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Dudas e incógnitas sobre el traslado del Hospital Insular

La medida parece firme, pero se cuestiona si se podrá replicar el mismo servicio al separar las áreas de hospitalización del centro de día y la residencia

Saúl García 1 COMENTARIOS 14/03/2025 - 06:09

El Hospital Insular se cierra. El traslado de los pacientes y de los servicios sanitarios solo es cuestión de tiempo si finalmente se lleva a cabo la decisión que se ha trasladado públicamente. Nadie acierta a decir cuándo se hará pero parece inevitable que se traslade al edificio anexo al Hospital General José Molina, que se construyó por la vía de urgencia durante la pandemia como un nuevo edificio de enfermedades emergentes y para incrementar la capacidad asistencial del Hospital. Lo que pasa es que aunque la obra parece terminada, ese edificio aún no se ha recepcionado aunque ya se ha creado una comisión para elaborar un plan de traslado que se activará cuando el edificio polivalente esté listo.

El traslado no será sencillo y genera muchas dudas. PSOE y Nueva Canarias dicen que el traslado desmantelará el único hospital geriátrico de Canarias, ya que hay unidades que se trasladan y otras, las asociadas a la residencia y centro de día, seguirán allí. “La coordinación entre unas unidades y otras es uno de los éxitos de este servicio”, señala el diputado por NC, Yoné Caraballo, que insiste en que no hay ninguna partida presupuestaria para mejorar el Hospital Geriátrico Insular de Lanzarote, que es una infraestructura que ha sido “un orgullo” para los conejeros.

El PSOE considera que es “un ataque directo a los derechos de la ciudadanía lanzaroteña” porque su cierre “supondrá la pérdida de su especialización en geriatría, la reducción de camas hospitalarias y la desaparición de servicios esenciales para los mayores de Lanzarote”.

Coalición Canaria apuesta por la reforma integral y habla de traslado temporal. Los nacionalistas dicen que “las reformas no solo modernizarán las instalaciones, sino que optimizarán los flujos de trabajo, el equipamiento y los entornos” porque se adaptará el Hospital a nuevas normativas, criterios de sostenibilidad y estándares de calidad asistencial.

El gerente del Área de Salud de Lanzarote, Pablo Eguia, aseguraba a Diario de Lanzarote que la “solución idónea y transitoria” es el traslado al edificio polivalente, pero que antes de que se recepcione habrá que adecuarlo a los servicios que vaya a albergar. Eguia dice que es “falso” que se vaya a cerrar el Hospital Insular y que no se está improvisando, pero habla de que su futuro dependerá de las directrices que fije el Plan Director de Infraestructura, incluido en el Plan Estratégico 2025-2028 y encargado a una consultoría externa.

El gerente señala que hacen falta más camas de las que hay en la Unidad de media estancia y afirma que “el servicio de atención geriátrica de la Isla ni está en riesgo ni se cuestiona” porque “es un modelo asistencial excepcional que no lo hace un edificio, sino los profesionales”.

Por su parte, Marci Acuña, consejero de Bienestar Social del Cabildo, dice que también se trata de una cuestión de oportunidad, porque ahora está disponible el edificio anexo del Hospital y después no se sabe si lo estará. Dice que el informe que revela las malas condiciones del Hospital es del año 2019 y el PSOE no hizo nada en cuatro años para mejorarlo y señala que hay dos opciones: trasladar y reformar el edificio o construir otro. No se ha tomado aún la decisión pero cree que lo mejor sería reformar y retornar. Y añade que si el nuevo edificio no se destinara de nuevo a hospital geriátrico, “sería siempre una residencia sociosanitaria” ya que esa parte no se traslada.

Desde el Cabildo dicen que también se trata de una cuestión de oportunidad

Entre las dudas, que abarcarían las distintas soluciones para la situación, está la de si se puede hacer una rehabilitación integral con los pacientes dentro del edificio. No parece que esta posibilidad esté ahora sobre la mesa, pero Caraballo cree que es posible: “Es lo que se hizo con la planta de cirugía del Molina Orosa”, apunta.

El diputado de NC destaca que el informe de 2019 que habla de las malas condiciones del edificio también dice que “no se considera necesaria la adopción de medidas inmediatas para garantizar la seguridad del edificio”.

Otra duda sería si, tras una necesaria y esperada rehabilitación del edificio del Hospital Insular, volverá todo a su cauce o el traslado servirá para cambiar algunas cosas. También añade que hay muchas áreas con necesidades en el Hospital Molina Orosa que podrían ocupar ese nuevo edificio. No todas estas preguntas tienen una respuesta en estos momentos. 

