“Unamuno redimió a Fuerteventura y al mismo tiempo se redimió a sí mismo”
Domingo Fuentes presenta ‘Don Quijote en Fuerteventura’, un libro de sonetos comentados que se anticipa al centenario de la estancia del escritor en la Maxorata
“Unamuno pensaba Fuerteventura como su particular arcadia quijotesca y, en virtud de su manifestada querencia, seguramente pensó recrear en la ajada tierra majorera una suerte de Quijote inspirado en su experiencia vital de cuatro meses en la ínsula que tanto asemejaba a su conocida Castilla (...)”.
Juan Jiménez avanza en el prólogo de Don Quijote en Fuerteventura (Mercurio Editorial), el último libro de Domingo Fuentes Curbelo, uno de los puntos de partida del escritor majorero para abordar esta nueva obra con la que se anticipa ya al centenario de la estancia del intelectual bilbaíno en Fuerteventura, que será en 2024.
Fuentes comenzó a escribir este libro hace diez años y lo dejó, pero se volvió a poner las pilas con dos objetivos: poner un granito de arena para el centenario del confinamiento y destierro de Unamuno y desmentir todos los bulos o atribuciones negativas que se crearon de manera intencionada sobre el escritor y su relación con la Isla. “Esos bulos los creó sobre todo la burguesía local”, que apoyaba a Alfonso XIII y a Primo de Rivera, señala.
Domingo Fuentes tomó conocimiento de Unamuno primero en la escuela y después a través de la lectura temprana del poemario De Fuerteventura a París: diario íntimo de confinamiento y destierro vertido en sonetos, seguida del resto de su obra, pero también fue testigo de la propagación de esa leyenda negra que aseguraba que nunca habló bien de Fuerteventura. Dice Fuentes que hay evidencias más que de sobra del impacto positivo que tuvo la Isla en el escritor.
“Es una persona que viene aquí amargada, porque le quitan la cátedra, el vicerrectorado de la Universidad de Salamanca, lo separan de su familia y lo mandan a una isla remota, de destierro, una isla donde además había mucha pobreza y mucha miseria”, señala. Llega en esa situación “muy dolido con la dictadura y con el rey, pero encuentra a una isla que no se esperaba”. “Encuentra una especie de Castilla en Fuerteventura”, añade.
Empieza a disfrutar de los amaneceres y del sol, empieza a entender el paisaje “y lo que iba a ser un castigo se convierte en un premio”. “Todo lo que publica en la prensa de Madrid, las cartas que dedicó a sus amigos de media Europa, lo que publicó en Berlín o en periódicos franceses sobre Fuerteventura es bueno”, señala Fuentes. “Dice que aquí se sintió bien, pero evidentemente está aislado de todo el mundo intelectual, no como cuando llegó a París”.
“Aquí se sintió como en casa, tanto que llegó a decir: ‘si me muero y no me pueden enterrar en mi Bilbao natal o en Salamanca, donde hice mi vida profesional, quiero que me entierren en Playa Blanca’, aquí, en Puerto Rosario, ahí al ladito, en la roca donde iba a reflexionar casi todos los días o en la montaña quemada, que es la que está junto en el lindero entre Puerto Rosario y La Oliva”, destaca Fuentes.
Quijotesco
Lo que hace Domingo Fuentes en este libro es idear treinta sonetos precedidos de un comentario. Ve al escritor como un personaje quijotesco. “Unamuno se consideraba a sí mismo un Don Quijote redivivo. No es que despreciara a Cervantes, sino que pensaba que el personaje que creó superaba al autor, y él se veía reflejado en ese personaje como el ideal de España”, señala.
Fuentes idea treinta sonetos quijotescos precedidos de un comentario
Es en la isla donde manifiesta más que nunca su personalidad quijotesca y pretende escribir un libro que se llamase Don Quijote en Fuerteventura, que no escribe, y cuyo título retoma ahora Domingo Fuentes. “He cogido su título y he utilizado en la construcción de esta obra literaria el lenguaje de Cervantes en El Quijote y el lenguaje de Unamuno en De Fuerteventura a París, entreverado”.
En la presentación del volumen, en la reciente Feria del Libro de Fuerteventura, Marcial Morera, catedrático de la Universidad de La Laguna, miembro de la Academia Canaria de la Lengua y presidente de la cátedra Miguel de Unamuno, dijo que sobre este autor se han escrito un gran número de libros, pero que este es el primero que lo coloca como personaje central de una obra literaria.
Centenario
El otro propósito de Domingo Fuentes, docente que se acaba de jubilar después de una dilatada carrera política cuya última parada ha sido la Dirección Insular de la Administración General del Estado en Fuerteventura, es avisar a las instituciones de que llega el centenario de la estancia del escritor en la Isla, que se cumple el 10 de marzo. Cree que la Isla está en deuda con el escritor y que “Unamuno redimió a Fuerteventura y al mismo tiempo también se redimió a sí mismo” y, por ello, hace falta ponerlo a la altura que se merece, “como Saramago en Lanzarote”.
Fuentes considera que se puede hacer una gran programación a lo largo del año, no solo un acto o un homenaje, sino incluso un congreso internacional con expertos de todo el mundo. “A partir del mes de marzo del año 2024 se puede desarrollar un programa de actividades muy digno para saldar esa deuda que tenemos, y para que también se nos siga conociendo en el mundo como un pueblo agradecido con quien ha hablado bien de nosotros”, concluye.
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