Lanzarote-Fuerteventura y la reforma eléctrica: La continuidad de un sistema energético insostenible
Lanzarote y Fuerteventura están unidas por un cable submarino y constituyen por tanto un único sistema eléctrico. Esta circunstancia le da una mayor estabilidad al funcionamiento global del servicio eléctrico de cada una de estas islas. Salvo la poca altura en relieve a efectos de instalar sistemas hidráulicos de bombeo, en los demás aspectos tienen una problemática similar al resto de los sistemas eléctricos insulares del Archipiélago. Una problemática que se ha ido agravando con la política energética del gobierno actual a través de la reforma del ministro del sector, el Sr. José Manuel Soria, puesto que, incomprensiblemente, está penalizando el desarrollo de las renovables que son los recursos energéticos abundantes en las Islas, así como el autoconsumo con balance neto que es la puerta a la generación distribuida y al nuevo modelo energético.
Una reforma eléctrica que se atrinchera en el modelo energético convencional cuya continuidad, desde el punto de vista económico y medioambiental, es del todo insostenible. Son estas circunstancias las que hacen muy difícil la pervivencia de un monopolio como Unelco/Endesa, que antepone sus intereses privados por encima del interés general de la ciudadanía cuando hace abuso del recurso a la “garantía de suministro” para pasar por encima del planeamiento, o cuando abusa también de la declaración de interés general para acabar imponiendo, por encima de las administraciones locales e insulares, su planificación de infraestructuras eléctricas. Ellos son conscientes de que un nuevo modelo energético mucho más sostenible rompería su sistema centralizado de producción eléctrica y que la generación distribuida conlleva, también, la distribución de la riqueza del sector. Por eso en este momento Unelco/Endesa, junto a las demás eléctricas que forman la patronal sectorial (UNESA), están preocupadas por el rumbo que pueda tomar la reforma en curso del señor Soria. No cabe duda: el objetivo principal de estas multinacionales es controlar el proceso de cambio, para poder seguir ejerciendo su régimen de oligopolio en el nuevo modelo energético que inexorablemente se va a imponer.
Pero no deben preocuparse Repsol y las eléctricas: por si fuera poco el daño que esta reforma está ocasionando a Canarias, desde el primer momento que el ministro de Industria, Energía y Turismo asumió el cargo sus prioridades fueron la apuesta por las energías primarias fósiles, activando el expediente de las prospecciones petrolíferas frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, los hidrocarburos no convencionales de fractura hidráulica (fracking) y el gas natural para las islas de Gran Canaria y Tenerife –que bloqueará el desarrollo futuro de las renovables en estas islas–.
En Lanzarote-Fuerteventura o en cualquier otra parte el sector energético, igual que el sistema económico al que pertenece, solo funciona con el crecimiento continuo. Se bloquea cuando deja de crecer, y por esa razón observamos en todos los documentos de planificación del sector, los Planes Energéticos de Canarias (desde el primero en 1986 hasta el último en 2007), que siempre se parte de la premisa del permanente incremento de la demanda, para justificar así la construcción de más centrales de generación y más tendidos eléctricos, como una cadena sin fin. Y esto es justo lo que estamos observando en Fuerteventura con el proyecto de una nueva línea de alta tensión de 132 KV que atraviesa toda la Isla, apoyado en unas trescientas gigantescas torres de 50 metros de altura. Lo que resulta aún más sangrante cuando, afortunadamente, existen alternativas a esta locura del crecimiento sin límite en espacios geográficos pequeños y frágiles, porque las renovables ya son competitivas en el mercado eléctrico respecto a las fósiles.
Hoy, la crisis, la incorporación –con dificultades– de renovables al autoconsumo doméstico y las iniciativas ciudadanas de ahorro y eficiencia van a ir consolidando la tendencia a la disminución de la demanda eléctrica. Ya se han realizado hace años proyectos de ahorro y eficiencia en la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria, donde se logró obtener una media de ahorro eléctrico de un 25 por ciento sin incorporar el autoconsumo con renovables.
Es decir, si en la política energética priorizamos la gestión de la demanda, dando facilidades y ayudas, a los ciudadanos y a las pymes para el ahorro, la eficiencia y el autoconsumo con balance neto, en poco tiempo se producirá un descenso considerable de la demanda de generación concentrada y, entonces, REE y UNELCO/ENDESA no tendrán argumentos para justificar más tendidos y nuevas centrales de generación.
