Participó en las jornadas organizadas por Mararía denominadas Claves para la prevención e intervención en violencia sexual: identificación y manejo de nudos críticos, en las que habló sobre la relación entre la pornografía, la prostitución y la violencia sexual.

-¿Cuál es la relación entre la pornografía, la prostitución y la violencia sexual?

-Digamos que es una relación muy estrecha. Habría que empezar por saber por qué siempre ha existido violencia sexual contra las mujeres, las niñas, y los niños también. La violencia sexual es la violencia más oculta, la que no se denuncia, la que en muchos casos no deja huellas físicas, es una violencia invisible aunque deja huellas graves, psicológicas o emocionales. Tiene que ver mucho con la cultura popular, con la cultura de la violación, con la minimización de la violencia sexual. Mi conferencia la he denominado No es para tanto, pero sí es para tanto cuando hay un abuso de poder, cuando en el caso de la violación en Pamplona se comentó que la chica no se resistió, por ejemplo... Esta cultura de la violación impide que las mujeres podamos decir no en un momento determinado, podamos salir a la calle sin miedo a que nos violen, vestidas como queremos y a partir de ahí, de esa cultura, surgen servicios, surgen industrias que formalizan y dan legitimidad a esa violencia sexual contra las mujeres. Por ejemplo, la prostitución, la trata, la pornografía y los vientres de alquiler. ¿Y qué tiene que ver ese triángulo? La pornografía ha mudado, igual que la prostitución. La tecnología, la globalización y el capitalismo han hecho que cambie. Es una industria potente que se nutre precisamente de la cosificación y la sexualización de las mujeres. Los niños, normalmente varones, empiezan a consumir esta pornografía violenta en edades donde una cabeza infantil no puede acostumbrarse y acaban erotizando la violencia. Si un niño hace eso va a intentar reproducir lo que ve. Y si no puede reproducirlo con sus iguales, pues irá a la prostitución y lo reproducirá con las mujeres prostituidas. Normalmente, en nuestros estudios hemos visto que los consumidores tempranos de pornografía acaban siendo consumidores de prostitución.

-¿El inicio en el consumo de prostitución sigue siendo a una edad temprana?

-Se ha convertido en una alternativa de ocio y en una alternativa de experimentación. Todos los estudios que hemos hecho donde preguntábamos a las mujeres en prostitución nos decían que los jóvenes cada vez demandan prácticas más violentas con las mujeres prostituidas y las no prostituidas y que el hábito de consumo suele ser grupal. La demanda prostitucional en nuestro país, lejos de disminuir como era previsible en una sociedad democrática donde hay igualdad formal entre hombres y mujeres ha ido en aumento y si va en aumento tenemos que achacarlo a esa hipersexualización y esa pornificación de la sociedad.

“Hay que lanzar el mensaje de que podemos ser una sociedad igualitaria”

-Teniendo en cuenta que somos un país muy turístico, ¿una gran parte de ese consumo corresponde al turismo o no?

-Es que ahora el turismo sexual está en todas las regiones de España, porque la prostitución se ha convertido en una actividad más de ocio, de los que residen aquí y de los que vienen de fuera. Cualquier hombre en cualquier lugar del mundo ahora mismo puede demandar prostitución, está en las redes sociales y además está dentro de la política de consumo de una sociedad capitalista. Igual que una persona llama por teléfono y pide una hamburguesa, lo puede hacer para demandar que le traigan una mujer al hotel o a cualquier lugar. Y cualquier tipo de mujer, de cualquier edad, de cualquier precio, de cualquier nacionalidad.

-¿Y la abolición qué supone? ¿Qué significaría?

-El movimiento feminista ha tenido un debate que tiene que trasladarse a la política, pero a un debate político serio, donde las mujeres no seamos rehenes de las prebendas políticas entre la derecha y la izquierda. Se ha debatido mucho y se han hecho muchas comparecencias en el Parlamento de España, en los parlamentos autonómicos, también en el Parlamento canario, y ya no voy a diferenciar ni a la derecha ni a la izquierda. No han sido capaces de establecer un pacto de Estado donde los intereses de las mujeres y las niñas, la protección a la infancia y a las mujeres, esté por delante. Entonces nos han puesto a las feministas a pelear. El feminismo siempre ha sido abolicionista y esto quiere decir que las mujeres feministas a lo largo de 300 años hemos defendido que las mujeres no podemos estar mercantilizadas y que un deseo de los hombres no puede convertirse en un derecho fundamental.

