El Juzgado de Primera Instancia número tres de Arrecife ha estimado las pretensiones de un particular al que Abanca vendió un ‘swap’, un productor financiero tóxico, sin haberle suministrado la información necesaria.

En el juicio testificó el director de la sucursal de Abanca en el momento de la suscripción del ‘swap’ y afirmó que “no recordaba el caso concreto, que desconocía la formación financiera del cliente, o si este tenía concertados otros productos con la entidad demandada”.

Además, afirmó en su declaración “que el ‘swap’ se ofrecía a todo el mundo con una explicación generalizada, que algunos lo entendía y otros no”, y a la pregunta de si se le suministraron ejemplos prácticos, indicó que no.

Ante esto, tal y como recoge la sentencia, quedó probado que la entidad no cumplió con sus deberes informativos, pues tampoco lo ha podido demostrar documentalmente: “No ha quedado en ningún momento acreditado que se informara al demandante del riesgo asociado al ‘swap’”.

“Lo único que se comunicó a los clientes es que este producto financiero les cubriría ante una posible subida de los tipos de interés variables, sin advertirles que en caso, entonces no previsto, de que el Euribor se colocase por debajo del tipo de interés fijo establecido en el contrato, serían ellos los que pagarían al banco”, señala la sentencia.

Así, el banco “no actuó con la diligencia exigible, no cumplió con las normas mínimas que les exigía el mercado financiero, de acuerdo a la normativa, y no permitió que los clientes tuvieran un conocimiento real del producto contratado”.

De esta manera, el Juzgado ha estimado las pretensiones del cliente y ha condenado a la entidad a pagar más de 12.000 euros en concepto de indemnización de daños y perjuicios por haber incumplido sus obligaciones legales de diligencia, lealtad e información, más intereses y costas procesales.

En palabras de la letrada Laura Moreno, de Unive Abogados, “los swaps son contratos complejos que se comercializaron masivamente sin emplear la información y documentación necesaria, lo que nos permite afirmar que en su mayoría los afectados que reclamen verán estimadas sus reclamaciones”.