El nuevo Plan General de Arrecife no pacificará los conflictos que se arrastran desde hace décadas. Al menos no en el caso del Islote del Francés, una de las piezas de suelo más valiosas de la capital. La polémica sobre el islote es antigua y ha mediatizado cada intento de definir un nuevo planeamiento: el Partido Socialista, que ostenta la Concejalía de Urbanismo, ha presentado alegaciones reclamando que el Francés “sea espacio público”, mientras que los dueños aseguran que seguirán pleiteando por una indemnización que puede ser millonaria.

El Ayuntamiento de Arrecife calificó el islote a comienzos de la década de los noventa del pasado siglo como parque en su totalidad. Los propietarios recurrieron a la Justicia, que les reconoció la clasificación de los terrenos como urbanos y ordenó que se les expropiase o que se firmase un convenio urbanístico para compensarles, que nunca se suscribió.

En 1997 primero y luego en 2004, el Ayuntamiento establece que los dueños del islote, la familia Lamberti y Jaime Cortezo, obtendrán la edificabilidad perdida en el Islote del Francés en dos bolsas de suelo pendientes de urbanizar en La Bufona (en una superficie de 34.000 metros) y en Naos (44.450 metros).

Han pasado los años, esas bolsas de suelo no se han urbanizado y los propietarios del Francés han seguido con su batalla legal, reclamando la expropiación en base a una valoración de su suelo que se eleva hasta los 210 millones de euros.

Llegamos a 2014. El nuevo Plan General de Arrecife, pendiente solo de la aprobación definitiva, vuelve a abordar la ‘papa caliente’ del Islote del Francés. De entrada le reconoce una superficie de 56.542 metros cuadrados y ‘pinta’ de verde, para un parque público, 15.000. También protege, en el catálogo de patrimonio, las antiguas salinas, que ocupan unos 3.600 metros. Y permite a los dueños levantar, en edificios con nueve plantas de altura como máximo, un tope de 39.978.

El PSOE presenta alegaciones a ‘su’ Plan y reclama que sea “espacio público”

El Plan General fija como uso principal el residencial, con una estimación de 141 viviendas, si bien el 36 por ciento deberán ser de protección. Como usos alternativos establece el turístico (un hotel) y el comunitario (desde un auditorio a una clínica), pero excluye el terciario (“comercio, ocio y espectáculo, hostelería y restauración”).

El empresario Jaime Cortezo, propietario de la mitad del islote, reclama para llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento “más del doble de la edificabilidad” que se recoge en el Plan General “y que el suelo sea considerado urbano consolidado”, es decir, que podría construir mañana mismo y no tendría que “ceder nada” al Ayuntamiento de forma obligatoria.

También pide que le quiten de la ordenación de la parcela las viviendas de protección. “Con lo que nos permiten hacer en el nuevo Plan General la valoración de nuestro suelo es de 18 millones de euros”, sostiene Cortezo, que se muestra tajante: “Me quedo en los tribunales”.

Los propietarios continuarán la batalla legal por una indemnización millonaria

Por su parte, el Partido Socialista “reclama” en sus alegaciones, firmadas por el actual concejal de Urbanismo, José Montelongo, “que el Islote del Francés sea espacio público”. Señala que el PSOE asumió “promesas” desde 2010 para reivindicar su “uso público” y que “la pieza de suelo pase a ser patrimonio municipal”. “Para conseguir que el islote sea espacio público, se ha hablado de expropiar o de compensar a la propiedad, pero los recursos municipales no lo permiten”, explica el PSOE.

Considera que, “la salida que queda” y que a su “entender” no ha sido “suficientemente explorada”, consiste en “adscribir el Islote del Francés a algunas unidades de actuación [bolsas de suelo a urbanizar] en las cercanías del entorno de la bahía de Naos, reparcelando y compensando a sus propietarios”.

“Están jugando con fuego”, advierte el promotor Jaime Cortezo

Cortezo admite que no le interesa edificar hasta dentro de unos años por la coyuntura del sector inmobiliario. Defiende que en el islote se pueda hacer “algo emblemático, con arquitectos de fuera” que atraiga a compradores extranjeros y que inaugure una “nueva época arquitectónica” en Arrecife.

Dice que no entiende que se frene la construcción en el islote cuando “al lado han dejado rellenar el mar para hacer un centro comercial” de más de 10.000 metros y critica que “el alcalde y el concejal de Urbanismo”, Manuel Fajardo y José Montelongo, “se han inhibido” en la elaboración del Plan, dejando en manos de la empresa Gesplan, del Gobierno canario, “la gestión de problemas que tiene Arrecife desde hace 40 años”. Y termina con una advertencia: “Están jugando con fuego”.