Josefa Hernández, la vecina de Fuerteventura de 62 años condenada a seis meses de prisión por su vivienda, construida en un espacio protegido en el Parque Rural de Betancuria, ha ingresado este lunes en el centro penitenciario de Tahíche poco antes de las cuatro de la tarde.

Hernández, que está “con tranquilizantes”, destacó que confiaba en que le concedieran un indulto que le permitiera salir cuanto antes de la cárcel. “Lo único que me preocupa es que dejo a tres menores un poquito desamparados”, señaló.

Josefa tiene a su cargo dos hijos, uno de ellos discapacitado, y tres nietos, e ingresó en prisión tras ser condenada a seis meses de cárcel por no haber derribado la vivienda en la que vive con su familia.

“Se me roba mi libertad sin haber cometido ningún delito de sangre, ni por robar”, subrayó Hernández. “Mi pecado ha sido hacer un techo para proteger a mis nietos, para que los servicios sociales no me los quitaran”, afirmó la mujer, quien recalcó: “Si este es el precio que tengo que pagar, lo voy a pagar, así de sencillo”.

“Me llega el calor de la gente”, declaró Josefa Hernández antes de entrar en la prisión de Tahíche este martes, al tiempo que agradeció a los medios de comunicación y “a los políticos que por una vez se han unido” para solidarizarse con su situación y echarle “una mano”.

Josefa Hernández, con el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales.

"Confío en que me saquen de aquí"

“Confío en que me saquen de aquí y que cuando salga tenga la posibilidad de tener un techo decente para que mis nietos vivan y poder derrumbar la casa, que no me he negado a hacerlo”, insistió Josefa.

Hernández recalcó que no procedió a la demolición de las obras porque no tiene “dónde ir a vivir ni medios” para pagar un alquiler. “Me quieren castigar de esta manera, me han cogido como ejemplo, es lo que hay”, resumió la mujer, quien agregó antes de entrar en la prisión lanzaroteña: “Ya no le doy más vueltas, voy a cruzar esa puerta y que sea lo que Dios quiera”.