Todo apunta a que Pedro San Ginés acabará siendo senador por la Comunidad Autónoma. Por supuesto, a su pesar. Ya ha asegurado que es un cargo que no ha pedido. Pero que si hay que hacer un sacrificio por el bien del Planeta, pues se hace.

Si alguien se anima, por dinero o por inconsciencia, a escribir en algún momento la biografía de nuestro nunca bien ponderado ex presidente, ahí va un título: “El hombre que nunca quiso nada”. Ha repetido muchas veces que nunca aspiró a la presidencia. Pero luego ya que estaba...

Ahora, si le obligan a ser senador, pues habrá que serlo. Él hace lo que le mandan. Aunque eso ya lo sabíamos, no es ninguna novedad. De hecho, eso explica en gran parte su trayectoria política. Otros que no fueron tan obedientes, terminaron antes su carrera.

Lo eligieron para ser presidente, quizá no su partido, pero el caso es que fue el elegido. Después, como es natural, uno se va independizando. O aspira a ello. Y claro, hay que comprarse una casa. Que tampoco quería. Él quería alquilar. De hecho ¿qué pasó de aquella primera versión de que fue un alquiler con derecho a compra?

Y ahora va ser todo un senador. Y, claro, va a estar aforado, pero ya avanza él mismo que eso le va a perjudicar. Habrá que sacrificarse porque no es momento de dejar de ser obediente. De momento lo único que garantiza el aforamiento es ganar tiempo, y, si se da la ocasión, entrar en el paquete como moneda de cambio en una negociación en la que haga falta el apoyo político nacionalista. A eso le llaman política.

Puede salir bien o no. Nunca se sabe. A Zerolo y a Gladys Acuña no les sirvió de mucho. A Clavijo sí. Al final son decisiones judiciales. Qué casualidad que también sean las decisiones judiciales las que decidan quiénes son los senadores de CC por la Comunidad autónoma. Ya se sabe: o estás investigado o no vas a Madrid.