada. En Fuerteventura fue el Cabildo quien compró las salinas, del siglo XVIII, y promovió el Museo de la sal, que también recibió fondos europeos.
Para Román, “el turismo es un añadido, un complemento, porque pueden ser viables”. “La rehabilitación de las de Naos puede servir como ejemplo de una industria y tienen un claro interés paisajístico”, destaca.
El futuro de estas salinas podría pasar, según Bacallado, para garantizar su preservación y su posible adquisición por parte de la Administración, por reactivar el expediente de Bien de Interés Cultural (BIC), que ya caducó hace más de tres años. “El principal problema es que son propiedad privada”, dice y apuesta por llegar a un acuerdo con la propiedad para poder explotar al menos una parte.
Actualmente las salinas tienen dos figuras de protección: el entorno del BIC del Castillo de San José y su inclusión, como el resto de salinas de la Isla, en el catálogo de protección del Plan Insular. Nona Perera fue quien hizo el expediente para el BIC y también ha colaborado con el trabajo de Bacallado. Dice que sin el impulso de la Administración será muy difícil recuperar las salinas.
Perera, en primer lugar, resalta la importancia de estos trabajos de la Escuela de Turismo, vinculados a la Isla. Dice que de esta forma la sociedad insular comprueba que la Universidad tiene una utilidad y, por otra parte, los alumnos, se sienten útiles “porque el proyecto aporta algo”.
Además recuerda que con estas salinas se instruyó un caso de delito contra el patrimonio porque el propietario se llevó unas piedras para su casa en Uga y el día del juicio se informó de que el delito habría prescrito el día anterior, con lo que no se celebró la vista. “Uno de los problemas -señala Perera –puede ser la poca disposición de la Administración, pero el pasado pesquero y salinero se debe dar a conocer”.
Comentarios
1 Portonao Lun, 25/09/2017 - 11:53
2 Corral del Guirre Lun, 25/09/2017 - 11:55
3 Edu Lun, 25/09/2017 - 11:57
4 Salinero Lun, 25/09/2017 - 12:09
5 Salinero2 Lun, 25/09/2017 - 15:17
6 Manuela Lun, 25/09/2017 - 18:20
7 RAFA Lun, 25/09/2017 - 18:33
8 UNNO Lun, 25/09/2017 - 20:29
9 Anónimo Lun, 25/09/2017 - 20:34
10 pepelleo Mar, 26/09/2017 - 15:53
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