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La historia de Teguise, en un solo libro

El volumen, en el que participan Manuel Lobo, Fernando Bruquetas y José Curbelo, recoge la historia de la Villa desde el siglo XV hasta la actualidad

Saúl García 0 COMENTARIOS 26/12/2025 - 06:52

A principios de noviembre, el Ayuntamiento de Teguise organizó un taller que abordó la historia del municipio, desde el siglo XV hasta la actualidad. El encuentro, dirigido por el historiador Félix Delgado, contó con la participación del exrector de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria, Manuel Lobo, y de los profesores Fernando Bruquetas de Castro y José Curbelo Sánchez, especializados cada uno de ellos en distintos periodos históricos.

Entre los objetivos del taller está el de recuperar y difundir la historia de Teguise, fomentar la labor profesional de historiadores canarios y generar un enriquecimiento social y cultural entre el público. Por eso, el taller no se queda ahí y en el fondo, se puede decir que es un avance de un libro presentado este mes de diciembre, con similar contenido, objetivos y protagonistas.

En el prólogo del libro se afirma que nace “con la intención de cubrir una necesidad acuciante”, que es contar con una publicación que examine, organice y explique la historia de Teguise de una manera rigurosa y científica y que a su vez permita una lectura asequible y un conocimiento ameno.

“Es una herramienta largamente deseada y demandada por el colectivo de estudiantes, docentes, investigadores y personas curiosas en general”, dice el prólogo escrito por Félix Delgado. Y justifica ese deseo en el hecho de que el pasado de Teguise se ha abordado en muchas otras publicaciones abarcando aspectos puntuales, pero este nuevo libro permitirá analizar y sistematizar todo lo que se sabe para acercarlo “fácilmente y con una visión de conjunto al público interesado en la historia de Teguise”. “Sólo la labor de selección, contraste y análisis efectuado por los historiadores permite una reconstrucción de la historia”, añade.

El propósito primordial, el de acercar la historia de Teguise de manera “rigurosa y amena” al mayor número de lectores, ha sido fundamental a la hora de definir su organización y capítulos. Se hace de forma cronológica, desde el siglo XV hasta la actualidad, para desarrollar el análisis de las diferentes estructuras económicas, sociales, políticas o culturales y la narración de los diversos acontecimientos, experiencias y pensamientos que se fueron sucediendo.

Teguise, por su ubicación y porque era un terreno fértil, con reservas de agua, que eran fundamentales para la expansión de la agricultura, la ganadería y el abastecimiento de la población, fue la capital de la Isla hasta mediados del siglo XIX.

También contribuyeron a esa elección sus posibilidades defensivas, “un emplazamiento seguro para vivir porque estaba alejado de la costa, en un alto que dominaba una extensión amplia, con la existencia de refugios y la protección de montañas como la de Guanapay”. Así, Teguise concentró los principales resortes administrativos, políticos, económicos, sociales y culturales de Lanzarote, hasta que adquiere otro papel distinto cuando pierde esa capitalidad. 

Los siglos XV y XVI los analiza Manuel Lobo Cabrera, catedrático de Historia Moderna. En su vertiente como investigador ha profundizado en la historia de Canarias y su vinculación natural con el mundo Atlántico: Europa, América y África; y ha ido desentrañando los procesos políticos, económicos, sociales y culturales que fueron conformando el XV y XVI en el Archipiélago. Actualmente es director de las revistas El Museo Canario y del Anuario de Estudios Atlánticos y ha sido uno de los principales animadores de las Jornadas de estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura donde ya publicó, en 1990, unas noticias históricas de Lanzarote en el XVI.

El libro puede ser una herramienta para una mayor comprensión de lo actual

Su capítulo empieza por la fundación de la Villa de Teguise, “posiblemente al aprovechar una aldea aborigen y a partir de 1418”, y después recorre su consolidación y desarrollo, ya que se convierte en uno de los primeros núcleos semiurbanos europeos en Canarias con una distribución incipiente en torno a la iglesia principal y con la aparición paulatina de otros edificios singulares.

En ese tiempo se dio la confluencia de los indígenas, los colonos y también los esclavos o libertos berberiscos o negros. Lobo señala que la importancia agrícola y ganadera de la Isla generó el abundamiento de agricultores-ganaderos y la llegada a la Villa de artesanos y mercaderes que ejercían el comercio interior o la exportación e importación del exterior. En su análisis tiene mucha relevancia la configuración del señorío y su relación con la Corona y la aparición de organismos centrales de gestión como el Cabildo.

