4 COMENTARIOS 11/12/2013 - 10:41

Las personas, pero no sólo las personas, van adquiriendo una inercia en su comportamiento y acaban por hacer las cosas sin saber por qué. Eso mismo les pasa a los grupos, que tienen su propia lógica (su inteligencia –o estupidez- colectiva), a las sociedades, las ciudades, los países… y al Ayuntamiento de Arrecife. Sólo así se explica que hagan un proyecto que parece positivo, como es peatonalizar el centro, con el objetivo de mejorar el comercio, y se encuentren con la oposición de esos comerciantes a los que quieren beneficiar. La falta de costumbre de hacer las cosas con orden: proponer, preguntar, debatir, decidir… frente a imponer, porque si no se invierte el dinero se pierde la financiación. La inercia de hacer las cosas porque hay dinero para hacerlas aunque ni siquiera sepamos si las queremos hacer. ¿Y si alguien no está de acuerdo o puede aportar algo? Pues es que no sabe lo que quiere. Si no está de acuerdo, tiene que cambiar de opinión. ¿Explicar, exponer, convencer? Que lo hagan otros.

Otro que suele hacer las cosas sin preguntar es Juan Francisco Rosa, hombre intrépido e irredento emprendedor. Cuando quiere hacer algo lo hace aunque haya que salvar (o saltar) obstáculos (legales, normalmente). A base de coleccionar establecimientos cuyo amparo legal es francamente mejorable pero cuyos efectos negativos para el promotor se acercan a la nada, ha adquirido una inercia imparable que le impulsa a trasladar las ideas al terreno sin mayor problema. Que no se tienen todos los terrenos, pues ya se tendrán, que no se puede, pues ya se podrá, que nos hemos pasado con el ladrillo, pues se corrige en el papel… Inercia. El próximo miércoles, el Juzgado se planeta el cierre de Stratvs. Veremos entonces si la justicia también decide seguir la inercia a la que nos tiene acostumbrados.

Ya ha quedado claro que la inercia es un peligro. Te dejas llevar y haces cosas que no quería hacer, sin reparar en las consecuencias, porque los demás esperan que las hagas, porque es lo que se espera de  ti. Y un día lo piensas y dices, vaya... ¿Y si pierdo? O ¿y qué necesidad tengo yo de exponerme de esta forma para no ganar nada? O ¿quedaría bien como presidente del Cabildo (si se diera el caso) si antes ni siquiera me eligen en mi pueblo para dirigir mi agrupación local? Mucho que perder y poco que ganar... La imparable inercia, rota por Marci Acuña.

Comentarios

Hay metáforas ingeniosas para atraer al lector de un periódico: ésta lo es. Pero trasladar desde el terreno de la Física al campo de la política o la economía, o si me apuran, a la sociedad, conceptos como éste, resulta insuficiente para explicar actitudes y comportamientos rapaces en la actividad empresarial. Y menos aún en la muy embrollada de la política cabildicia. Espero una próxima crónica del autor, esta vez utilizando como excusa el "bosón de Higgs"...
Todo sea por acabar con tu obsesión: "San Ginés ". Tu problema es que a ti si es verdad que no te elegiría nadie; pero el le votamos nosotros . El pueblo.
Le habrás votado tu, no yo, y si está ahora en minoría, quiere decir, en resumidas cuentas, que ya no cuenta con el apoyo mayoritario de los representantes elegidos por el "pueblo" con lo que dos puntos: a la calle. Sin rencores… ehh, cuestión de números
Lo triste señor Garcia, es que como es norma en los cabezas pensantes ( ¿ lo son? ) del ayuntamiento de Arrecife , olvidan la opinión de la parte más importante : los vecinos , algo que quizás de forma intencionada ( como hacen los politicos ) olvida usted también. Aquí hay intereses marcados por uno y los otros hacen. Habrá que hacer como los vecinos de Tahiche que han conseguido una sentencia favorable del Supremo. Cuesta dinero pero al final recompensa.

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