Joyería de autor en un rincón de Lanzarote
Bajo el sello Nanni Jewelry, los artesanos Nacho Nanni y Yaiza Sepúlveda presentan creaciones confeccionadas con materiales y gemas de alta calidad y perdurabilidad
“Comprometidos con un modelo de joyería duradero, sostenible y artístico. El cuidado en la selección de la materia prima unido a un trabajo artesanal, con la precisión que caracteriza la mano de este artista, dan como resultado una pieza única, de gran valor y que indudablemente perdurará en el tiempo”.
Esta es la carta de presentación del tándem compuesto por Nacho Nanni, joyero y diseñador, y Yaiza Sepúlveda, fotógrafa, artesana y responsable comercial, impulsores de Nanni Jewelry, un taller de joyería artesanal que reivindica “la vuelta al origen” a través de piezas que describen “con carácter”, forjadas a fuego lento.
Nacho es de origen argentino, mientras que Yaiza procede de Madrid. La artesana explica que debe su nombre a una de las obras de Alberto Vázquez Figueroa que su madre leyó durante el embarazo. Dicen que aterrizaron “por casualidad” en Lanzarote, tras conocerse en 2017, y desde entonces ambos se complementan en su taller de Caleta de Famara para difundir la marca Nanni Jewelry.
De madre pintora y ceramista y abuelo joyero de profesión, Nacho se crió en medio de una familia ligada al arte. Sus comienzos parten en la escultura y el dibujo en 1993 y es en 2005 cuando empieza a explorar el mundo de la orfebrería, donde aprende todos los entresijos de forma autodidacta. “Conseguí hacer arte después de veinte años”, dice.
Trabajan con materiales y piedras cada vez más valiosos, un reto para este joyero de autor que apuesta por la mayor exigencia, tanto en su labor diaria como en la materia prima con la que confecciona sus obras de arte. Quizá por eso sorprende que pueda encontrarse su obra en los mercadillos de Teguise y Haría. “Una joya tiene que estar hecha de materiales que no se oxiden, es para toda la vida”. No en vano, buscan crear “piezas equilibradas que perduren en el tiempo”.
“Hay un público para nuestras joyas. Personas que valoran el material noble y que las piezas estén bien confeccionadas”. Defienden que sus obras están impregnadas de sentimiento, lo que se refleja en el acabado final, algo que valoran especialmente sus clientes. “Si estamos estresados no somos capaces de crear, hay que alcanzar la serenidad”, explican. Por ello, no dudan en tomarse todo el tiempo necesario para realizar su labor y más cuando trabajan con materiales tan valiosos. Una vez que llega esa inspiración artística no se pueden medir los minutos ni las horas que dedican a la creación artística. “Te atrapa”, dice Nacho.
Los artesanos Yaiza Sepúlveda y Nacho Nanni. Foto: Adriel Perdomo.
“La belleza de la piedra” es la que inspira las creaciones de Nanni Jewelry
Celosos de su intimidad, evitan en la medida de lo posible recibir a los clientes en su taller-hogar de Caleta de Famara, donde curiosamente apenas disfrutan del mar. “Soy un ermitaño. Que aflore el arte te hace ermitaño porque tienes que desarrollar el gusto, el carácter y otras muchas cosas que hacen que tengas contados amigos y ningún conocido”, confiesa Nacho.
Por su parte, Yaiza define su trabajo en el taller como “mano de obra”. Explica que ha aprendido de su pareja a “trabajar bien para mantener la calidad de las piezas”, pero que no aspira a ser artista como Nacho, quien, por su parte, halaga su capacidad de aprendizaje. “Empezó con lo más difícil. A engarzar un ópalo”.
“La belleza de la piedra” es la que inspira las creaciones de Nanni Jewelry. Gemas que ya alcanzan un valor superior a los 500 euros. “Comenzamos comprando piedras de 2,5 euros, más tarde saltamos a por las de 20 euros, luego a las que costaban 100 euros. Piezas que pasaron a conformar un cementerio de piedras por valor de 5.000 euros. Aunque finalmente conseguimos venderlas a un proveedor. Apostar por gemas más valiosas cada vez es algo necesario para poder crecer”.
Diamantes
Dice Nacho que ahora le atraen especialmente los diamantes de sal y pimienta, con incursiones negras en su interior, que permiten gozar de un corte grande por 6.000 euros, de lo contrario costaría mucho más. “Un diamante es eterno, no se raya”. Por el contrario, un ópalo o una ammolita son gemas “muy delicadas” al tratarse de piedras naturales que se transforman, algo que tienen que advertir a los futuros clientes para que se priven de realizar ciertas actividades, mientras portan la joya, que podrían ser perjudiciales para la pieza.
“Apostar por gemas más valiosas cada vez es algo necesario para poder crecer”
“Cualquier piedra que pueda llegar a tener una calidad excelente en la naturaleza es también una gema excelente para trabajarla”, aseguran. No es de extrañar que lograr las mejores gemas sea también un reto para estos joyeros. Las adquieren a través de subastas muy selectivas. “Son piedras de colección”.
Anillos, colgantes, pendientes o brazaletes componen un catálogo que han podido presentar dentro del sello Lanzarote Moda tras protagonizar un desfile. Su objetivo ahora “es hacer marca”, para lo que han lanzado también una página web que permite divulgar su filosofía de trabajo y de paso poner a la venta sus piezas, aunque suele ser el canal por el que menos negocio realizan. Sus clientes valoran especialmente el contacto con las creaciones y la relación con sus autores, como así demuestran cada sábado y domingo en los mercadillos de Haría y Teguise.
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