-Cuando se plantea la abolición se pone el foco en la excepción, si una persona quiere libremente dedicarse a la prostitución, pero no en la norma, que es que la gran mayoría son captadas por redes de trata...

-Exacto. Siempre se habla de que habrá mujeres que quieran libremente... Bueno, yo nunca lo he entendido... Pero esa no es la cuestión principal. La cuestión principal es cómo se permite la explotación de mujeres y niñas en situación de vulnerabilidad, que las captan ya sea por la fuerza de la necesidad o de la coacción. Y si realmente en un estado de derecho podemos permitirlo. En el caso de Canarias, tenemos una situación geopolítica que hace que nuestro territorio, igual que otros muchos, sea proclive al establecimiento de redes de tráfico y trata. Hay que invertir en recursos para perseguir el proxenetismo, que era lo que se pretendía hacer en el Parlamento. Quien se lucra de la explotación de mujeres y niñas tiene que tener un castigo. En nuestro país, hasta los animales tienen más derechos que las mujeres y los niños.

-Pero ¿para perseguir el proxenetismo o la trata hace falta una nueva ley? Esto ya está perseguido ahora mismo, ¿no?

-Hace falta que se incorpore en el Código Penal la tercería locativa, que hace que se persiga el proxenetismo de todo tipo, y también la demanda prostitucional, porque no olvidemos que por la demanda se generan las redes de trata. Hace siglos se abolió la esclavitud y no está del todo abolida en el mundo. Sabemos que es difícil porque está dentro de nuestra cultura y nuestra estructura. Pero sí que es cierto que en Suecia desde 1999 han conseguido que las redes de trata no campen a sus anchas, o al menos lo están intentando. Y lo que es mejor, al tener una ley integral, ya ofrecen recursos y alternativas a las mujeres. Parece increíble que las excusas fueran que es una ley punitiva. La ley contra el tabaco también es punitiva. Lo que hay ahora no es suficiente, porque cuando se hace una redada no detienen a ningún consumidor de prostitución, y si unas mujeres están encerradas, tapiadas, controlando su movilidad, su dinero... es para algo. Esas mujeres llegaron a España para ser explotadas sexualmente. Quien obtenía el beneficio lucrativo era la red de trata, que con esa modificación del Código Penal es lo que se persigue. Pero también se debe perseguir a quien demanda la prostitución. Si no hubiera demanda, evidentemente no existiría. Hay que dar instrumentos a los cuerpos especializados, aparte de recursos, para que además se ataque la demanda, porque si no atacamos la demanda no va a disminuir.

“En el sistema prostitucional, las mujeres de cierta edad están en peor condición”

-Esa concepción tan manida de que es el oficio más antiguo del mundo no ayuda mucho a acabar con la visión de que es un trabajo más, como otro cualquiera.

-Lo curioso es que cuando se trata de los derechos de las mujeres hay una eterna ‘debatitis’. En este país se han aprobado leyes sin apenas debate y nadie ha cuestionado nada. Sin embargo, cuando se trata de mujeres... Llevamos 300 años de lucha feminista para conseguir el derecho al voto, a la movilidad, el derecho a ser iguales formalmente y en la realidad de la vida cotidiana.

-Es probable que muchos cargos públicos, hombres, no quieren votar a favor de una ley, y tampoco quieran decirlo públicamente, que castigue al consumidor, cuando pueden ser perjudicados directos.

