Alberto Fernández Manchado

The show must go on

Corren malos tiempos para todo el mundo y la cultura, en la que voy a centrar mi opinión, es uno de los sectores que más ha sufrido. En un año de pandemia, apenas ha habido eventos culturales en España, que se han reducido casi al mínimo. Un gremio que está muy castigado y que le va a costar mucho remontar el vuelo.

Y es que, no hay nada más importante en el ser humano, que una mente sana y despejada, y los eventos culturales, no a través de pantalla, sino presencial, nos ayudan a pensar en otras cosas, al menos de forma momentánea. Las personas necesitamos la cultura para poder evadirnos de nuestros problemas cotidianos y ahora tenemos uno de gran envergadura, el virus que nos está azotando y que todos conocemos. Un mal común que nos está comiendo, poco a poco, la moral a toda la población.

A pesar de todas las restricciones, la falta de atención por parte gubernamental y no haber considerado la cultura una actividad prioritaria, el talento ha seguido estando presente en los artistas. Los estímulos creativos se sobreponen al temor de tener a un familiar contagiado o la no prolongación de los ERTES. Sólo hay que ver, por ejemplo, la cantidad de películas que se han hecho en un año de epidemia, como se ha demostrado en la pasada gala de Los Goya, con una ganadora, como “Las Niñas”, donde nos traslada su directora al año 1992, y de cómo se vivía en la mente de una niña de 12 años en un colegio de monjas, o la valentía de películas como “Adú” o “Black Beach”, que nos llevan de viaje a continentes lejanos y con un trasfondo político y social tremendo, sin olvidarnos del talento que tienen los actores y actrices en películas como “Ane”, “Sentimental”, “La Boda de Rosa” o “El Inconveniente”. Una gala muy diferente, que se celebró telemáticamente, pero con un maestro de ceremonias, Antonio Banderas, absolutamente magistral. Gracias a él, la gala nunca perdió frescura y espontaneidad. Un año en que, apenas, han podido estrenarse películas y han tenido que tirar de plataformas como Netflix, Movistar o HBO. 365 días muy extraños, pero, a pesar de todo ello, han estado ahí los productores, directores, actores y todo el equipo técnico que rodea una película, para llenarnos de historias y hacernos olvidar este año tan triste que hemos vivido, con un derroche de talento digno de admirar. Un cine español reconocido internacionalmente.

Ojalá, pronto, podamos volver a los teatros a disfrutar de la cultura en directo, que es como realmente se viven este tipo de espectáculos. Recientemente el Gobierno de Canarias ha decretado nivel 2 en Lanzarote y espero que se vaya mejorando paulatinamente. Todo está por ver. Depende de la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. La cultura actúa siempre como antídoto ante el bloqueo que nos ha supuesto este año pandémico. Por eso creo que el espectáculo debe continuar y, más pronto que tarde, confío, podamos volver a deleitarnos con espectáculos en vivo y volver a ver el gran cine español en pantalla grande.

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