¿Cuál es el siguiente destino de las personas que llegan en patera a Lanzarote? ¿Qué atención reciben,  cuál es su recorrido? ¿Se ha planteado una atención suficiente para la previsión de llegadas? En primer lugar, hay dos posibilidades para la llegada: que la patera no sea detectada por el SIVE y llegue a tierra por su propios medios o que sea rescatada a unas millas de la costa por la tripulación de la Salvamar, o bien porque fue detectada por el SIVE o bien porque los propios integrantes de la patera avisan de su ubicación.

En el caso de que lleguen a tierra a bordo de la Salvamar, cuando la embarcación llega al muelle ya hay miembros del Servicio Canario de Salud, del Consorcio de emergencias, de Cruz Roja y de Policía Nacional. La patera suele llegar remolcada y se queda varada en el muelle durante un día, habitualmente, hasta que sale del agua y se transporta en un camión grúa.

Las personas desembarcan. Si alguna de ellas está en evidente mal estado de salud, se la traslada en ambulancia. El resto permanece en el muelle varias horas, envueltos en unas mantas rojas y apoyados en la escollera del muelle comercial, donde se lleva a cabo un primer triaje médico. Se determina el estado de salud, se separa a quienes dicen ser menores y se llevan a cabo las pruebas Covid en unos barracones instalados junto a los antiguos depósitos de agua.

Si alguna da positivo se le traslada a un complejo de apartamentos en Puerto del Carmen para hacer una cuarentena de unos diez días, gestionado por la Consejería de Sanidad y por Cruz Roja, de forma conjunta. En la actualidad hay dos complejos: uno para los positivos y otro para los contactos estrechos, que pueden llegar a ser todos los integrantes de la patera. Allí hacen la cuarentena en habitaciones con literas para cuatro personas, con una capacidad total para unas 200 personas, aproximadamente.

Los que no dan positivo se trasladan a una nave alquilada por el Ministerio de Interior en la carretera de San Bartolomé con capacidad para unas 250 personas, en las que actualmente hay unas 210, según fuentes del Consorcio de emergencias. Allí se lleva a cabo la filiación policial y se tramita la orden de expulsión, aunque habitualmente no se ejecuta. El periodo bajo control policial no puede exceder de 72 horas. De la nave se traslada a los migrantes a los centros de atención de Gran Canaria, Tenerife o Fuerteventura. Este mismo viernes se trasladó a unas 150 personas.

Retrasos en el muelle

Esta semana, en la que han llegado desde el domingo más de 400 personas, los que llegaron este jueves permanecieron en el muelle durante casi todo el día, hasta que se les fue trasladando paulatinamente. Los últimos estuvieron hasta las cinco de la tarde, aproximadamente, cuando se desalojó. Se produjo un retraso, un cuello de botella, por el gran número de pruebas PCR que había que hacer desde el día anterior cuando llegaron más de 200 personas, según las mismas fuentes, y el retraso en que llegaran los resultados.

Por otra parte, el Ministerio está preparando la adecuación de un Centro de atención temporal para inmigrantes (CATE) en otro recinto instalado también en la carretera hacia San Bartolomé, en el margen izquierdo, con una capacidad para unas 250 personas, aunque aún no hay fecha para su apertura.