La capital carece de un plan urbanístico nuevo desde hace 30 años, solo ha modificado o adaptado ese documento obsoleto y actualmente ni siquiera existe un debate sobre el modelo de ciudad para el futuro
El futuro de Arrecife: primero una idea de ciudad y después un Plan General
La capital carece de un plan urbanístico nuevo desde hace 30 años, solo ha modificado o adaptado ese documento obsoleto y actualmente ni siquiera existe un debate sobre el modelo de ciudad para el futuro
El último Plan General de Arrecife aprobado de manera ordinaria es el de 1991. Lo que ha venido después son adaptaciones a las leyes de rango superior o modificaciones puntuales, pero no se ha vuelto a hacer un plan que recoja la idea de ciudad que se quiere habitar para los próximos 20 o 30 años. Se ha modificado el documento para trasladar las discotecas a zonas industriales o para hacer una zona comercial en Argana y, recientemente, para permitir un albergue también en zona industrial, pero no se ha ido más allá. El texto vigente es la adaptación, en 2004, al Texto Refundido de la Ley del Territorio, que ya ni siquiera está en vigor porque fue sustituido por la Ley del Suelo.
Antes de 2007, la exalcaldesa Isabel Déniz intentó aprobar un Plan que, con un disfraz de participación, tenía como objetivo claro resolver problemas urbanísticos para algunos promotores y, de paso, crearlos para algunos vecinos, como los de Morro Angelito, que veían convertidas sus viviendas en la vía de acceso a una nueva urbanización. A partir de 2007 hubo otro intento, aún peor. Como reveló el sumario de la operación Unión, se iba a encargar un trampantojo de Plan General dirigido desde fuera del Ayuntamiento por Dimas Martín.
El último intento es el encargo del Plan General Supletorio por parte de Manuel Fajardo Feo en 2014. El interés inicial consistía en hacer frente, obteniendo suelo, a posibles indemnizaciones millonarias, pero el Ayuntamiento acabó ganando casi todos los pleitos, excepto el de Ginory. El Plan supletorio lo hace el Gobierno de Canarias, que en diciembre de 2017 envió un borrador para su aprobación inicial. Cuatro años después de aquello, hay que hacer una nueva aprobación inicial y una exposición pública del documento. Por otra parte, un Plan supletorio resuelve problemas concretos de solares concretos, por cuestiones de urgencia o de oportunidad. Es algo más que una modificación pero le queda grande el apellido ‘general’. No es un Plan con mayúsculas. Para rematar, es una figura que desaparece en 2022 porque no la contempla la Ley del Suelo.
En noviembre del año pasado, la alcaldesa Ástrid Pérez dijo que estaría listo en febrero y que la Oficina Técnica había dado su visto bueno, pero el Plan no llega. Pérez se ha quejado del retraso, pero las competencias en la ordenación nunca han dejado de ser municipales. El Plan es solo una herramienta, pero el urbanismo, o la ciudad, son mucho más que un Plan. Y hace tiempo que en Arrecife no hay un debate real sobre el modelo de ciudad en que se quiere convertir la capital de la Isla. La conversación pública sobre el urbanismo se limita a hablar de suelos: del Islote del Francés, de viviendas sociales, de un centro de salud, un nuevo hospital, un auditorio...
Consenso político
En el Ayuntamiento, la oposición está de acuerdo en una cosa. Reclama un consenso para que se haga un Plan válido para muchos años. Leticia Padilla, de Lanzarote en Pie, dice que “Arrecife necesita que se le meta mano”, pero duda de que el Plan supletorio sirva para algo. Considera que hacen falta zonas verdes, cumplir con la ley de accesibilidad, suelo para viviendas, ordenar las zonas industriales o solucionar los problemas de Las Vírgenes y los diseminados porque “no se pueden obviar”. También señala la falta de infraestructuras: centros educativos, ambulatorios o una sola guardería pública.