Integración

El Hospital Insular se integró en el Servicio Canario de Salud en 2019. Ese mismo año se encargó un informe al departamento de Infraestructuras, que concluía que hacía falta una reforma integral. El informe hace referencia a que no hay constancia documental de la legalización de las actuaciones o reformas posteriores al proyecto inicial, ni tampoco de las operaciones de mantenimiento realizadas en los últimos cinco años.

Sobre la estructura, el informe habla de “defectos graves que impiden que podamos garantizar la seguridad de sus ocupantes”. Estos defectos afectan a la cimentación, los pilares y las vigas. También se habla de corrosión estructural, aunque puntualizando que “para poder determinar con exactitud la gravedad de la situación sería necesario un análisis en profundidad, con ensayos estructurales”.

Tampoco es bueno el estado de conservación de fachadas, carpinterías o cubiertas y hay humedades y fisuras, el sistema contra incendios está completamente fuera de servicio y hay graves deficiencias en accesibilidad, como la imposibilidad de acceso de las camas a las propias habitaciones de pacientes, o de los pacientes con problemas de movilidad a los aseos de sus habitaciones. Por otra parte, gran parte de los baños y aseos de habitaciones carecen de agua corriente por las numerosas averías “de una fontanería obsoleta que debe ser sustituida totalmente”.

Imagen del nuevo edificio polivalente anexo al Hospital Molina Orosa.

El servicio

El edificio es del año 1950 y está dividido en varias partes. La planta baja del edificio principal está destinada a servicios asistenciales de geriatría, rehabilitación, dormitorios, comedores, área de radiología, farmacia, laboratorio, cocina, lencería, comedores, área de consultas, área administrativa y salón de actos. En la primera planta hay un área de hospitalización de geriatría, un área quirúrgica fuera de servicio, capilla y dormitorios, y en el sótano están las zonas de talleres y algún almacén. Además, hay un edificio de servicios, el edificio residencial socio-sanitario y el del tanatorio

El hospital tiene varias unidades: la Unidad de agudos y media estancia, con unas 30 camas, la de larga estancia, con otras 48, y la residencia como tal, conocida como el CANTOU (Centro de Actividades Naturales y Actividades Ocupacionales Útiles), además del Hospital de Día, destinado a pacientes geriátricos que necesitan controles clínicos, recuperación física, terapia ocupacional y otros cuidados de manera temporal.

Lo que se trasladaría serían las unidades de media y larga estancia y se quedaría la residencia y el centro de día. Y ahí reside la principal diferencia. Caraballo dice que la coordinación entre ambas es esencial y que ahora, aunque el Hospital Insular no esté bien “es como un hogar, un entorno amable” donde los pacientes ingresados de larga estancia pueden ir al centro de día. “No puedes dejar a una persona mayor seis meses en una habitación de hospital sin apenas salir porque se deteriora”, asegura.  

Se trasladarían las unidades hospitalarias y quedaría la residencia

Domingo de Guzmán, que es presidente de honor de la Sociedad Canaria de Geriatría y Gerontología y exdirector del Hospital Insular, escribió un artículo en La Voz de Lanzarote en el que recuerda  que “una parte esencial del Servicio de Geriatría es el Hospital de Día, que es mucho más que una sala de rehabilitación (...) que trabaja integrado con todo el servicio, con los pacientes y sus familias para optimizar la vuelta a casa de los pacientes frágiles”. Señala que ese servicio, que ahora quedará separado del Hospital, “es un potente dispositivo de prevención de la dependencia” y sirve “para ajustar tratamientos, hacer controles clínicos o administrar medicación” entre otras funciones. “El Hospital de Día de geriatría, por sus funciones, debe estar al lado de las unidades de agudos y de las consultas, de donde recibe a la mayoría de los pacientes”, señala en el artículo.

El Hospital Insular de Lanzarote ha conseguido la acreditación de su servicio de geriatría como unidad docente multiprofesional, que le otorga la capacidad para formar enfermeras y médicos especialistas en Geriatría y que es la única en Canarias, por lo que es un referente en el Archipiélago en la atención a las personas mayores. Además de lo ya nombrado, el servicio de geriatría se completa con una unidad de psicogeriatría, consultas externas, un programa de atención geriátrica domiciliaria y apoyo a las residencias de personas mayores.

En ese artículo, el exdirector del Hospital decía que hace 25 años se convocó un concurso público para reformar el edificio, que iba a costar doce millones de euros, y que el proyecto ganador sigue archivado en la Oficina Técnica del Cabildo. Después de eso se encargó a una consultora un Plan director para su reforma, como paso previo al encargo de un proyecto arquitectónico, pero el proceso tampoco se culminó. Es decir, ha habido varios intentos o varias oportunidades para mejorar el edificio.

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Un hospital solo se queda pequeño para la isla

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