Nieves Rodríguez Rivera

Ricos y pobres

Como colofón y para remate de final de verano, la noticia aparecida en la página de Economía de la Provincia: “El archipiélago contabiliza cada año más ricos y suman mayores fortunas”.

Un estupendo titular para situarnos en la realidad social en que vivimos en estas islas. El artículo señala que las grandes fortunas, lejos de reducirse, se incrementan, o sea que, mientras el resto de los mortales nos ahogamos en hipotecas, hacemos encajes de bolillos para llegar a final de mes, con los productos de la compra más caros del país, los sueldos más bajos y con una inflación galopante, los ricos continúan incrementando su patrimonio.

Según este medio, los datos extraídos de la agencia tributaria, señalan que el patrimonio de estas personas corresponde a lo que sería el 49% del PIB canario. Ahí es nada.  Es decir que, mientras un 0,3 por ciento de la población vive en la opulencia, el resto debe conformarse con que la vida es así de injusta.

La lista Forbes, en versión española, sitúa a dos empresarios bien conocidos del archipiélago, ocupando los puestos principales:  Eustasio López, dueño de la cadena hotelera LOPESAN y Wolfang Kiesslin, el propietario de Loro Parque S.A.

Dos personajes que no destacan precisamente por su ética laboral y empresarial ni por su profundo patriotismo. El empresario alemán, a quien conocen bien los empleados del Loro Park por las reivindicaciones y condiciones de trabajo, propietario también de Poema del Mar, una gran pecera- zoo en el puerto de las Palmas, lleva mucho tiempo queriendo implantar otro parque temático en el sur de la isla, sin tener en cuenta los recursos hídricos necesarios para esta ingente construcción.

Eustasio López, conocidos por políticos y jueces, investigado por dos delitos de prostitución de menores en el caso de las 7 lovas. (Esperemos que algún día se haga la luz a esta infamia) es también el dueño de la mayor cadena hotelera en las islas con ramificaciones en Cabo Verde y parte del Caribe.

La leyenda negra de que los pobres odian a los ricos es infundada. Me atrevo a pensar que es algo más simple lo que nos ocurre a todos los que estamos al otro lado: una rabiosa sensación de injusticia ante la impunidad de estos personajes.  A esto se une la “carta blanca” que suelen tener de instituciones y gobiernos para demandar y utilizar el territorio y los recursos de todos como si fuesen suyos.

Bajo el lema de un estupendo negocio para las islas que creará numerosos puestos de trabajos y más parques temáticos para unas islas ya de película, los más ricos de Canarias expropian terreno, construyen a pie de playa o piden que les habiliten la carretera y la infraestructura para instalar allí otra nueva atracción.

Lo peor de todos no es que utilicen lo que es de los canarios como si fuese propio, sino que nos hagan creer que lo hacen por el bien de todos. No somos ONG, se defienden. Ni falta que les hace, pero tampoco abusen, amigos. Fueron ellos, añade Kiessling, refiriéndose a gobernantes y políticos, quienes  vinieron a buscarnos, para ver posibles emplazamientos para el Siam Park. Pero es el señor Kiessling quien, de alguna manera u otra conseguirá que, en medio de un desierto y con el grave problema de escasez de agua que sufren las islas, construya finalmente otro disparate acuático.

Por su parte, Eustasio se ha embarcado en la compra de todos los pozos de agua de la isla porque sabe bien la importancia de este oro líquido, un recurso que, a riesgo de ser acusada de filocomunista, debería ser público o al menos estar gestionado por instituciones públicas en su totalidad.

La impunidad, el despropósito, la sinvergüenzería, la caradura, el despotismo, el desprecio hacia lo que es de todos, costas, playas, agua, por parte de estos personajes, aplaudidos y laureados por gran parte de la clase política es lo que asusta.

Lo que indigna y provoca, en la mayoría de nosotros es, simplemente, alejamiento y desafección por la política, porque inapelablemente, todos sabemos que seguirán ahí, haciendo de las suyas, pagando multas y sanciones de risa para ellos, multimillonarios, que seguirán explotando los recursos de todos.

Su respuesta ya la sabemos: lo hacen siempre para beneficio nuestro.

Comentarios

Y los guapos continúan teniendo más sexo. ¿Cuando redistribuiremos el sexo?
Claro, el problema es la moralidal de los ricos, no la corrupción e ineficacia política, legislativa, judicial y policial del estado. Claro, son los empresarios quienes deben autoregularse para que la población, que siempre les odiará, les respete. No te llamo comunista porque sería insultar a Marx.
Magnifico retrato de la realidad. Los políticos se convierten en burdos cortesanos del vil metal, representados por empresarios de dudosa ética. Desgraciadamente aún, en este aciago siglo XXI, seguimos sufriendo el Caciquismo más casposo. Inoperantes e ignotos representantes de lo público. Es necesario que este pueblo unido y valiente realice una catarsis y se convierta en un pueblo de resistencia.

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