Sin embargo, nada del sistema vigente se acaba de comprender si no somos conscientes de la ‘puerta giratoria’ que funciona a pleno rendimiento con ex presidentes y ex altos cargos del Gobierno fichados en los consejos de administración de las eléctricas y cobrando sueldos multimillonarios. Controlando como controlan el BOE estas empresas podemos entender porque la reforma eléctrica actual penaliza el ahorro y la eficiencia al duplicar en un año el precio de la parte fija del término de potencia del recibo de la luz. Y entender también por qué obstaculizan el autoconsumo con balance neto: perjudica claramente sus intereses. Un cambio de modelo energético que cuente entre sus premisas con el autoconsumo de balance neto es más económico para los ciudadanos, contribuye a frenar el cambio climático, diversifica la actividad económica, crea empleo y produce un menor impacto para la avifauna y el paisaje. Pero además empuja con fuerza en dirección contraria a los intereses del oligopolio eléctrico (que en Canarias es monopolio): sin entender esto no se entiende casi nada de lo demás.
Además, tengamos en cuenta que todas las infraestructuras para el transporte y la distribución de la electricidad las pagamos los ciudadanos a través de la parte regulada del recibo de la luz, que supone en torno a un 19 por ciento del total. Siendo esto así, estamos en nuestro derecho de participar en las decisiones que afectan al destino final de nuestras aportaciones al sistema eléctrico. Tenemos toda la legitimidad para pedir que una parte de ese porcentaje, que cada vez se necesita menos en líneas de alta tensión y subestaciones, se destine a potenciar el ahorro, la eficiencia y el autoconsumo con balance neto.
Es conveniente conocer también la parte de la cuantía del sobrecoste extra peninsular (que aparece en el recibo de la luz) correspondiente al sistema eléctrico Lanzarote – Fuerteventura. Los datos de un estudio del Clúster Ricam de 2008 (www.clusterricam.es) nos informan que producir un KWh en estas islas es un 171 por ciento más caro que en la Península, que es el precio que se toma como referencia para contabilizar los gastos del sistema. Este sobrecoste se ha incrementado para toda Canarias un 59 por ciento en los últimos cuatro años, llegando actualmente al importe global anual de unos 1.200 millones de euros. De ese sobrecoste a Lanzarote y Fuerteventura le corresponden unos 269 millones de euros. En otras palabras: 269 millones es la subvención que recibe el monopolio Unelco/Endesa por producir la electricidad de estas dos islas con petróleo. Luego nos dicen, y nos repiten, que las renovables son caras y que son la causa del déficit de tarifa.
Se puede obtener una idea de la dimensión de la insostenibilidad económica del actual sistema eléctrico si se tiene en cuenta que la suma de los presupuestos anuales de los dos Cabildos el año pasado era de 171,2 millones. Es decir, el sobrecoste del sistema eléctrico Lanzarote – Fuerteventura en 2013, que pasó a formar parte de déficit de tarifa de ese año, superó al presupuesto de los dos instituciones insulares en 97,8 millones. ¿Estamos siendo realmente conscientes, desde la ciudadanía y los responsables políticos de las administraciones locales y autonómicas, de la verdadera dimensión económica de este problema?
Para la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias (Px1NMEC) la solución es el cambio hacia un nuevo modelo basado en no más tendidos de alta tensión, ni petróleo, ni gas natural. Desde el principio de la soberanía energética y la democracia, una nueva cultura que vaya modificando nuestras forma de producir y consumir la energía, basada en las renovables de generación distribuida, el ahorro y la eficiencia en los consumos y en la edificación, el autoconsumo con balance neto, el transporte público y el coche eléctrico para la movilidad sostenible.
La participación ciudadana en Lanzarote será imprescindible para el cambio de modelo energético. La lucha en contra de las prospecciones es el primer capítulo de la transición hacia ese nuevo modelo más sostenible.
* Plataforma por un Nuevo Modelo Energético para Canarias (Px1NMEC)
Comentarios
1 GRACIAS Vie, 11/07/2014 - 16:16
Añadir nuevo comentario