Personas migrantes han denunciado este jueves la “degradación” del sistema de acogida en Canarias y la situación “insostenible” y “trágica” de los espacios en los centros de acogida y de las expulsiones sin una alternativa habitacional, según ha indicado el colectivo Caminando Fronteras.

“Vamos a acabar por suicidarnos”, ha sentenciado una residente del centro de acogida de Lanzarote, según recoge el colectivo Caminando Fronteras en un comunicado, que añade que en los centros no se garantizan las medidas de seguridad frente a la COVID-19.

Denuncian que en el centro de Lanzarote -una nave en las inmediaciones de la estación depuradora de Arrecife- conviven sin agua corriente, salvo en las duchas, y que un centenar de personas se han visto obligadas a compartir un único baño.

Tampoco disponen de conexión a Internet para comunicarse con sus familiares, ni se han dividido las estancias de los centros, ni se les ha cubierto las necesidades básicas de vestimenta, según afirman.

“Nos vemos obligadas a buscar ropa en la basura para poder vestirnos”, han dicho en un vídeo facilitado por Caminando Fronteras.

La portavoz de la organización, Helena Maleno, ha asegurado que se han documentado expulsiones de mujeres embarazadas, lo que supone un “peligro” para la integridad física y emocional tanto de ellas como de sus bebés ante el estrés que implica no tener un lugar al que acudir.

Caminando Fronteras ha subrayado los “verdaderos episodios de histeria” que se vivieron el pasado junio en un centro de acogida tinerfeño ante la expulsión de una mujer embarazada y el “desentendimiento” del personal, y que requirieron de la intervención de agentes policiales.

Ha destacado igualmente el caso de un migrante guineano, B.C., que denunció al colectivo el pasado lunes su expulsión de un centro de acogida de la Cruz Roja en Tenerife tras seis meses de estancia sin una alternativa habitacional previa y sin posibilidad de abandonar la isla.

B.C. estuvo al borde de la muerte hace unos meses, ha continuado el comunicado, y vio cómo “muchos” de sus compañeros morían en la mar durante el trayecto.

El colectivo ha recordado asimismo que la ruta canaria migratoria se ha reactivado desde el año pasado, un trayecto “de alta mortalidad” agravado por la descoordinación de los países emisores y receptores, el énfasis en el control migratorio y no en la protección de vidas, y la precarización de Salvamento Marítimo, según han dicho.

“Debe haber un cambio de paradigma en el sistema de acogida de las islas. Muchas de estas personas han pasado por el fuerte trauma del proceso migratorio que les obligó a ser testigos de muertes de compañeros y seres queridos. No solo carecen de apoyo psicosocial, sino que se enfrentan a las duras condiciones del sistema”, ha asegurado Maleno.

Caminando Fronteras ha pedido a las autoridades competentes una serie de medidas que mitiguen esta “terrible situación” para asegurar así un “trato adecuado” a personas que, han apostillado, están en una situación muy vulnerable.

Han instado por ello al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y a la Secretaría de Estado de Migraciones para que abran los expedientes necesarios y asuman su “responsabilidad”.

“Apelamos también a la solidaridad de las comunidades autónomas para permitir traslados a la península cuando el sistema de acogida canario no pueda asumir la carga de todas las personas migrantes, ayudando así a proteger la vida y la dignidad de las personas que ponen en riesgo su propia vida para buscar un futuro mejor", concluyen.