“Tenemos poca información sobre lo que se está planteando”, señala, y cree que hace falta un consenso, “pensar en una ciudad para las próximas décadas”. “Arrecife necesita que se sienten todos para acordar algo a largo plazo, un compromiso, un pacto municipal entre fuerzas políticas y sectores sociales, no que cada cuatro años venga alguien con una idea de lo que es la ciudad. Y sin embargo, hasta ahora, destaca que lo que se ha hecho son modificaciones puntuales para conceder licencias, adaptadas a las necesidades de algunos empresarios, “parches en función de intereses particulares”.
Jin Taira, autor de Biocrit.
Taira: “Un Plan General de Arrecife debe entender su origen, historia y esencia”
El portavoz de Coalición Canaria, Echedey Eugenio, también pide “un plan general de verdad”. Cree que se deben resolver muchos problemas: de movilidad, de pluviales y alcantarillado, el crecimiento de la ciudad o dónde se pueden colocar algunas infraestructuras, como el tanatorio municipal que solicitaron en su última moción, y apunta que la falta de planeamiento ha impedido hacer un pabellón deportivo en el nuevo IES Altavista o que no haya suelo para el centro de salud de Argana. Dice que el Plan actual obvia este barrio, que iba a ser para 3.000 personas y que tiene ya tres veces más. “Lo lógico sería que estuviera ya regulado y no poniendo parches todo el tiempo, nos hubiéramos ahorrado a lo mejor problemas de pagos de solares”, asegura. Cree que el debate se centra solo en tres o cuatro puntos, pero debe ser más amplio: si se quiere consumir más suelo y llegar hasta San Bartolomé o tener una ciudad moderna y crecer en altura, por ejemplo.
Habla del consenso: hay que consensuar el modelo con todo el mundo, con tenedores de suelo y con vecinos en un proceso participativo, sacar el tráfico del centro de la ciudad “y que los pasos que se den, sean muchos o pocos, vayan todos en la misma dirección”. Eugenio apunta que, sin embargo, para la alcaldesa, parece que “el Plan supletorio es la salvación” y hace falta más ambición porque el supletorio “no va resolver nada, solo ordena un par de cosas y poco más”. Asegura que habría que empezar ya un proceso participativo para el siguiente Plan y cree que acabará el mandato y ni siquiera habrá un plan supletorio.
Por otra parte, a pesar de la insistencia de este periódico, el concejal de Urbanismo, Eduardo Placeres, no ha querido dar su opinión.
Los arquitectos
Jin Taira es redactor del Biocrit, un análisis crítico del paisaje insular. Conoce bien Arrecife y cree que “un plan general debe abordar la visión global de un municipio” que, en este caso, está en vías de su urbanización integral. La compleja normativa urbanística del Archipiélago, su complejidad y demandas han impedido históricamente que este documento vea la luz en tiempo y forma en la ciudad, con retrasos tan importantes que los han hecho inservibles”, señala. Cree que un plan general de Arrecife debe entender su origen, historia y esencia, para poder proyectarse hacia un futuro que sea compartido y aceptado por la mayoría y que debe responder al tiempo después de la pandemia y a otros retos como “el cambio climático, el compromiso ecológico insular, a su marca, hoy universal, y a aspirar a representar a la Isla como su capital”.
Miguel Ángel Fontes, presidente del Colegio de Arquitectos.
Fontes: “La base es qué ciudad queremos, porque ponemos parches, pero no vamos al fondo”
El Colegio de Arquitectos de Lanzarote acaba de presentar un proyecto para salvar el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Su decano, Miguel Ángel Fontes, dice que “siempre hace falta un plan en vigor y adaptado a la ley porque da seguridad jurídica, que es fundamental” ya que los tribunales tumban muchos proyectos por cuestiones administrativas.
Pero, más allá de eso, coincide con el resto: la base es qué cuidad queremos “porque siempre ponemos parches, pero no vamos al fondo”. Dice que, según el último borrador del Plan supletorio, “la conclusión es que no hay idea de ciudad”. Echa de menos que se defina esa identidad: una ciudad peatonal, con espacios verdes, recorridos urbanos, que se defina cómo y por qué crece...”.
