El planeamiento del espacio protegido, que inicia su tramitación ambiental, destaca como “principales impactos” el abandono de fincas y la eliminación de los hoyos tradicionales
El nuevo Plan de La Geria vincula el tamaño de las bodegas a la superficie de cultivo
El planeamiento del espacio protegido, que inicia su tramitación ambiental, destaca como “principales impactos” el abandono de fincas y la eliminación de los hoyos tradicionales
El futuro Plan Especial de La Geria vincula las condiciones de edificabilidad de las bodegas “al tipo y superficie de cultivo” al que están ligadas y a los usos que sean “necesarios para el desarrollo de la actividad agraria”, como depósitos o centros de embotellado. Las bodegas, tanto las actuales como las que se puedan crear, “estarán sujetas a la protección del paisaje” y “a la superficie cultivada”, y deberán contar “con volúmenes” edificatorios acordes con el entorno y la “orografía”.
La fórmula, un tanto inconcreta, se esboza en el borrador del Plan Especial de La Geria, que ha iniciado su tramitación ambiental. Para determinar la superficie construida de las bodegas en el paisaje protegido se tomarán en consideración, “como mínimo”, criterios como el citado de la superficie cultivada, “dentro y fuera” de La Geria, las diferentes “técnicas de cultivo empleadas” en La Geria o la superficie destinada al cultivo en hoyo.
“En la siguiente fase de tramitación”, señala el equipo redactor, de la empresa pública Gesplan, “se analizará la incorporación de otros criterios” como los kilos de uva que producen las bodegas y la cantidad que compran a otros productores, el número de trabajadores, la cantidad de botellas que venden, su pertenencia a la Denominación de Origen de Lanzarote o el mercado de referencia en el que se comercializan sus productos.
“Estos criterios se desarrollarán de forma específica en la ordenación pormenorizada del Plan, cuando se cuente con la información necesaria”, apunta el equipo redactor sobre uno de los caballos de batalla de las bodegas asentadas en La Geria, que han venido reclamando la posibilidad de ampliar sus instalaciones para, por ejemplo, cubrir los tanques de vino.
Para la implantación de bodegas, se exige que la explotación agraria cuente con una superficie cultivada mínima de viña de 2.000 metros cuadrados
El Plan Especial de La Geria clasifica como bodegas tradicionales y equipamientos estructurantes una decena de instalaciones: Rubicón, La Geria, Antonio Suárez, Stratvs, Martinón, Vega de Yuco, Las Quemadas, Los Bermejos, El Grifo y La Florida. De forma específica, para la implantación de bodegas, se exige que la explotación agraria cuente con una superficie cultivada mínima de viña de 2.000 metros cuadrados. El Plan subraya la estimación de que las actuales bodegas reciben unos 800.000 turistas al año. La demanda potencial podría ascender hasta 1,5 millones, añade.
Desaparición de hoyos
El Documento Inicial Estratégico del nuevo planeamiento de La Geria destaca como “principales impactos” en el espacio el “abandono” y la “transformación del sistema de cultivo”. “Este abandono es especialmente palpable en las parcelas con mayor pendiente, las situadas en las laderas de los conos”, se señala en el diagnóstico. En el pasado, los hoyos llegaban casi hasta la cima de los conos volcánicos, pero en la actualidad “solo son visibles en la parte inferior de las laderas, y aun estos están abandonándose”.
El nuevo planeamiento de La Geria destaca como “principales impactos” en el espacio el “abandono” y la “transformación del sistema de cultivo”
La situación es grave: “Existen zonas en las que el paisaje que ha hecho internacionalmente conocida a La Geria prácticamente ha desaparecido o se encuentra muy degradado”. La dificultad del tipo de cultivo, la falta de rentabilidad o el fallecimiento de los propietarios de mayor edad son “las principales causas” del abandono de fincas. Y la “degradación del paisaje es muy rápida”. Desde que un terreno deja de atenderse, en apenas dos o tres años, los efectos saltan a la vista. Así está en el sur el entorno de Montaña Chupaderos o entre Montaña Guardilama y Caldera de Gaida, y en el noroeste la zona de la Montaña y Valle de Chibusque.
El estudio del Plan de La Geria advierte sobre el “cambio en la tipología de los cultivos tradicionales” mediante, por un lado, la densificación de los hoyos, haciéndolos más pequeños, “previa disminución del espesor de la capa de rofe natural” y, por otro, la sustitución de los hoyos por zanjas, para la plantación lineal de las vides.
En ambos casos, se trata de modificaciones del paisaje que están subvencionadas como “reestructuración” de fincas. Estos cambios generan un impacto en unas 792 hectáreas, una sexta parte de la superficie total del espacio protegido. A los propietarios de terrenos transformados se les prohíbe sacar de la finca el rofe apartado. Sin embargo, “los habitantes de la zona señalan que ese rofe acaba desapareciendo de las fincas”, lo que apunta “a una actividad extractiva encubierta”.
Extracciones y pistas
En la documentación inicial del Plan de La Geria también se destacan los impactos sobre el relieve. La “gran abundancia de pequeñas extracciones”, ligadas “tanto al sector de la construcción como al agrícola”, han generado consecuencias negativas. La “proliferación” de pequeñas extracciones, “con frecuencia junto a caminos existentes”, afectando a fincas agrícolas, “induce a suponer que esta actividad está en plena vigencia”.
En el ámbito del paisaje protegido hay pequeñas extracciones, “en plena vigencia” pese a estar prohibidas
“Aunque en la actualidad no existe ninguna cantera autorizada en el ámbito del paisaje protegido de La Geria, se observan huellas de extracciones en todo el territorio protegido, tanto antiguas como actuales”, añade el documento.
Así, se identifican 18 puntos extractivos, con una superficie global que supera las 17 hectáreas: en los alrededores de Montaña Negra en el noroeste, en Uga y Montaña Tinasoria en el suroeste, en el Malpaís del Sobaco en el norte y en Montaña Blanca en el sur.
Otro impacto negativo es una red de caminos “quizás excesiva”. “Hay una serie de pistas que no tienen interés para la actividad agraria o el uso público” del espacio natural, que “atraviesan coladas de lava o ascienden a conos volcánicos sin un sentido aparente”.
Según el documento, “las pistas y caminos que están afectando negativamente” al paisaje protegido “tienen una longitud de 37,5 kilómetros y se localizan en amplias zonas” de La Geria.
Comentarios
1 pepe Mar, 09/07/2024 - 16:37
Añadir nuevo comentario