8 COMENTARIOS 06/02/2015 - 09:26

Dice Carlos Vielba, el ponente de la sentencia del primer juicio del caso Unión, rebautizado por algunos ahora que hay condena como caso Batllori, que su decisión sobre las posibles nulidades del caso (que no hay nulidades) no es extrapolable a toda la causa, a la causa principal. Puede que sea así, desde luego, pero la sentencia supone un respaldo claro a la instrucción del caso y a las piezas que vengan después, que van a venir.

Desde que se anunció que el caso Unión se desinflaba no ha hecho más que engordar. Por si alguien no se acuerda, los imputados, a medida que se acercaba el primer juicio, iban fabricando una teoría de la conspiración, o mejor dicho, dos teorías contrapuestas que sin embargo se iban complementando: una era (es) que la instrucción era una conspiración, lo que presupone cierta habilidad de los actores intervinientes, y la otra, que era una chapuza. Estas teorías se han difundido con la inestimable ayuda voluntaria, tan sólo impulsada por algún euro que otro, de personas que trabajan en medios de comunicación y que se dedican a ejercer el periodismo a tiempo parcial, y al matonismo cuando acuden a sus lugares de trabajo en el tiempo que les queda libre. De todas formas, como son periodistas y no abogados, los jefes de unos y los clientes de los otros (que son las mismas personas) pueden respirar tranquilos porque en los juicios aún van a tener alguna oportunidad de no salir condenados, suponiendo que su defensa sea un poco mejor en los tribunales que en las tribunas.

Se podría detener uno en los detalles del fallo, en lo que dice sobre las pretendidas nulidades alegadas por los imputados, pero no merece la pena. El resumen es sencillo: no hay nada de nada. Valen las conversaciones grabadas, los CDs bien o mal custodiados, los autos con o sin firma, las supuestas diferencias en las fechas... Avala todo lo que hizo la UCO, el fiscal y el juez. Habla de buena praxis por parte de Pamparacuatro y dice que algunas peticiones de los imputados pertenecen a una discusión superflua. Una discusión superflua que, por otra parte, ha ocupado páginas y páginas y horas y horas de radio y de tertulias.

Pero no todo ha caído en saco roto. Es fácil dejarse llevar por tanto empeño informativo. La sentencia la escribe un juez pero la firman tres, y uno de ellos es Emilio Moya, presidente de la Sala y ex viceconsejero de Justicia con el PP. Moya dijo durante la vista oral del juicio que la instrucción en este caso “no era un modelo a seguir”. No se sabe en base a qué lo dijo porque en teoría no ha tenido acceso a la instrucción sino que sólo ha resuelto sobre algunos aspectos de ella, así que es posible que lo afirmara aupado por las informaciones periodísticas. Se demuestra, sin embargo y por tanto, que hablar es fácil y es gratis pero que cuando se trata de poner esa opinión por escrito y bajo la lupa, se suele ser más riguroso. Debe estar Moya en un conflicto interno porque firmar condenas de hasta siete años de cárcel por instrucciones poco ejemplares tiene que ser duro para la conciencia. Dejémoslo ahí.

Al final, el que sale mejor parado es José Miguel Rodríguez, que colaboró con la Fiscalía y devolvió el dinero malversado en Arrecife, y a quien incluso le van a tener que devolver 12.000 euros porque la condena dice que deben pagarlo entre cuatro y no uno sólo. Le han condenado a un año, aunque le quedan dos piezas más de Unión y lo de Montecarlo, así que el dinero le va a hacer falta. A otros les han condenado a cinco años por un asunto que ni les iba ni les venía y del que no se habían beneficiado. Al menos no de forma directa.

La condición humana es curiosa. Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos, pero parece que el amor propio también es el menos propio de los amores.

Comentarios

Artículo magnífico!!
Carlos Vielba es un magistrado brillante y muy recto.
Más claro; agua. Y quien no lo quiera asumir, que por lo menos cobre bien.
Este magistrado-juez ha hablado donde hablan los jueces en las sentencias, lo demás es opinión y en algunos casos las opiniones han sido compradas por las defensas que han intentando hacer un juego muy viejo: difamar al instructor, lanzar campañas de desprestigio contra el fiscal Stampa y verter improperios contra los guardias civiles. Todo esto queda en nada cuando una sentencia habla tan claro
El artículo es muy bueno
muy buen apunte lo del conflicto interno, creo que el sr. moya se apresuró a decir nada antes que ver los hechos y las pruebas
Gracias por la luz Saul
¡¡Muy bueno Saul!!

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