REPORTAJE

La Reserva de la Biosfera es una película de serie B

Gregorio Cabrera 1 COMENTARIOS 07/01/2016 - 08:04

A veces todo es una cuestión de enfoque. En el plano largo un pedazo de paraíso se extiende a tus pies. Pero de cerca aparece la huella (¿habría que decir mejor la zarpa?) humana. La visión general incluye el manto azul de aguas y la casi irreal playa de arena blanca entre paréntesis de lava. Desde aquí, al resguardo de uno de los socos de piedra, ni tan siquiera se divisan las casas que componen Órzola o Caleta del Sebo, en La Graciosa. A lo lejos se dibuja tan sólo y tenuemente la silueta de Alegranza.

Pero, ay, la película sobre la posibilidad de una vida perfecta, o al menos de un instante sublime, se nos estropea en el plano corto. El brusco giro de guión lo protagoniza un buzo que emerge del océano con un traje de camuflaje de tonos verdosos y ocres. El atuendo le hace parecer un monstruo abismal o un marciano propio una película de Serie B de los años cuarenta saliendo de un pantano cenagoso, envuelto en algas y miasmas.

De un soco cercano surge una mujer que se dirige hacia la orilla y que le da un beso al presunto ser del espacio exterior. Este hecho obliga a pensar que quizás sea un ente más terrestre de lo inicialmente entrevisto o que los extraterrestres nunca han sido como hemos imaginado ni como Hollywood nos los ha presentado. El pescador submarino deposita sobre las piedras el fusil mientras arrastra hacia tierra el producto de su inmersión: decenas de peces de buen tamaño cuyas escamas brillan como cristales de Swarovski bajo un sol que no encuentra ni una nube en su camino.

Una simple escena basta para sacar a flote varios de los múltiples problemas de gestión y vigilancia ambiental en la isla

La mujer limpia el pescado mientras él se cambia y da cuenta de un bocadillo y una cerveza. En su planeta quizás existan otras normas, pero por el momento la terrenal Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias prohíbe la pesca submarina en esta zona. De hecho, queda muy lejos de las tres franjas de aguas interiores habilitadas para esta práctica. Una de ellas abarca el litoral comprendido entre Punta Tiñosa y Papagayo, en el sur de la isla. La otra engloba el espacio entre Punta Pasito y Punta Ancones y la tercera, en la costa oeste, va del Jurado a Punta Gaviota. El pistolero marítimo dormita. No lejos de él, la presencia de extrañas flores amarillas de las endémicas plantas salobres sigue otorgando al conjunto un aire de cósmica fantasía.

Cuando finaliza esta producción cinematográfica de bajo coste comienza otra, pero esta vez en blanco y negro. El blanco es el de la arena de la playa ya citada. El negro al principio parecen pequeños callaos, pero al acercarse la cámara el espectador se ve sorprendido por otro requiebro del guionista: son bolitas de piche, esos restos de pequeños vertidos y limpiezas de fondo que se agarran a la costa y al corazón. Las hay a millares, algunas casi de tamaño de un puño. Uno de esos pajarillos vuelvepiedras irrumpe en el recuadro mientras escarba entre la arena en busca de alimento. Más tarde terminará por encontrar las migas del almuerzo del pescador.

El piche, en efecto, es ya un elemento más de este paraje. Es un actor de reparto, de esos que nos suenan a todos de tanto verlo

El piche, en efecto, es ya un elemento más de este paraje. Es un actor de reparto, de esos que nos suenan a todos de tanto verlo. Se lo han puesto fácil, pues como es sabido nada ni nadie controla en la práctica el trasiego de buques petroleros y de carga (hay dos pasillos relativamente controlados a ambos lados de Gran Canaria, es decir, uno hacia Tenerife y otro hacia Fuerteventura). En este sentido, la película resulta muy previsible.

Podríamos pensar que los golpes de efecto de esta película de serie B han finalizado, pero no es así. Mientras el buzo descansa y el pájaro vuelvepiedras practica también su habilidad como 'vuelvepiches', la vista se dirige hacia Alegranza, que permanece difuminada por la calima, como si fuera un espejismo. Sin salir del plano nos llega el recuerdo de la denuncia a 19 personas ante la Fiscalía de Medio Ambiente por hacer un asadero de pardelas tras una actuación del Seprona. Esta película sobre la Reserva de la Biosfera, título que ostenta Lanzarote desde el año 1993, se mueve en varios planos. A ver si mejora. De momento no destacaría en la lista de Filmaffinity.

Comentarios

Más que de serie B, es de "serie negra". Mientras tanto, los "productores" (políticos) se pasean por la alfombra roja, tan orgullosos...

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