-Pues a lo mejor lo que tenemos que empezar a hacer es no votar a aquellos partidos que dan la espalda a las mujeres. Cuando tú eres diputado o diputada, tienes que ir más allá de tus intereses particulares, tienes que defender el bien común. Por ejemplo, sin entrar en señalar a ningún partido político, a mí me sorprende el discurso de yo soy anticapitalista, pero luego defiendes la prostitución. Eso es incompatible, porque la prostitución ahora es el negocio más internacional y más neoliberal del mundo. Las abolicionistas estamos defendiendo que el destino de las mujeres y niñas más humildes, más pobres, no sea ser puta, que puedan demostrar sus talentos, sus capacidades. Las personas que tenemos doctorados, carreras y una buena situación económica no vamos a ir a que nos penetren por boca, vagina y ano. Está el ejemplo del derecho al aborto. Nosotros defendemos que ninguna mujer tenga que abortar de forma ilegal, que pierda su vida, pero las feministas no obligamos a las mujeres a abortar. Con la ley abolicionista decimos lo mismo, estamos defendiendo a las que están por la fuerza de la necesidad y la coacción. Oiga, usted luego haga lo que quiera.

-En una sociedad en la que el dinero es casi el único valor, es difícil acabar con actividades tan lucrativas. En Internet, el mensaje que se envía a mujeres jóvenes, y con cierta fama, es que pueden ganar muchísimo dinero mostrando su cuerpo.

-Pero es el mismo mensaje que se le lanza a las mujeres que se captan. Es decir, si tú eres una mujer que está en un país donde hay un conflicto político, étnico, te van animando y te dicen que vas a vivir muy bien en tal país, pues aquí pasa lo mismo con las jóvenes. No nos creamos la imagen del chulo de la esquina, se está captando a niñas y a jóvenes, aparentemente con dinero fácil, pero que en la prostitución el dinero no es fácil y no conozco a ninguna mujer que se haya hecho rica con la prostitución, que tenga inversiones en bolsa... En el sistema prostitucional, las mujeres cuando tienen cierta edad, van bajando de estatus y cada vez están en peores condiciones. Y si fuera una profesión tan lucrativa, yo siempre digo que estarían los hombres matándose por estar en ella. Hay un libro de Sonia Sánchez que se titula Ninguna mujer nace para puta, y es verdad. Además es que no es un trabajo, pero muchas veces la gente lo compara con limpiar. Bueno, es que las limpiadoras también están explotadas, pero tu herramienta de trabajo es la escoba. Yo no dudo de que haya explotación, que la vida es dura en general. Pero es que en la prostitución, el instrumento eres tú misma, es tu cuerpo.

“Quien se lucra de la explotación de mujeres y niñas tiene que tener un castigo”

-Los cambios radicales, profundos, solo pueden venir a través de la educación. Hace falta más educación afectiva y sexual, pero cuando se aborda esto hay quien pone el grito en el cielo hablando de adoctrinamiento.

-La cuestión es que, claro, si no se les educa en el colegio, se van a educar en el porno y de otra manera. Pero yo tranquilizaría a los padres, madres y docentes. Porque lo que nosotras demandamos, por ejemplo, desde nuestro grupo de investigadores o desde la red académica internacional de estudios de la prostitución y la pornografía, es una educación afectivo sexual científica y profesional. Creemos que se debe dar por parte de profesionales especializados porque así evitamos adoctrinar. Lo que pretende una educación afectivo sexual es tener una educación sexual sana, igualitaria, desde un concepto coeducativo. No es adoctrinar, no es meternos en la escuela y que cualquiera dé una charla, como tampoco es obligar a los docentes a dar una formación en la que no están especializados. Hay que hablar de sexo, de sexualidad, de afecto, de coeducación, pero además es que muchos pibes no van buscando pornografía, la pornografía los encuentra, y van construyendo su personalidad y sus afectos a través de eso. Se trata de formar y de informar para tener una infancia segura y sana y tampoco se trata de reprimir y crear terror sexual. Los pibes tienen que experimentar, tienen que vivir con naturalidad y muchas veces se vive con frustración o con agobio. Y también quiero decir que se puede cambiar, que no hay que dar una imagen de que todos los jóvenes consumen porno y que todos los hombres y jóvenes consumen prostitución. Yo cada vez conozco más hombres que han generado un vínculo empático con las mujeres y han abandonado el consumo prostitucional o el consumo de pornografía. Hay que lanzar el mensaje de que podemos ser una sociedad igualitaria.