Otro siglo

Los siglos XVII y XVIII corren a cargo de Fernando Bruquetas de Castro, actualmente catedrático honorario de Historia Moderna de la ULPGC. Su tesis doctoral versó sobre Lanzarote en el siglo XVII y ha contribuido al dibujo biográfico de Agustín de Herrera o a fenómenos como la esclavitud o el Memorial Ajustado realizado en 1771.

El propósito es el de acercar la historia de manera “rigurosa y amena”

El XVII se abre con la gestión y los litigios que tuvo que solventar la marquesa Mariana Manrique. A partir de 1633 y hasta la segunda mitad del XVIII la administración y gobierno insular quedaron en manos de la Real Audiencia. Bruquetas remarca la importancia de los moriscos en la configuración de la sociedad, su asentamiento en la Isla, y cómo la disposición general de su expulsión en 1609 no se hizo extensiva en Canarias.

Los turcos de Argel perpetraron una de las invasiones más devastadoras, en 1618, con consecuencias para toda la población lanzaroteña, incluida la morisca. Este episodio provocó el rescate de los que se llevaron como cautivos, y varias temporadas de reconstrucción de edificios y reactivación económica.

El XVIII arrancó con problemas económicos: con las finanzas dependientes del arca del secuestro por la Audiencia de los bienes pertenecientes a la Isla, con la producción agrícola y ganadera inestable y con una mala política de exportación de granos. Llegaron poco después las erupciones volcánicas de 1730 y 1736 que fueron muy relevantes, aunque se sucedieron algunos periodos de recuperación, gracias a productos como el aguardiente y el vino, por lo que la población creció notablemente. El censo de Floridablanca de 1787 contaba 9.469 habitantes en Teguise.

Dibujo de Teguise realizado por Pedro Agustín del Castillo en 1686.

Contemporánea

El paseo por la historia de Teguise, desde el siglo XIX hasta hoy, lo hace el libro con José Curbelo Sánchez, investigador especializado en la edad contemporánea de Canarias y que trabaja en una tesis doctoral sobre el periodo de la transición a la democracia en Fuerteventura.

“Con este libro se muestra que el pasado no es un todo cerrado y perfecto”

En su capítulo muestra el XIX como un siglo de transformaciones. En Teguise se procedió a la abolición paulatina de derechos señoriales y a los cambios en los organismos o instituciones político-administrativas y eso fue mermando su importancia, que se acentuó al perder a capitalidad en favor de Arrecife.

La economía seguía siendo inestable en los ciclos de exportación de productos como la barrilla o la cochinilla. La aparición de una burguesía comercial no consiguió apaciguar las desigualdades y el control por las oligarquías caciquiles y sus redes clientelares. Teguise no solo fue perdiendo importancia sino que su población emigraba.

Desde un punto de vista político, destaca en ese periodo la figura de José Betancort, diputado por Lanzarote en las Cortes, más tarde los intentos de progreso con gobiernos socialistas en la II República, luego la regresión en la etapa franquista y la posterior transición hacia el modelo democrático. La economía y la sociedad sucumben al cambio que produce la consolidación del turismo desde la segunda mitad del XX y se afianza Costa Teguise como polo de atracción.

Final

El libro, según el prologuista, puede ser una herramienta importante a la hora de adquirir una mayor comprensión de lo actual. “Con este libro se muestra que el pasado no es un todo cerrado y perfecto. En las motivaciones que originan los episodios históricos se encuentran las solidaridades o contradicciones materiales, sociales y culturales. La transacción que se establece entre las estructuras o normas y la voluntad de los individuos. Atender a estos hechos en lo pretérito debe ayudar a comprender que el presente tampoco es único e inmóvil sino un devenir con centros de poder y donde la acción de los grupos y los ciudadanos pueden trabajar por la transformación del mundo”, señala.

“El estudio y la comprensión de ese pasado denso y complejo sirve para ejercitar nuestra aproximación intelectual y emotiva con las múltiples realidades actuales. De esa manera ante la diferencia y la diversidad podremos bloquear algún sentimiento de superioridad y agresividad que pueda distorsionar o simplificar y nos será más fácil abrirnos hacia la crítica o el reconocimiento de los otros”, termina señalando Félix Delgado.

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