Hacienda dice que se les “engañó” al avalar una deuda con una finca de Stratvs
La Agencia Tributaria, en un escrito remitido al Juzgado dentro del procedimiento de la Bodega Stratvs, asegura que el promotor de la bodega llevó a cabo un “engaño consciente” al aportar como garantía de pago de una deuda que tenía el Hotel Princesa Yaiza con Hacienda (con motivo de una inspección tributaria del año 2011) una finca en la que supuestamente se encuentra la bodega Stratvs, valorada en 5,5 millones, pero que en realidad corresponde a la finca colindante que está tasada en 44.000 euros porque es rústica.
El promotor logró suspender el cobro de la deuda al presentar un recurso y puso como aval de garantía de pago cinco fincas en Playa Blanca, aunque después las cambió por la finca de Stratvs. Según los indicios de la investigación sobre la bodega, las obras se registraron documentalmente en otra finca distinta a la realidad física.
Hacienda señala que el ‘engaño’ era consciente por varias razones. En primer lugar considera que la entidad deudora, el Hotel Princesa Yaiza, del que la empresa propietaria de la bodega Stratvs, BTL, tiene algo más del 50 por ciento, está escindida y no hay acuerdo entre los socios. Añade que la dueña de la bodega decidió asumir la deuda unilateralmente, aunque “sorpresivamente pone como aval la joya del patrimonio de BTL”, que es Stratvs, garantizando una deuda con una finca que en teoría tiene un valor que excede en mucho la cantidad adeudada, lo que Hacienda califica como “una solución antieconómica e impropia de un empresario como el señor Rosa, salvo que se tenga constancia del valor real de la misma”.
En el escrito remitido al Juzgado, Hacienda añade que esa decisión, no obstante, pasa a ser ventajosa si se tiene en cuenta que en caso de que no pague la deuda tendrían que subastar la finca teniendo en cuenta el precio declarado por el deudor, y con el dinero de la subasta se cancelaría la deuda y lo sobrante se lo embolsaría la dueña de la bodega. Posteriormente, según Hacienda, el adjudicatario de la finca no tardaría en darse de cuenta de que el terreno adquirido valdría mucho menos de lo que había pagado por él, ya que la bodega está realmente en otra finca.
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