Dice el presidente del Cabildo que va a recurrir la sentencia que dice que el cese de Polo Díaz como director de la Oficina del PIO es nulo, y que si vuelve a perder, volverá a destituir al funcionario, pero esta vez motivándolo mejor. También dice que lo que es irrevocable es la voluntad de que este funcionario no vuelva a ser Director de la Oficina del PIO.

Veamos:

San Ginés tiene potestad para nombrar y cesar en ese cargo al funcionario que quiera (y que cumpla los requisitos mínimos para ejercerlo). Por supuesto que sí.

Lo que no puede hacer es cesarlo sin motivo ninguno, así que lo que debe hacer es motivarlo, no mejor que ahora, sino simplemente exponer un motivo para su cese.

San Ginés tiene motivos para cesar a Polo Díaz. De hecho, asegura que cesarlo es su voluntad irrevocable. Sin embargo no motiva el cese. ¿Por qué?

Para facilitar el trabajo a la presidencia, se ofrece aquí un posible texto motivado, del nuevo decreto de cese: "Se cesa a Leopoldo Díaz Bethencourt por pérdida de confianza, porque el trabajador ha contribuido notablemente, durante años, en base a sus informes, a la anulación de un buen número de licencias urbanísticas concedidas a hoteles, en procedimientos judiciales iniciados por este propio Cabildo y que han perjudicado los intereses de varios empresarios de la Isla, pero sobre todo de uno. A esto hay que sumar que el contenido del informe elaborado por este mismo funcionario, a petición de esta presidencia, sobre el Plan Especial de La Geria, no se ajusta a lo que a esta presidencia le hubiera gustado que reflejara para poder aprobar dicho Plan y con ello lograr el marco necesario para una posible legalización de la Bodega Stratvs".

Escucho con deleite un argumento que me deja estupefacto. Se refiere a cuestionar la importancia que le concede el PSOE al cese del Director de la Oficina del PIO, que le ha llevado incluso a no asumir el pacto de gobierno. Ese empecinamiento, escucho, sólo se explica por oscuros intereses, que, por otra parte, nunca se acaban de concretar.

Volvemos al punto inicial. Quien está empecinado en cesar al funcionario, y así lo reconoce él mismo, es el presidente, que aún no ha explicado los motivos. ¿Qué tonalidad tiene este interés: clara u oscura?