DESTACAMOS

El Torrelavega revive la memoria pesquera

La Sociedad continúa su labor de recuperación del legado marinero, convirtiéndose en un foro de divulgación con la presencia de sus protagonistas

María José Lahora 2 COMENTARIOS 31/12/2024 - 07:07

Como entidad social y cultural, la Sociedad Torrelavega está desarrollando una ardua labor para recuperar el legado marinero de Lanzarote, ofreciendo un lugar de encuentro para sus protagonistas, como ya se pudo comprobar en las jornadas Arrecife, el hombre y el mar que se desarrollaron con motivo de su 75 aniversario. Fueron tres meses de conferencias, exposiciones y conciertos. Ahora, la memoria marinera se completa con la edición de un documental que da voz a pescadores, armadores, patrones y artesanos de los oficios del mar, así como a sus herederos. El impulso a la creación de un Museo de la Pesca es otro de los baluartes de la entidad.

Todos estos valores han sido tenidos en cuenta por el Cabildo de Lanzarote, que recientemente ha reconocido “la trayectoria de quienes han contribuido de manera extraordinaria al desarrollo cultural, social, económico y patrimonial de la Isla” distinguiendo al presidente de la Sociedad Torrelavega, Antonio (Toñín) Ramos Díaz, como Asesor Honorífico. Bajo el lema global “Hablemos de la pesca”, la Sociedad Torrelavega ha creado un foro de debate que incluye diversas actividades. “Aquel que ignora su pasado llega ciego a su futuro”, señala Toñín Ramos, quien recuerda el “pasado brillante” de Lanzarote en materia pesquera como primera industria conservera de España. “Nadie ha hecho un homenaje a estas fábricas alimentadas por las capturas de nuestros barcos que descubrieron el banco pesquero sahariano, hasta que se entregó a Marruecos obligando al cierre de las fábricas para dar paso a otra industria, la del turismo”.

Dentro de las actividades para divulgar la herencia pesquera de la Isla, el Torrelavega ha recogido en vídeo a sus protagonistas. Coordinado por Domingo Delgado Morín, que ejerció de técnico de Pesca en el Cabildo y fue secretario de la Cofradía de San Ginés, recoge la experiencia a bordo de marineros, mecánicos o armadores, quienes exponen la forma de vida en el Arrecife dedicado a la actividad pesquera. Se rememora la época de las conserveras o plasma las anécdotas de los años en que la pesca servía de sustento para cientos de familias lanzaroteñas.

“La pesca es la pata que le falta a la mesa de la memoria histórica”, opina Delgado Morín, quien defiende el impulso dado por la Sociedad Torrelavega para recuperar el legado pesquero. La pesca en la costa de África representó uno de los momentos de mayor auge de la actividad en Lanzarote: lugares como Tan-Tan, Villa Cisneros o Cabo Blanco (Mauritania) formaban parte del itinerario de las embarcaciones durante la zafra. Una flota de cerco-sardinal que alcanzaba cerca del medio centenar de barcos desfiló por la Isla, según recuerda Delgado Morín, junto a las ochenta embarcaciones artesanales de menor tamaño. Flota que surtía a los siete complejos industriales que se asentaron en la Isla. De las capturas se obtenían conservas, harinas de pescado y hasta se aprovechaban las escamas de las sardinas para fabricar esmalte.

Protagonistas

Marineros como Enrique Martín Hormiga o el armador Manuel Guadalupe, entre otros, recuperan en las charlas sus años dedicados a la pesca, los usos y artes de entonces, el modo de vida y los personajes relevantes que protagonizaron los tiempos en los que la Isla vivía el auge de la mar. Marcial Brito relata cómo pescaba en Mauritania junto a su padre en el barco propiedad de la familia, un ejemplo de los muchos niños que se enrolaban, en ocasiones de polizones, para seguir la estela de los progenitores.

José Tabares Saavedra evoca el naufragio sufrido en Morro La Balandra por su embarcación. Pudieron llegar a la playa, donde pasaron doce días varados sin que apareciera nadie, hasta que fueron asistidos por el torrero, que les alimentó con leche y carne de camello. Fue la primera vez que vio cómo se cocía el pan bereber bajo tierra.

“Aquel que ignora su pasado llega ciego a su futuro”, recuerda Toñín Ramos

Sobre la forma de alimentarse en la mar hablaron los marineros Braulio Antonio Caraballo o Santiago García García. Gofio, bizcochos, potajes, sancochos o caldo de pescado fresco, era lo habitual durante la travesía. El pescador Agapito Ernesto Romero ejercía de cocinero y relata las dificultades para transportar el agua, para lo que tenían que recurrir a cueros de cabra, que recubrían de aceite y pulían una vez seco para que el agua no se filtrara.

En las conferencias han participado también artesanos y profesionales de los oficios ligados a la pesca, como Gervasio García, Fredy Tabares, Agustín Jordán y Antonio Fuentes Pérez, carpinteros de ribera, quienes hablaron sobre las embarcaciones y los entresijos de su construcción. Celso Betancort, nacido en Mauritania de padres lanzaroteños, habló sobre sus vivencias en el país, los barcos costeros y los correíllos para los familiares que tenían que viajar entre Canarias y el continente africano.

El pescador Juan Calero Marrero, de La Tiñosa, cree que la reconversión sufrida por el sector pesquero vino a favorecer la forma de vida de los marineros. Una profesión que no estaba exenta de peligros, como relata Pablo Antonio Ascensión Rojas. Fue víctima de un atentado a bordo de un barco en el que el graciosero Manuel Morales ejercía de patrón. Se atribuyó al Polisario el ataque, en el que cuatro marineros resultaron heridos y evacuados en Villa Cisneros. También sufrió un naufragio tras chocar contra un barco africano.

El papel de las mujeres durante esta época estaba ligado a las conserveras, como recuerda Flora Felipe Eugenio, que explica el proceso de envasado que realizaban en la fábrica de Hijos de Ángel Ojeda, donde trabajó.

Museo del Mar

“Lanzarote necesita un Museo de la Pesca y Navegación para recuperar la memoria marinera y que el pasado no se pierda”, señala Toñín Ramos. Recuerda que ya está disponible el material propiedad de la familia de Ángel Díaz. El espacio museístico podría servir de acicate para un proyecto más amplio que incluiría la recuperación de locales colindantes en desuso para crear además un centro de cetáceos y un acuario marítimo. Todo ello, acompañado de una visita turística que terminaría en las salinas abandonadas hasta desembocar en el Castillo de San José. El objetivo final sería contar con “un nuevo centro turístico y cultural de primer orden” que permita financiar la iniciativa global.

Comentarios

Toñin me parece loas bello recordar nuestra principal fuente de ingresos de aquel entonces y sobre todo esas voces de todas esas personas marineras que trabajaron y vivieron en África, pero como se le ha escapado a usted citar a un hombre como Emilio Tavio que frecuenta la sede habitualmente, sabes usted Toñin que trabajo y vivió en África con sus padres y algunos hermanos, tienes idea de lo que puede aportar a toda nuestra gente, que pena que usted no sepa , no conozca y no se lo hayan dicho, y otros que no han.pisado África y menos vivir en ella, sean los directores de tal evento, desde luego debiera usted de far un paso hacia atrás, suerte.
Con todos respeto, creo que hay personas con más historia que el señor Emilio, todavía hay personas que fueron Marinero por ejemplo de la Bella Lucia y supervivientes del famoso Rabo del Ciclón ,como el señor José , que nacieron y vinieron en África todavía hay unos cuantos en Lanzarote me parece .

Añadir nuevo comentario