Y también echa de menos un consenso general, porque, si no, se empieza la casa por el tejado: “Primero es saber qué ciudad queremos, y a partir de ahí, el Plan”. Pone el ejemplo de Bilbao, donde todo cambió a partir del Plan porque había una idea inicial de hacia dónde se quería cambiar, “mientras que yo sigo sin saber qué futuro le espera a esta ciudad”.
Si Fontes pone de ejemplo a Bilbao, Juan Palop cita a Vitoria, una ciudad que ha tenido alcaldías de diferente signo político, pero que ha mantenido un mismo rumbo urbanístico, una misma idea, en los últimos treinta años, porque había un consenso. El arquitecto cree que “al planeamiento hay que llegar ya pensado”. Palop es autor de varios proyectos para Arrecife, como los Caminos del agua, que unen varios barrios, o las bioesquinas, que son a la vez espacios verdes e infraestructuras.
Modelo y estrategia
Palop coincide con sus colegas: “Lo que necesita Arrecife es un modelo de ciudad y una estrategia”. Primero hay que estar de acuerdo en las prioridades y en el modelo y superar los tiempos políticos o electorales. Cree que el plan es solo una herramienta, una técnica urbanística jurídica, pero que se puede hacer urbanismo de muchas maneras, no solo con un plan. En cualquier caso, “lo principal es pensar la ciudad” y no renunciar a hacerlo.
Juan Palop, autor de Caminos del Agua y Bioesquinas.
Palop: “Lo que necesita Arrecife es un modelo de ciudad y una estrategia urbanística”
Para Palop, lo menos importante es clasificar suelo. Apunta que estamos en un momento de decrecimiento y señala que el medio ambiente no es un elemento corrector, sino que es quien hace el plan, no al revés, al igual que la participación y la gobernanza, que son esenciales aunque no sean procesos sencillos. La movilidad sigue sin estar bien definida en la ciudad y eso hay que resolverlo, porque ahora Arrecife soporta una movilidad sin escalas, de rango insular. En la práctica, casi cualquier vehículo puede pasar por cualquier calle para cualquier desplazamiento.
Palop cree que es un reto que Arrecife no sea un gran aparcamiento ni una autopista. También habla de la necesidad de resolver que la ciudad se inunde dos veces al año: “No se puede construir la ciudad contra ella misma”. Este arquitecto considera que, desde el punto de vista sociológico, Arrecife es más Argana y Maneje que la Calle Real. Apunta que Argana tiene diez mil habitantes que solo tienen una acera de un metro y medio para salir de allí, y que, por otra parte, “el único punto de sombra del barrio es la terraza del McDonald’s”. Resolver el Islote del Francés no es, por tanto, el principal problema urbanístico de Arrecife.
Comentarios
1 Y yo Sáb, 03/07/2021 - 10:01
2 Humo y ciudad Sáb, 03/07/2021 - 10:07
3 Joaquín Davila Sáb, 03/07/2021 - 11:05
4 Jota Sáb, 03/07/2021 - 11:27
5 ¿ Galgos o pode... Sáb, 03/07/2021 - 14:30
6 la poca esperanza Sáb, 03/07/2021 - 15:12
7 Rosa Sáb, 03/07/2021 - 16:14
8 RESERVA BIOSFERA Sáb, 03/07/2021 - 20:49
9 Antonio Sáb, 03/07/2021 - 23:33
10 Tierra Dom, 04/07/2021 - 07:40
11 Reserva Biosfera Dom, 04/07/2021 - 08:08
12 gus Dom, 04/07/2021 - 11:45
13 Jesus Lun, 05/07/2021 - 10:28
14 Jesus Lun, 05/07/2021 - 10:30
15 Lorelei Mié, 29/03/2023 - 08:55
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